MALA FAMA DEL MURCIÉLAGO PUEDE EXPLICAR EL COVID 19



México, 28 jun (Prensa Latina)

La mala fama de los murciélagos es antológica desde antaño y son inspiración de personajes siniestros como Drácula cuando muy poco tienen que ver con el chupasangre.

    Los científicos han determinado de vieja data que, de las más de mil 400 especies de
murciélagos registradas en el mundo, tan solo tres se alimentan de la sangre de animales: el
común, el patas peludas, y el alas blancas. enfermedades

    Sin embargo, son menos dañinos que el Aedes aegypti que transmite al hombre el virus del dengue y otras varias enfermedades más, lo cual no sucede con el SARS-CoV pues aún no hay evidencia científica de que este mamífero alado sea realmente el responsable del coronavirus que provoca la Covid-19.

 Incluso, el Instituto Humboldt investiga una proteína de esas tres especies pues al parecer
tienen una proteína que podría ayudar a tratar enfermedades vasculares del hombre.

    Aunque desde épocas seculares el murciélago tiene mala fama por su vida nocturna, su
hábitat y forma de vida, quien más ha contribuido al desprecio y miedo a este mamífero es elescritor irlandés Bram Stoker, creador en 1897 del repulsivo y tenebroso Drácula, un conde
de la Transilvania de la Rumanía actual donde, paradójicamente, nunca han habitado esas
tres especies propias de ambientes tropicales.

   La lógica más elemental, como diría Sherlock Holmes, indica que, en lugar de ser
denostado, perseguido y matado, el murciélago debe ser conservado como portador de un
virus del cual no solamente se carece de evidencia científica de que es transmitido a la
persona humana, sino que incluso no se ha demostrado que cargue con el SARS-CoV2, y todo hace pensar que ni siquiera tiene una relación con ese serotipo.

    En cambio, sí hay constancia de que los murciélagos tienen un sistema inmune mucho más potente y fuerte que el de los seres humanos y necesitamos aprender cómo pudieron
desarrollarlo, según explicara hace unos días Rodrigo Medellín Legorreta, biólogo y uno de los más connotados expertos en el estudio de los quirópteros, de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM).

   Este científico ratifica de modo muy enfático que esos mamíferos no son el problema ni el
origen del virus causante de la enfermedad Covid-19, como muchos han querido señalar, sino parte de la solución. De esa afirmación deriva un montón de dudas del por qué se le achacó el origen de la pandemia a China cuando ya el SARS-CoV2 estaba desde mucho antes en otros
lugares como Barcelona, Francia y la propia Italia que, además no habitan las tres especies
mencionadas.

    El catedrático, en su alegato en favor de los murciélagos, recuerda su importante función
como eficientes controladores de plagas, pero también hábiles dispersores de semillas y
polinizadores de plantas, y ahora como colaboradores de los científicos en la determinación
de factores inmunológicos frente al SARS-CoV2.

   Medellín Legorreta desde hace más de 40 años estudia y protege diversos mamíferos, entre ellos los murciélagos, y advierte que frente al temor que genera la epidemia de Covid-19, hay que ser más cautos en l análisis.

   El científico defiende la postura de “no satanizar a los quirópteros, pero tampoco a los virus, porque la mayoría son benéficos. Nueve de cada 10 virus son bacteriófagos; es decir, se
alimentan de bacterias, y sin ellos, en cuatro días esos microorganismos nos comerían
completos, tanto a plantas como a animales, mientras sólo una porción muy pequeña de los
virus puede causarnos daño”.

 Los murciélagos, señala, cumplen funciones centrales para el control de plagas de insectos
que atacan cultivos esenciales como maíz, frijol y algodón, y son los principales motores de
las preservación de las selvas por su labor de dispersión de semillas, y a su gusto por las flores y frutos debemos la preservación de especies como los agaves tequilero y mezcalero, de
cientos de frutas como la guayaba, la pitaya, los nanches, los capulines, los chicozapotes y deárboles sagrados como la ceiba.

   Son, además, efectivos controladores de plagas de mosquitos, entre ellos los causantes de
enfermedades virales como zika, dengue y chikungunya.

    El profesor  reitera que es completamente falso que el murciélago  lleva mucho más virus
que cualquier otra especie animal o mamífero, ya sea ratón o primate, y aunque
efectivamente porta un virus que se parece 96 por ciento al causante de Covid-19, no quiere
decir que sea el mismo. Es decir, comparte un ancestro común, quién sabe de cuánto tiempo
atrás, pero no viene de los murciélagos ni tampoco podría infectar a los humanos.

   Para protegernos de una nueva pandemia, afirma, la evidencia científica señala que la
primera defensa es conservar los ecosistemas intactos, no con reservas bioculturales, sino
con reservas absolutamente intactas. Y lo que podemos hacer para detener la siguiente
epizootia es proteger lo que nos queda de bosques, pero sin un ápice de seres humanos que
los perturben.

   También llamó a reflexionar sobre el consumo de carne, tras señalar que el hacinamiento en que se mantiene a pollos, reses y cerdos se ha convertido en un paraíso de enfermedades
emergentes. Las pruebas están a la mano: la gripe aviar, la fiebre porcina, el síndrome de la
vaca loca.

    En resumen, Donald Trump es un bicho mil veces más contagioso que el patas peludas, y
ahí está en la Casa Blanca transmitiendo desde la Casa Blanca todo tipo de males e infectadohasta al sursuncorda de la paz.