DESDOLARIZACIÓN EN EL HORIZONTE. BRICS (KAZÁN)

ALFREDO JALIFE RAHME

A un mes de la trascendental cumbre del BRICS en Kazán del 22 al 24 de octubre, se han intensificado las “exógenas tres sorpresas de octubre” que muy probablemente tengan, como sustrato de sus volcánicas erupciones bélicas, el advenimiento de un nuevo orden geofinanciero global, que ha acelerado la desdolarización, lo cual va de la mano con el punto de inflexión, un game changer, de la inminente derrota de Ucrania.

Jan Krikke, del portal Asia Times, con sede en Hong Kong (no olvidar: territorio soberano chino), asevera que la “desdolarización es sólo cuestión de tiempo” cuando “crece la especulación de que el BRICS anunciará una divisa comercial apuntalada por oro para romper” la hegemonía del dólar en las finanzas globales.

Dejo de lado la letalidad explosiva de los hieráticos “derivados financieros” de los gigabancos, monopolio de la anglósfera unipolar (que el Banco Internacional de Pagos (BIP) estima en 667 billones de dólares (trillones, en anglosajón), y otros colocan hasta en mil billones de dólares) que muy pocos analistas escudriñan en el mundo por su elevada complejidad inteligible, con excepción temeraria del ex diplomático británico Alastair Crooke y, en forma notable, por Dennis Small, de EIR.

¿Regresará el “patrón oro” –quizá con otras materias primas como petróleo, trigo, uranio– 53 años más tarde después de haber sido desvinculado del dólar por Nixon? El bono hegemónico del dólar, que China colocó hace 11 años en 7.4 billones de dólares, sufre un doble embate: uno endógeno, cuando el servicio de la deuda de EU supera su gasto militar anual; y otro exógeno, cuando desde 2016 el entonces pentapartita BRICS había superado el PIB del G-7.

Krikke comenta que “China sola contribuye a 30 por ciento de la producción industrial global, casi el doble de EEUU ”.

La diversidad de los miembros del BRICS+, mientras hacen fila más de 40 países para ingresar, llevó a que el vicecanciller ruso, Sergei Ryabkov, formulara la creación de una unidad monetaria similar al ecu, precursor del euro.

Otra “plantilla” mencionada es el “Bancor”, propuesta por John Maynard Keynes en Bretton Woods de 1944: “unidad supranacional de contabilidad, vinculada a una canasta de materias primas esenciales como el petróleo y el trigo”. A juicio de Krikke, el déficit comercial masivo de EEUU con China valida hoy el “Bancor” de Keynes.

En espera del advenimiento de la “divisa BRICS”, que, a juicio de Krikke, “no será inmediato”, China opera al unísono de su territorio de Hong Kong, con los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Tailandia (sic), la plataforma mBridge basada en blockchain que “acomoda las transacciones financieras con varias divisas”. 

La plataforma mBridge “usa la tecnología blockchain similar a la criptodivisa ethereum y acomoda las divisas digitales de los bancos centrales (CBDC, por sus siglas en inglés)”, y facilitan en forma “más eficiente y menos costosa el comercio financiero transfronterizo”.

En la gráfica alusiva, Krikke coloca al Banco Central de Arabia Saudita (AS) en el grupo mBridge, lo cual ya es un hecho.

Hace casi un año, el Banco Internacional de Pagos reconoció que mBridge se encontraba en la fase de experimentación “Producto Viable Mínimo (MVP, por sus siglas en inglés) tarea que acaba de cumplir con creces.

Según el autor Zennon Kapron, de Forbes, queda la duda si mBridge “servirá como plataforma para destronar al dólar en el sistema financiero global, ya que no apoya los pagos en dólares”.

Suena difícil creer que EEUU lo asimile sin tomar represalias contra China y los bancos centrales aliados de EAU, AS y Tailandia: coincidentemente tres miembros del BRICS+ con China, y sin Tailandia.

Desde el año pasado abordé en mi libro la inevitabilidad del advenimiento de una “divisa BRICS” . Los detalles de este proceso, del cual se discute todavía su carácter plural y multiforme, se puede decantar en Kazán a fines del próximo semana.

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