En la foto de portada, el Mariscal Gueorgui Zhúkov y el Comandante Adjunto para el 1er Frente de Bielorrusia Vasili Sokolovski (sentado), en la ceremonia de firma de la rendición incondicional de todas las fuerzas armadas de Alemania en Karlshorst. Foto: © Yevgeni Jaldéi / TASS.
MOSCÚ, 09 de mayo. / TASS /. En este día hace 70 años en el barrio de Karlshorst, los representantes en Berlín de las Naciones Unidas; aceptaron la rendición de la Alemania nazi.
El Mariscal Zhúkov escribió: “Me levanté y les dije: – Ofrezco a la delegación alemana venir a la mesa, aquí pueden firmar el acta de rendición incondicional de Alemania. Keitel se levantó rápidamente, nos miró de forma hostil, luego miró hacia abajo y lentamente tomó su bastón de mariscal de campo de la mesita, dirigiéndose de manera cavilosa hacia nuestra mesa. Habiendo enderezado su monóculo que colgaba de una cuerda; se sentó al borde de la silla y con mano un poco temblorosa, firmó las cinco copias del acta.
El mariscal de campo Wilhelm Keitel firma el acta de rendición incondicional de Alemania ante oficiales del Ejército Rojo. Berlín, 8 de mayo de 1945, 22:43 hora central europea (9 de mayo a las 00:43 minutos, hora de Moscú). Foto: Tte. Moore.
ACTA DE RENDICIÓN DE LA ALEMANIA NAZI
Después de firmar, Keitel se levantó de la mesa, se puso su guante derecho y trató de brillar nuevamente con su porte militar, pero no le dio resultado y en silencio se dirigió a su escritorio. A las 0 horas y 43 minutos del 9 de mayo de 1945, la firma del acta de rendición incondicional de Alemania había concluido. Le sugerí a la delegación alemana que abandonaran la sala”.
El diario “Krásnaya Zvezdá” del 9 de mayo de 1945, anuncia sobre la capitulación de Alemania. Foto: © RIA Novosti.
El tanquista Alexander Kolésnikov recordó: “El hospital estaba en Karlshorst, en frente del edificio donde se firmaba la capitulación de Alemania. Esto no lo olvidará ninguno de nosotros. Los heridos no prestaban atención a los médicos ni a las enfermeras, ni a sus propias heridas – saltaban y bailaban, abrazándose unos a otros. Habiendo estado arropado por el frío, me arrastraron a la ventana, para mostrarme cómo tras la firma de la rendición, salía el mariscal Zhukov, más tarde se retiraba Keitel con su séquito muy abatido”.
Día de la Victoria en Berlín
Soldados soviéticos celebran el Día de la Victoria en 1945. Foto: © Yevgeni Jaldéi.
“En los altavoces es escuchaban indicaciones desde Moscú – escribió desde Berlín el corresponsal de “Krásnaya Zvezdá”. – Y repentinamente, el anunciante se volvió hacia la audiencia a la que solemnemente leyó la orden del Comandante en Jefe Supremo. Por todas las partes de Berlín se escuchó un tempestuoso “Hurrah” Y entonces tras escuchar la primera descarga de miles de armas que sonaban desde Moscú; tomamos miles de las nuestras en Berlín. Todo Berlín temblaba, el cielo estaba inundado de balas trazadoras. Nuestra defensa aérea, artilleros, tanquistas y soldados de infantería dispararon miles de proyectiles iluminando todo el cielo sobre Berlín en tonos de color azul, rojo, verde y amarillo. La ciudad estaba tan iluminada como si fuese de día. Los residentes de Berlín salieron a las calles y observaron la celebración de nuestra victoria”.
Soldados soviéticos junto al globo terráqueo en la oficina de Hitler. Foto: Alexander Kapustiankiy.
El Jefe de la guardia de la Cancillería del Reich, el Mayor Petrov dijo a los reporteros: “Ahora estoy completamente satisfecho, he encontrado el globo del mundo el primer día que entré a la oficina de Hitler ¿Qué mejor forma hay de celebrar la victoria?”.
