CENTRO DE ESTUDIOS “DEMOCRACIA, INDEPENDENCIA Y
SOBERANÍA”
CEDIS
2021. AÑO DE DUROS RETOS
El año que se inicia, asoma como un periodo extremadamente complejo y difícil en el escenario mundial. La crisis del sistema de dominación capitalista se agrava poniendo en riesgo la vida misma de la especie, y la propia subsistencia del planeta tierra.
A la crisis económica que remece las bases de la sociedad de nuestro tiempo, y a la corrupción galopante que compromete a las élites gobernantes en muchos países; se suma ahora la crisis sanitaria que ha segado la vida de millones de personas en todo el Globo y que ha generado cambios en la conducta y en el comportamiento de pueblos y naciones.
Esta crisis, que luce aún no superada, se proyectará en el año que se inicia y planteará nuevos retos a todos. Ante ellos, los pueblos tienen el deber de afirmar sus más altos valores y acerar sus luchas para superar dificultades y abrir el camino a la construcción de un modelo social más justo.
EL FIN DE LA ERA TRUMP
Un elemento, sin embargo favorable se plantea en el inicio de esa nueva etapa, es el fin de la Era Trump, signada por el ejercicio de una política procaz y agresiva que hizo escarnio en los últimos años,promovida y alentada por el gobierno de los Estados Unidos.
Las elecciones norteamericanas celebradas en noviembre pasado dejaron en evidencia los lastres de la llamada “democracia” yanqui, que no es sino una entelequia absolutamente anti democrática y perturbadora. En ella, oscuros poderes se mueven a la sombra, buscando burlar la voluntad ciudadana y perpetuar esquemas de dominación simplemente intolerables.
No hay razón, sin embargo, para hacerse ilusiones con el cambio que habrá de producirse en la Casa Blanca. El señor Joe Biden no es propiamente un Demócrata, ni un hombre progresista. Tendrá a su cargo la custodia de los intereses de los Estados Unidos, en la etapa que se inicia; y todos sabemos que los intereses de esta gran potencia, son distintos y contrarios, a los de los pueblos y países.
Lo que ocurre es que la administración Trump actuó con tal soberbia e iracundia; que hartó incluso a los socios tradicionales de los Estados Unidos. Desde el propio país del norte segmentos tan influyentes como los representados por el New York Time o el Washington Post; se sintieron desplazados y aún agredidos por la administración yanqui en los últimos años; y se distanciaron de la política de Donald Trump. Algo parecido ocurrió con gobiernos aliados de los Estados Unidos, como los de la Unión Europea, que procuraron diferenciarse de Washington de uno u otro modo.
Esta realidad se vio alentada, además, por la voluntad de gobiernos progresistas, como el de la República Popular China, y el de Rusia, que buscaron sumar fuerzas para construir un polo alternativo que sirva a los pueblos. Gobiernos de otro signo, como los de Irán, Turquia o México, buscaron lo mismo, haciendo resistencia a los dictados del Imperio.
En otro escenario, y haciendo honor a los compromisos que tienen con sus pueblos, los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua alentaron el proceso emancipador latino americano, que se alimentó con la victoria de Fernández en Argentina y la recuperación revolucionaria del pueblo boliviano que derrotó a la dictadura siniestra de la seora Añez. En Chile, igualmente, creció la lucha contra la herencia dictatorial expresada en la Constitución Pinochetista y una histórica consulta ciudadana abrió paso a una Convención Constituyente que se elegirá en abril.
Las próximas elecciones en Ecuador podrán fin al régimen de traición de Moreno, en tanto que la lucha de pueblos hermanos, como Colombia y Brasil, permiten anidar cambios progresistas de corte continental.
Objetivamente estos años, en los que se redondea el Bicentenario de la Independencia de América, crece en la región el espíritu liberador y se afirma en la conciencia de millones de personas la necesidad de luchar pos una democracia auténtica, por la independencia y la soberanía de Estados y Gobiernos. Tal parece ser el sino de nuestro tiempo.
EL PERU: RETOS Y PELIGROS
En nuestra patria, el escenario luce particularmente peligroso. La Mafia que envileciera la vida nacional y que impusiera el Neo Liberalismo atándolo como un riel al destino de los peruanos; no se da por vencida y busca obsesivamente abrirse camino apelando a todos los procedimientos imaginables.
