Por Jorge Lezcano Pérez* / Panorama Mundial
Agosto es un mes de privilegio para los cubanos. En ese mes, el día 13 de 1926, nació Fidel Castro Ruz. Enero también lo es, pues el día 28 de 1853 vino al mundo José Martí Pérez; y el mes de julio pasó a la historia cuando el día 26 de 1953, Fidel, llevando en su corazón las doctrinas del maestro, al frente de un pequeño grupo de revolucionarios, atacó el cuartel Moncada.
Desde entonces nuestro Comandante en Jefe nunca dejó de inspirar, alertar y orientar al pueblo en la lucha por la libertad, soberanía e independencia de Cuba y de conducirlo victoriosamente por la senda del socialismo.
El ocho de enero de 1959, en demostración temprana de su extraordinaria capacidad para prever el futuro y adelantarse a los planes del enemigo expresó: “no nos engañemos creyendo que en lo adelante todo será fácil, en lo adelante quizás todo será más difícil”. “Los peores enemigos que en lo adelante puede tener la Revolución Cubana seremos los propios revolucionarios”. Y con claridad meridiana sentenció: “Todo el que haga algo contra la paz en Cuba, todo el que hoy ponga en peligro la tranquilidad y la felicidad de millones de madres cubanas, es un criminal y un traidor”i
Desde el mismo mes de enero de 1959, los Estados Unidos comenzaron a ejecutar sus planes para impedir la consolidación de la Revolución y posteriormente derrotarla, para lo cual utilizaron todas sus armas, especialmente las ideológicas y económicas, incluidas, por supuesto, las militares; razones por las que Fidel consideró la urgencia de preparar cultural, política e ideológicamente al pueblo para que pudiera enfrentar con éxito el extraordinario poder de los imperialistas.
Debe recordarse que para entonces Cuba contaba con un millón de analfabetos y que los cubanos habían sido educados en un profundo sentimiento anticomunista y de total dependencia a la nación del norte.
En tales circunstancias era válida la creencia de muchos que para que Cuba pudiera vencer tamaño reto tendría que producirse un milagro, y, por supuesto, tal milagro no se produjo.
Lo que sí ocurrió fue que en apenas 28 meses se llevó a cabo una extraordinaria transformación revolucionaria en la conciencia del pueblo como la que motivó que miles de ciudadanos acudieran, en nombre del socialismo, a combatir victoriosos a los mercenarios yanquis que desembarcaron en Playa Girón.
El origen de esa victoria y de las que vendrían después, se encuentra en la genialidad de Fidel para sembrar ideas, en su cultura de hacer política, en sus enseñanzas para llevar a cabo un proceso político que convence y moviliza.
¿Cómo interpretar esa genialidad de Fidel en el momento en que le rendimos homenaje en ocasión del 98 aniversario de su nacimiento? ¿Cómo apreciar la vigencia de su pensamiento ante los problemas y dificultades que hoy enfrentamos?
Las respuestas a estas interrogantes las vamos a encontrar en el Programa adoptado en el III Congreso del Partido Comunista de Cuba, en particular en el llamado que se hace a aprender del caudal teórico que constituyen sus pronunciamientos, su sabiduría, de su cabal comprensión de la realidad cubana; aprender de su permanente análisis crítico de nuestros errores y deficiencias; de su intransigente y lúcida crítica al imperialismo.
Siendo fiel a esas orientaciones citaremos algunas de sus ideas que nos aportan argumentos para interpretar la realidad actual y actuar en consecuencia.
(…) Creer que crear unos cuántos mecanismos que remedan los mecanismos capitalistas van a resolver los problemas del desarrollo y del socialismo es una gran ingenuidadii. (…) No hay economía sin política, ni política sin economíaiii.
Definición con la que demostraba su comprensión del vínculo dialéctico existente entre las decisiones económicas y las decisiones políticas, pues ambas impactan a favor o en contra sobre el bienestar del pueblo y el crédito de la Revolución.
No menos actual es su afirmación de que “la indisciplina, toda cosa mal hecha, toda cosa inmoral, toda cosa ilegal…la chapucería, la negligencia, podría decir que, incluso, la delincuencia…hay que combatirla intransigentemente en todas partes, porque son como los tripulantes de las barcazas que se acercan a nuestras costas para invadir el país, son la quinta columna, los agentes del imperio, de la ideología de la contrarrevolucióniv .