Día de la Victoria en las ciudades de la URSS
“El sol irradia Moscú – escribió un corresponsal de “Izvestia”. – Tanto tiempo de lluvias, y en el Día de la Victoria de repente hay luz. Parece que hemos aprendido a cambiar el tiempo allá en el cielo -. Bromea alguien en la multitud, y todos a la vez alzan su voz y su risa por la alegría. En la Plaza Roja, el Kremlin refleja el sentimiento de todo Moscú. Hoy no hay anuncios de desfiles, ninguno está listo para marchar, no hay nadie en la tribuna del Mausoleo. Pero todo el tiempo, desde de la catedral de San Basilio, hasta el Museo Histórico, pasan las banderas rojas flamantes entre las canciones de la gente.
Cerca de Museo de Historia hay un movimiento particularmente rápido, se escuchan risas y por encima de la multitud levantan una persona. Lo elevaban de nuevo, yo pensaba que él era un mayor, lo hicieron por tercera vez, y entonces me di cuenta, era un Héroe de la Unión Soviética. Lo único que intentaba era tirar de la correa de barbilla de su gorra para que no se le cayera y así no violar la ley de estar en la calle sin gorra. La multitud lo levantó entre sus hombros y le pidieron que sólo les indicara donde necesitaba ir para llevarlo”.
“Ha sonado la primera salva, racimos de proyectiles se dispersan por el cielo – describe la poeta Tatiana Tess en su Saludo a la Victoria – Y repentinamente comenzó la magia. El cielo se convirtió en una cúpula brillante atravesada por rayos de colores. Rayos que se cruzan como espadas en duelo, el cielo parecía un dosel alzado por lanzas de colores. Alta en el cielo, la bandera roja; inesperadamente apareció ondeando sobre Moscú “.
“Tarde por la noche un llamado familiar despertó a la ciudad -. Escribió un corresponsal de “Izvestia” con sede en Bakú. En las fábricas, en los campos, donde la gente ya estaba durmiendo, abrieron sus ventanas y puertas para oír una voz que todos podía escuchar desde el altavoz. Como algo mágico, casi simultáneamente miles de luces se encendíeron en las casas, incluyendo los radios. Todo el mundo estaba esperando el mensaje histórico. En un esfuerzo para compartir la alegría con amigos y vecinos, los residentes salieron de sus casas, hacia las entradas de sus puertas y también hablaban a través de las ventanas abiertas”.
Los periódicos han informado de una reunión en la Academia de Ciencias de la URSS, “emocionados y felices, se reunieron académicos y miembros correspondientes de la Academia de Ciencias de la URSS -. Las ideas de la democracia, la cultura y el progreso, decía el académico V. P. Nikitin – han triunfado sobre el oscurantismo fascista. Los derrotó el Ejército Rojo, los derroto el gran pueblo de la Unión Soviética”.
Con los aliados en el Elba
El teniente general Nikolai Oslikovski del 3er Cuerpo de Caballería se reúne con el Teniente General Gill’s del 13er Cuerpo del Ejército de Estados Unidos el 4 de mayo de 1945 en Torgau a orillas del río Elba, luego del célebre primer encuentro entre la URSS y EE.UU. el 26 de abril de ese mismo año que logró dividir exitosamente al Ejército Alemán en dos partes al norte y al sur. Foto: © Arkadii Shaijet / RIA Novosti.
“Krásnaya Zvezdá”, escribe este 9 de mayo sobre los oficiales soviéticos y generales del 1er Frente Bielorruso que se han encontrado con los estadounidenses en el Elba. “En una entrevista los estadounidenses declaran sinceramente que el liderazgo en la gran victoria sobre la Alemania nazi; lo tuvo la Unión Soviética y su Ejército Rojo. Nos lo dijo el cuerpo de soldados que lucharon en Hannover – la punta de lanza de nuestros aliados. Cuando se despedían de los generales y oficiales soviéticos, el teniente general Gill’s nos dijo: “El Ejército Rojo ha logrado una enorme hazaña! El pueblo estadounidense nunca lo olvidará”.
Churchill visitó la embajada soviética
TASS informó desde Londres: “El día de hoy, el primer ministro Winston Churchill, con motivo del Día de la Victoria; ha llegado en visita oficial para ver a Fedor Gúsev, embajador soviético en Londres. Muchas personas se reunieron en la embajada soviética para ver Churchill y darle la bienvenida”.