QUITO. 59 AÑOS DE UN BAUTIZO SIMBÓLICO

Por PEDRO MARTÍNEZ PIREZ

Este 2 de septiembre  se cumplen 59 años del bautizo en la sede de la Embajada cubana en
Quito del niño Fidel Juan Oswaldo Nieves Navarro, el ahijado ecuatoriano del Comandante
Fidel Castro.Los padres de Fidel Juan Oswaldo, el soldado Virgilio Nieves y el ama de casa
María Enriqueta Navarro,  madre de siete niños,  le habían escrito al líder de la Revolución
Cubana pidiéndole que fuera el padrino de su hijo. La petición llegó a manos de la eficiente
colaboradora de Fidel Castro, Celia Sánchez Manduley, quien transmitió  al canciller Raúl Roa

García la aceptación del líder cubano, así como la indicación de que los diplomáticos que
laborábamos en Quito, efectuáramos el bautizo.El embajador de Cuba en Ecuador era
entonces el doctor Mariano Rodríguez Solveira, quien había sido el Rector de la Universidad
Central Marta Abreu de Las Villas cuando yo cursaba estudios en el horario de la noche en ese Centro, y Maríano era mi profesor de Derecho Civil. Él me pidió que lo acompañara como su
secretario en la misión que le encomendaron Fidel y el Presidente Osvaldo Dorticós, y así lo
hice luego de pasar un curso de algunos meses en el Departamento de Asuntos
Latinoamericanos de la Cancillería cubana, encabezada entonces por el Doctor Raúl Roa
García, quien fue uno de mis profesores, y ganó por su brillante y leal ejecutoria el título de
Canciller de la Dignidad de Cuba.

El bautizo se efectuó en la sede de la Embajada cubana, situada entonces en la Avenida 6 de
diciembre, en Quito, en una fecha histórica para nuestro país: el 2 de septiembre de 1960,
cuando en la capital cubana, en Asamblea General, un millón de personas aprobada la
Primera Declaración de La Habana, que fue leída por el Comandante Fidel Castro.Al bautizo
asistieron varios familiares del niño, algunos amigos de Cuba y dos integrantes de la
delegación cubana que habían asistido unos días antes a la toma de posesión del presidente
José María Velasco Ibarra.

La delegación cubana estuvo presidida por el entonces ministro de economía, Regino Boti, e
integrada por el Alcalde de La Habana, Jose Llanusa, y el Jefe de la Marina de Guerra
Revolucionaria, Juan M. Castiñeiras, los tres ya fallecidos al igual que el embajador
Rodríguez Solveira.

La más feliz de todas las personas en esa ceremonia era precisamente la madre de Fidelito,
convertido desde entonces en ahijado del célebre comandante de la Sierra Mestra.

Pasó el tiempo. El embajador Rodríguez Solveira decidió regresar a Cuba, retornó a la
docencia, entonces como Vice Rector de la Universidad de La Habana, y yo asumí como
Encargado de Negocios la representación de Cuba en Ecuador durante varios meses.El
Comandante Fidel Castro y Celia Sánchez Manduley no olvidaron al ahijado ecuatoriano, y
meses después del bautizo recibí a través de la Cancillería cubana un jarrito con la firma del Jefe de la Revolución que entregué en un acto público en Quito a doña María Enriqueta,
quien asistió llevando en sus brazos a Fidelito.

Ese presente con la firma del padrino cubano a su ahijado ecuatoriano fue mostrado en la
Casa de la Cultura Ecuatoriana «Benjamín Carrión», en Quito, a los numerosos asistentes a un acto en el cual reclamamos desde la capital ecuatoriana la devolución a Cuba del niño Elián
González, algo que la Revolución logró el 28 de junio del año 2000. 

Son vivencias que no se olvidan y que vienen a mi mente cada vez que los cubanos
celebramos la Primera Declaración de La Habana y el aniversario del bautizo en la Embajada
de Cuba en Quito del ahijado ecuatoriano del Comandante Fidel Castro. Una decisión que
refleja la nobleza, la generosidad y la grandeza del líder de la Revolución Cubana ante la
solicitud de una familia humilde de la Patria de Eloy Alfaro. 



[Mensaje acortado]  Ver mensaje completoResponderResponder a todosReenviar