La crisis en el Perú sigue latente. El sistema de dominación vigente se ha cebado cruelmente con los segmentos más deprimidos y pauperizados de la sociedad, y ha generado problemas y contradicciones que aun lucen insolubles. Por lo pronto, la clase dominante agota ya sus modalidades de gestión, sin encontrar un camino elemental de salida, que le permita atender civilizadamente las exigencias nacionales.
El gobierno de Sagasti constituye realmente una administración provisoria que tiene tres tareas definidas: enfrentar la crisis sanitaria, promover atención a los problemas económicos de la sociedad, y asegurar la concreción del cronograma electoral que deberá culminar el 11 de abril. No obstante, la vida le ha colado otros retos que tendrá que enfrentar aun de mala gana: la demanda por un cambio constitucional, la exigencia de justicia para las víctimas de los actos de noviembre, y las peticiones de los trabajadores agrícolas afectados por la explotación de las empresas agroexportadoras.
LA CRISIS SANITARIA SIGUE GOLPEANDO AL PAIS
El país no ha logrado aún superar la grave crisis sanitaria que nos agobia. Incluso, se registran caso que hacen temer la presencia de un segundo brote de la Pandemia del COVID 19 que, de concretarse, afectará aún más severamente a la población. No hay inicios, sin embargo, que el gobierno encentre un camino justo para enfrentar esta amenaza.
Hoy se sabe que en el mercado internacional, las potencias dominantes han monopolizado la comercialización de las vacunas creadas en los laboratorios occidentales. Los países marginados, como el nuestro, sólo estarán en capacidad real de obtener dosis de vacuna rusa o china. Pero gobiernos como el nuestro, no se atreven a llegar a esa conclusión, por cuanto son presas de desconfianzas de orden ideológico y político.
Hay quienes piensan que la vacuna rusa les afectará las ideas, y se niegan por eso, a usarlas, no obstante que hoy en Argentina, Venezuela o Bolivia, ellas asoman como la única alternativa valedera.
El sistema sanitario peruano es extremadamente frágil y no contamos con un sistema hospitalario eficiente, con camas UCI y ni con la cantidad de médicos y personal para-médico capacitado y eficiente. La presencia de la Brigada Médica Cubana, que estuvo desde abril hasta diciembre en nuestra patria, ayudó muchísimo pero aun así, no fue posible superar las limitaciones que vienen del pasado.
Una segunda ola de la Pandemia, podría generar daños realmente incalculables.
LA MAFIA SIGUE A LA OFENSIVA
La Mafia enquistada en buena parte de la estructura del Poder en nuestro país, sigue a la ofensiva, no obstante la estruendosa derrota que le infringiera el pueblo luego de la conjura del 9 de noviembre pasado.
Como se recuerda, en esa circunstancia, los grupos más reaccionarios pretendieron consumar un virtual Golpe de Estado instaurando un gobierno fantoche y pelele encabezado por Manuel Merino y Antero Flores Araoz, dos elementos en extremo repudiables. Solo el masivo rechazo que recibieran de la ciudadanía movilizada, hizo fracasar esos planes que buscaban perpetuar un “modelo” condenado por las grandes mayorías.
Luego de la crisis, y cuando se instauró una nueva administración transitoria de gobierno; esos grupos mafiosos se parapetaron en sus precarias “fortalezas” y hoy persisten en su empeño. No solamente buscan usar el Poder Legislativo, en el que se encuentran temporalmente afirmados, sino que recurren a ardides de corte golpista, azuzando acciones sediciosas y tocando la puerta de los cuarteles. Y es que, en definitiva, quebrados como están, no confían siquiera en un proceso electoral, que prevén les será desfavorable; y buscan obsesivamente auparse en el Poder a cualquier precio.
La Mafia quiso inicialmente dejar sin efecto, o postergar, los comicios nacionales de abril. Aunque ahora eso luce más difícil, no hay que bajar la guardia en la materia porque la intención subsiste. Ahora, ella es complementada con maniobras más peligrosas.