Es importante tener en cuenta que temas como los discutidos durante la última quincena del mes de julio del presente año 2024, en el VIII Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, en el Consejo de Ministros y en la X Sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, ya habían sido enfrentados por el pueblo en parecidas y difíciles circunstancias, con la victoriosa conducción de nuestro Comandante en Jefe, de ahí la necesidad de acudir a las ideas que nos legó en su caudal político.
Desde 1965 nos alertó “que el socialismo tiene que cuidarse del burocratismo tanto como del imperialismo… es más peligroso, porque es un enemigo clandestino”v . Y en su constante combate contra esa manifestación del espíritu pequeño burgués en el Estado proletario, Fidel fue explicando como el burocratismo significa la ausencia de contacto entre el que dirige y las masas, el por qué daña la economía, promueve el descontrol, elemento clave para facilitar el robo y la corrupción; a la vez que debilita la unidad del pueblo, su disposición al sacrificio y a la resistencia, genera apatía, falta de interés por el bien público y una actitud conformista frente a lo mal hecho.
Pero el gran aporte de Fidel no solo está en diagnosticar certeramente los problemas que ponen el peligro la Revolución sino en diseñar el método para resolverlos y para continuar perfeccionando el socialismo: que el pueblo participe en los problemas y de sus opiniones, que el pueblo decida y controle permanentemente y que el Partido lleve a cabo sistemáticamente un eficiente trabajo político ideológico.
En su búsqueda constante para identificar los problemas que dañan al pueblo y afectan a la Revolución Fidel explica algunas ideas que bien merecen ser examinadas a la luz de lo que hoy está ocurriendo en el país y expresó: (…) no podemos incurrir en la ilusión o en el error…de que el socialismo se puede construir sin el Partido, sin en el trabajo abnegado del Partido y la juventud, sin el trabajo revolucionario, sin el trabajo político”vi. (…) Aquel que debilite la autoridad del Partido estará debilitando la autoridad de la Revolución. Sin Partido no hay revolución, sin partido no hay socialismo”vii.
De igual manera la importancia que tiene el control como método indispensable del socialismo para su desarrollo y subsistencia no escapó de su análisis, tal y como se observa en la ideas siguientes: (…) ¿Quién puede sustituir la eficiencia, la eficacia, la infalibilidad de los controles por las masas?”viii. (…) aun la más eficiente administración no puede generar el control, la vigilancia, eficiencia, combatividad y energía de masas que requieren las dificultades a vencer”ix.
Y es fundamentado en esas ideas que Fidel va esclareciendo el contenido y significado de la labor política e ideológica que tienen que realizar los cuadros del Partido, la juventud y los dirigentes de las organizaciones de masas, estatales y gubernamentales de todos los sectores del país. Para Fidel “no se puede hacer trabajo político en abstracto. Profundizar en los conocimientos, en las ideas, en lo que pasa aquí, en lo que pasa en el mundo. Ser francos, ser valientes, ser veraces”x . (…) en la lucha ideológica no se conquista a nadie sino con la verdad, con los argumentos, con la razón”xi.
Tener en cuenta de manera especial que: (…) ideología es ante todo conciencia; conciencia es actitud de lucha, dignidad, principios y moral revolucionaria. Ideología es también el arma de lucha frente a todo lo mal hecho, frente a las debilidades, los privilegios, las inmoralidades”xii .
Agosto no solo es un mes de privilegio para los cubanos, es también un mes de victoria, por eso concluyo este modesto análisis sobre algunas de las enseñanzas de Fidel con un breve comentario sobre lo ocurrido el 5 de agosto de 1994.
El 5 de agosto de 1994, el imperio yanqui reta y amenaza a la Revolución lanzando a las calles habaneras a mercenarios a su servicio, reclutados entre grupos de lumpen y antisociales, con la misión de realizar acciones vandálicas de tal naturaleza que obligaran al gobierno cubano a utilizar las fuerzas militares para reprimirlas, lo que les daría el pretexto para invadir el país.
