NICARAGUA. EL 19 DE JULIO ABRIÓ LAS PUERTAS DE OTRO CAMINO


por Luis Varese

El FSLN había venido dirigiendo las acciones armadas desde su fundación y a la vez desarrollando trabajo político en las universidades y barrios. Había ido construyendo una gran autoridad moral entre el pueblo y acumulando fuerzas alrededor del combate contra la feroz dictadura somocista. Todo ello con enormes sacrificios y mártires de la mejor estirpe nacional nicaragüense.

Tres tendencias y tres concepciones político militares se fueron diferenciando en la teoría y las prácticas revolucionarias, hasta 1978 e inicios de 1979, cuando las tres tendencias se unifican. Este ejemplar proceso de unidad es el que permite dar el asalto final al poder y la derrota del somocismo. Inmediatamente se da la conformación de un gobierno que incluyera a sectores de la burguesía antisomocista, representada principalmente por Violeta Chamorro, viuda de Pedro Joaquín Chamorro, director del diario La Prensa, asesinado en febrero de 1978 por Somoza. Este asesinato fortaleció el descontento popular y agrupó a diversos sectores populares y sociales alrededor del objetivo del derrocamiento de la dictadura.

Entradas las columnas guerrilleras a Managua, el 19 de Julio de 1979 se inicia un proceso de profundas reformas. Una larga guerra de agresión financiada por los Estados Unidos, obligó al pueblo nicaragüense a votar por un candidato diferente al Frente Sandinista. Ganó Violeta Chamorro.

Desde 1990 hasta 2006, mantenerse en la oposición firme desde la izquierda. Dieciséis años de trabajo de construcción partidaria, con las inevitables diferencias, hasta volver al gobernar. Gracias a la consigna y práctica de “gobernar desde abajo”, se logra el triunfo nuevamente. La juventud juega un papel principal. Daniel es el artífice. Rosario, la tejedora de la organización. Tomás Borge, un factor de unidad y construcción. La nueva propuesta que unifica cristianismo y revolución, tiene un impacto popular y masivo. No todo mundo está de acuerdo, pero allí está el resultado.

La CIA comienza a elaborar la contraestrategia. Se va urdiendo el plan con los exsandinistas del MRS y los sectores capitalistas, codiciosos sin límites. Con esa burguesía vendepatria de todos nuestros países y la alianza de senadores y representantes yanquis.

En abril de 2018 se da la violencia. Con grandes sacrificios, pero con maestría, Daniel y el FSLN resuelven la situación. Los combatientes históricos juegan un papel determinante en el desarme de la contrarrevolución armada, disfrazada de protesta social y arropada por los medios de comunicación a nivel mundial. Una vez más, el pueblo no se deja engañar.

Hoy se acerca un nuevo periodo de confrontación. La CIA no ceja en su empeño. El imperio odia la redistribución, la salud gratuita y al alcance de todos. La educación gratuita para todas y todos. Odia los éxitos del Gobierno Sandinista. Finalmente, odia a Nicaragua. La quiere sumisa y esclava, como lo sería con esta derecha opositora y vendida. Se acercan las elecciones en 2021 y temen la nueva derrota.

En Estados Unidos, donde se aloja la contra antinicaragüense (¿dónde si no?) se preparan para nuevos golpes, pero a la vez están preocupados por su propio proceso electoral, quieren que caiga Nicaragua, que caiga Venezuela, quieren que siga la bestia apocalíptica de Trump. Están desesperados y son peligrosos.
Todo el aparato de inteligencia, el aparato militar disfrazado de contratistas, esa basura mercenaria, está lista para operar.

¿Cómo logra este pequeño país resistir a esa potencia brutal que significa la derecha, los yanquis y sus aliados vendepatria, resistir esta ofensiva? Solamente con el pueblo, la unidad del pueblo alrededor del Frente Sandinista y de Daniel Ortega como líder. No hay otra explicación. No existe otra explicación. El coraje del pueblo, la unidad alrededor del Frente y de su líder y los grandes logros del Gobierno. La firmeza de la conducción, la unidad nacional y la Juventud Sandinista son los ejes principales.

Lo demás es asombro. No dejan de asombrarse de la resistencia popular en Nicaragua y en Venezuela, la resistencia popular de Cuba y su ejemplar solidaridad. Son logros que la derecha jamás podrá entender y solamente piensa derrotarla por la vía del terrorismo y la agresión paramilitar.

En julio, Nicaragua, a 41 años de la victoria, sigue siendo sandinista. ¡Cuidado con equivocarse!

No les gusta a algunos, entre ellos esa izquierdita antigua y agachadita que en la práctica nunca fue antiimperialista. Siempre quiso vivir como los gringos de Boston, porque son medio intelectuales. La Dirección del FSLN y de Daniel les irrita, pero la realidad es que allí está el firme antiimperialismo que nos mantiene camino a la victoria, incluso en el mundo postpandemia.

El 19 de Julio de 1979 abrió las puertas de otro camino y siguen abiertas para transitar por ellas, “contra el enemigo de la humanidad”, por un futuro de derechos de la naturaleza, por un futuro de derechos de todas y todos.