No hay que descartar, incluso que, en medio de la confusión y el caos que pretenden sembrar, estos segmentos busquen, en efecto, derribar al gobierno de transición no con la idea de mejorar las cosas, sino simplemente no concretar las elecciones nacionales, y diferirlas.
LA CRISIS SOCIAL SE AGRAVA
Es en este marco que la crisis social, se agrava. Por la demanda de los trabajadores agrícolas de las empresas agro exportadoras de Ica y el norte peruano, el Congreso de la República se vio forzado a derogar la denominada “Ley Chlimper”, un instrumento dictado por Alberto Fujimori al fin de su gobierno en el año 2000. Pero buscó reemplazarla por otra disposición que reconoce algunos precarios aumentos salariales a los trabajadores, pero que prorroga por varios años más los beneficios tributarios a las empresas, objetivo que siempre han demandado los propietarios de los predios agrícolas situados en la costa peruana.
La intransigencia y la voracidad patronal, que no está dispuesta a perder ni a ceder nada en beneficio de los trabajadores, hace más difícil cualquier acuerdo en la materia, y coloca al país al borde un sistemático proceso de violencia.
Para encontrar una salida, urge la presencia de las organizaciones sindicales de rango superior. Es tarea de la CGTP no solamente solidarizarse con la lucha del proletariado agrícola enfrentado en la crisis; sino también unir y organizar a los trabajadores para lograr que adquieran conciencia de clase y operen con verdadera capacidad de lucha.
Organizar sindicatos en los predios agrarios de la costa, es la tarea principal que debe asumir una Central Obrera que se anime de principios clasistas. Hacerlo es mirar con optimismo y fe al porvenir. Y abandonar ese reto, es simplemente mirar el pasado y regocijarse con él. No hay término medio.
En lo que se refiere a los trabajadores, ellos deben persistir en su lucha y procurar para ella, la más amplia solidaridad. Confiar sobre todo, en su propia organización y en su capacidad de resistencia, evitando la infiltración y la presencia de elementos provocadores que pueden estar allí cumpliendo “tareas especiales” vinculadas a la policía o a las empresas.
Y es que, en efecto, hay quienes buscan desacreditar la lucha obrera o presentar la imagen de un movimiento caótico y violento que perjudique al país. Cuidado, entonces.
LA CONSTITUCION DEL 93, UNA TRABA A VENCER
Para salir de la crisis, combatir y derrotar la Pandemia, fortalecer el papel del Estado, atender las demandas de los trabajadores y, en fin, crear un clima de paz que promueva el desarrollo; resulta indispensable cambiar la Constitución del 93 por otra que asegure principios básicos de la nacionalidad. Objetivamente, el Perú es un país agrario, minero, industrial y de servicios Y hay que promoverlo y usarlo tal como es, sin valerse de un recurso en detrimento de otro.
La Constitución del 93 debe ser repudiada no solamente por ser una funesta herencia de la dictadura; sino también porque consagra al Perú como un país que no es. Objetivamente nos perfila como un país elitista, discriminador, excluyente, racista y homofóbico. Y el Perú no es eso.
Somos un país democrático, igualitario, integrador, inclusivo, multirracial y respetuoso de las opciones personales de sus ciudadanos. Esos deben ser los pilares de la Constitución del futuro. Y ellos deben ser construidos en el marco de un debate masivo, y generar una carta que, a su vez, sea realmente el resultado de la participación y aprobación ciudadana.
No es tarea de la administración Sagasti encarar el tema de la nueva Constitución. Pero el mismo mandatario debe ser coherente con sus propias declaraciones Ha dicho, en efecto-, que la actual Constitución debe ser cambiada por otra acorde con los nuevos tiempos. Bien puede, entonces, trabajar en ese sentido.
Pedirle eso no es obligarlo a nada sino simplemente a confirmar su propia voluntad facilitando que en los comicios de abril se coloque un ánfora adicional a través de la que la ciudadanía exprese su voluntad en torno al tema. Eso, por lo demás, lo puede decidir por cuenta propia, la ONPE.
Hay que hacerlo. Hoy las encuestas aseguran que un 57% de los ciudadanos está por un cambio de Constitución en tanto que un 23% opina por su mantenimiento aunque aboga por reformas sustanciales en áreas esenciales. Apenas hay un 15% que persiste ern la actual Cara Magna, en tanto que un 5%se adscribe al segmento de los que no saben, o no opinan.