Fidel, que ya había preparado a los revolucionarios para enfrentar una provocación como esa, respondió de manera diferente a lo que esperaba el gobierno de Estados Unidos, que consistió en ofrecerle al imperio y al mundo una clase magistral de unidad y de trabajo político ideológico expresado en el ejemplo personal, la vinculación con el pueblo, en el saber apelar al honor y dignidad del hombre, en la disposición de dar su propia vida por la seguridad y el futuro de su pueblo.
De esa manera, Fidel al frente de su pueblo convirtió el 5 de agosto en una victoria histórica de la Revolución e hizo válida la sentencia de José Martí: “Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra”xiii.
Hoy, en el 98 aniversario del nacimiento de nuestro Comandante en Jefe, la historia tiende a repetirse, las circunstancias son iguales o peores que en 1994, el imperialismo acrecentando sus medidas para “enajenar el apoyo interno a través del desencanto y las dificultades económicas…negarle dinero y suministros a Cuba, para disminuir los salarios reales y monetarios a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”xiv; y el enemigo interno haciendo labor de quinta columna (mediante el aumento excesivo y abusivo de los precios, el robo, la corrupción, el acaparamiento de los recursos, sembrando la desconfianza y la desunión del pueblo) y presto a jugar el papel que no pudieron cuando la invasión mercenaria por Playa Girón.
Fidel, al igual que entonces mantiene intactas sus orientaciones: resistir, porque “el único camino de la supervivencia de los procesos revolucionarios es la resistencia” xviii xv y fortalecer aún más la unidad, “Unidad que significa la lucha común contra anexionistas, vende patrias y corruptos”xvi… “fue la unión la que nos hizo triunfar”…“la que nos dio fuerzas para resistir exitosamente al más poderoso imperio que haya existido jamás”xvii y “no importa que los obstáculos sean grandes, no importa que las dificultades sean grande: ¡La unión y la estrategia común es la condición esencial y el único camino de la victoria” .
Agosto 2024
* Revolucionario cubano. Fue miembro del Comité Central del Partido y su dirigente en La Habana, diputado y embajador.
I Discurso pronunciado por Fidel Castro Ruz en el cuartel de Columbia, el ocho de enero de 1959.
II Castro Ruz, Fidel. Rectificación, Selección Temática. Editora Política. La Habana, 1990, p. 55.
III Discurso pronunciado por Fidel Castro Ruz el 14 de febrero de 2003
IV Castro Ruz, Fidel. Rectificación. Selección Temática. Editora Política. La Habana, 1990, p.11
V Discurso de Fidel Castro en el sexto aniversario del triunfo de la Revolución el primero de enero de 1959, en la Plaza de la Revolución.
VI Castro Ruz, Fidel. Rectificación. Selección Temática, La Habana, 1990. p.58.
VII Ibídem, p.11
VIII Discursos de Fidel en aniversarios y eventos de los Comités de Defensa de la Revolución, Editorial Orbe, ciudad de La Habana, 1977, p.196
IX Discurso pronunciado por Fidel Castro en la Plenaria Provincial de la CTC celebrada en el Teatro de la CTC, el 3 de septiembre de 1970
X Discurso de Fidel Castro Ruz en la clausura del V Congreso del Partido Comunista de Cuba.
XI Diccionario de pensamientos de Fidel Castro. Segunda edición revisad y ampliada. Susi Sarfati, Salomón. Editora Política, La Habana, 2016, p. 502
XII Discurso pronunciado por Fidel Castro Ruz en el acto del final de Curso escolar 1989-1990. Periódico Granma, 16 de septiembre de 1989, p. 3
XIII El Partido Liberal, México, enero 30 de 1891. La Revista Ilustrada. Nueva York, enero de 1981. OC. T 6, p.15
XIV L D,Mallory, importante funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos 6 de abril de 1960
XV Susi Sarfati, Salomón. Diccionario de pensamientos de Fidel Castro Ruz. Segunda edición revisada y ampliada. Editora Política, La Habana, 2016, P.373.
XVI Ibídem, p. 493. XVII Ibídem, p.495 XVIII Ibídem, p.494 Volver a la página inicial 19 de Julio de 1979 4