LOS COMICIOS DE ABRIL: OPCIÓN PARA EL PUEBLO
Las elecciones nacionales del 11 de abril aben una perspectiva interesante para el pueblo peruano. Por primera vez en muchos años, la derecha se muestra dividida, anarquizada y debilitada, dispersa y virtualmente quebrada. Por lo demás, carece de figuras políticas que la puedan representar con un hálito, siquiera, de honradez y de confianza. Objetivamente, hoy vive un proceso de descomposición y de descrédito. Por eso, teme las elecciones, y está dispuesta a todo por frustrarlas.
Y es que, objetivamente, la ciudadanía ha visto con sus propios ojos la descomposición de la clase dominante. Ha visto como se ha enriquecido con la crisis, especulado con los alimentos, beneficiado impunemente con la ayuda estatal, negociado con el uso de las clínicas privadas, la red farmacéutica, los balones de gas, las atenciones sanitarias. Adicionalmente, los candidatos que muestra la derecha, son figuras endebles, inconsistentes y precarias, que carecen de poder de convocatoria, y que no tienen prestigio alguno. Se les puede derrotar fácilmente.
El movimiento popular bien puede polarizar las expectativas ciudadanas y levantar la candidatura de Verónica Mendoza y ganar incluso en primera vuelta. Objetivamente, no tiene competidores. Incluso quienes levantaron otras banderas de la izquierda, no podrán sustentarlas.
El veto a Vladimir Cerrón en la fórmula electoral de Perú Libre, deja a su candidato presidencial Pedro Castillo en u virtual desamparo. Y es que éste carece de formación y experiencia política para aspirar a la representación que postula. Por otro lado, Marco Arana, el candidato del FA también está extremadamente debilitado Perdió imagen por su conducta vergonzante en la semana trágica de noviembre; pero luego sufrió la deserción de su bancada parlamentaria, y después la renuncia de 750 de sus militantes y dirigentes. Quedó virtualmente solo.
En este contexto, Verónica Mendoza objetivamente se levanta como la candidata del movimiento popular. Tiene un programa elementalmente justo, una propuesta de gobierno apropiada y un colectivo de trabajo que puede responder a los requerimientos nacionales. Apoyarla, no significa hacerse ilusiones con ella. Los problemas del país son tan grandes, que ninguna persona, en lo individual, puede garantizar que los resolverá. Pero es una opción: la mejor opción. Sin compromiso alguno de nuestra parte ni el de ella, y sin pedir nada a cambio, el CEDIS asume el deber de levantar esa propuesta al iniciarse el año 2021, un año electoral.
Para salir victorioso en este reto, el movimiento popular debe tener siempre en cuenta el mensaje de Mariátegui que, aunque dirigido al movimiento obrero, afirma plena vigencia. Y es que, ahora todos debemos sentirnos “unidos por la solidaridad de clase, vinculados por la lucha contra el adversario común, ligados por la misma voluntad revolucionaria, y la misma pasión renovadora. Formar un frente único es tener una actitud solidaria ante un problema concreto, ante una necesidad urgente. No es renunciar a la doctrina que cada uno sirve ni a la posición que cada uno ocupa en la vanguardia, la variedad de tendencias y la diversidad de matices ideológicos es inevitable en esa inmensa legión humana que se llama el proletariado. La existencia de tendencias y grupos definidos y precisos no es un mal; es por el contrario la señal de un periodo avanzado del proceso revolucionario. Lo que importa es que esos grupos y esas tendencias sepan entenderse ante la realidad concreta del día. Que no se esterilicen bizantinamente en exconfesiones y excomuniones reciprocas. Que no alejen a las masas de la revolución con el espectáculo de las querellas dogmáticas de sus predicadores. Que no empleen sus armas ni dilapiden su tiempo en herirse unos a otros, sino en combatir el orden social sus instituciones, sus injusticias y sus crímenes”.
Y sí, esa es la tarea.
Lima, 5 de enero del 2021
Centro de Estudios “Democracia, Independencia y Soberanía” (CEDIS)