Ponencia presentada en evento celebrado con motivo de los 130 años del nacimiento de Martiategui, el jueves 13 de junio en la Casa Museo José Carlos Mariátegui
José Octavio Toledo-Alcalde / Valencia. España
Tengan buenas noches, amigas y amigos, compañeras y compañeros. Les habla su amigo José Octavio Toledo-Alcalde desde la ciudad de Valencia, España.
Estoy muy contento por formar parte de esta jornada conmemorativa por el 130 aniversario del nacimiento de nuestro Amauta José Carlos y el 101 aniversario de su retorno de Europa al Perú. Quiero agradecer a la Asociación Amigos de Mariátegui y al Museo Mariátegui por la invitación que me han realizado. Quiero agradecer de forma especial al compañero Gustavo Espinoza por todo el apoyo que me ha brindado y por los dos prólogos que ha regalado a la obra y que ustedes pueden encontrar en la biblioteca del Museo que hace unos meses pude enviarlo.
Quiero también aprovechar para saludar a los compañeros que han presentado temas relacionados con el Amauta y, a pesar de las distancia, a las compañeras artesanas que nos venido deleitándonos con sus calzados en la feria artesanal. Igualmente saludar la presentación del libro que están llevando adelante en la jornada así como la presentación de arte plástico. Y, a todas y todos que el día de mañana se unirán a la celebración floral en el lugar donde descansa nuestro Amauta.
Quiero empezar con lo dicho por Antonio Zapata (2007) sobre la vigencia del Amauta: «[Mariátegui] podría regresar mañana, porque su pensamiento tiene un filón heterodoxo y libre, moderno y justiciero, que apela a lo mejor del ser humano y viene bien en un tiempo gris como el actual, que necesita con urgencia renovar sus proyectos e ideales». Este trabajo se sitúa en un contexto global donde la violencia, en todas sus formas, se expande sin distinción geopolítica, acompañada de prácticas denigrantes como la misoginia y homolesbobitransfobia, incluso desde sectores autodenominados progresistas o izquierdas moderadas y democráticas.
Hablar de género en nuestro tiempo se ha convertido en un jugoso producto de comercialización de ONGs ajenos a contextos en donde mujeres y personas de diversidad de género sufren diariamente violencia física, psicológica hasta espiritual proveniente de organizaciones religiosas heteronormativas, dogmáticas y sexo-excluyentes.
El libro se organiza en cuatro unidades, con un total de ocho capítulos. La primera unidad, capítulos uno y dos, explora las primeras experiencias familiares de Mariátegui y sus aportes narrativos iníciales. A través de testimonios de María Wiesse y otras fuentes, recreamos escenas familiares junto a su madre María Amalia, su hermana Guillermina y su hermano Julio César, imaginando lo que podría haber sucedido. Esta crónica de género destaca la conexión entre la costura de su madre y el análisis periodístico de Mariátegui. Además, aborda la identidad en la familia Mariátegui: el Amauta usó al menos 15 seudónimos en su carrera periodística, su padre Francisco Javier Requejo ocultó su identidad bajo el nombre Francisco Eduardo, y su hermano Juan Clímaco Julio se llamó Julio César en su mayoría de edad, mientras que las mujeres de la familia nunca cambiaron su identidad. El nombre de nacimiento del Amauta fue José del Carmen Eliseo, reflejando el profundo sentimiento religioso de su madre.
La segunda unidad, capítulos tres al cinco, examina sus crónicas de género misóginas, sus relaciones con su primera compañera Victoria Ferrer González y la segunda compañera Anna Chiappe donde, de igual forma, se alude a la crónica invisible de Clorinda Matto. Cabe resaltar, en los 7 ensayos el Amauta no mencionó a la escritora calqueña; lo cual si hizo tres años antes en su artículo El problema primario del Perú, publicado en Mundial el 6 de febrero de 1925: «Digamos algo de lo que diría ciertamente Clorinda Matto de Turner si viviera todavía. Este es el mejor homenaje que podemos rendir los hombres nuevos, los hombres jóvenes del Perú, a la memoria de esta mujer singular que, en una época más cómplice y más fría que la nuestra, insurgió noblemente contra las injusticias y los crímenes de los expoliadores de la raza indígena».
En esta sección se analiza la posición de Mariátegui sobre la estigmatización misógina de Blanca Luz Brum, quien fue despectivamente apodada «el colchón de América» por sus relaciones personales. Pese a su talento poético, literario y político, no fue suficientemente reconocida fuera de Uruguay. Ángela Ramos la consideró «la mujer más revolucionaria de América,» y Mariátegui la describió como «una excelente amiga mía y una encendida revolucionaria.» Sin embargo, Blanca Luz terminó sus días bajo una dictadura en Chile, ilustrando los reveses del poder y el capitalismo destructivo. Su cercanía al Amauta no garantizó coherencia con sus ideales, lo que invita a reflexionar sobre los casos de transfuguismo ideológico y político en la izquierda actual. Muchos que comenzaron con Mariátegui terminaron sucumbiendo al dios de la riqueza, Mammon.
La tercera unidad, capítulos seis y siete, por un lado, se aborda las cartas desde Italia con énfasis en Juana de Arco, refiriéndose a la obra de Joseph Deiteil y, por otro lado, se reflexiona sobre la omisión en los análisis del Amauta de María Jesús Alvarado Rivera, y otras activistas sociales, políticas y académicas de su época. En la tercera parte, cuando Mariátegui había desposado una mujer y algunas ideas, nos hablará desde crónicas de género desde Italia. A partir de ese periodo comenzaremos a percibir el nivel de influencia que la encubierta deportación ejerció en Mariátegui. En Crónicas desde Italia, como hemos denominado a este acápite, veremos el nivel de fascinación que, desde la perspectiva de género, lo deslumbró, así como el inicio del descubrimiento de la autonomía crítica, que lo caracterizó, y aquella capacidad de discriminación e independencia de criterios que lo llevó a sentenciar, “sin calco ni copia, sino creación histórica”.
Recordemos que a partir de 1919, durante su encubierta deportación, el Amauta sembró lo que después no quiso cosechar. La construcción de su imaginario político e ideológico, de base marxista y leninista, estuvo relacionada de manera asimétrica con su percepción del rol histórico de las mujeres en los diferentes procesos emancipadores. Mientras, por un lado, defendía las luchas del movimiento obrero, por otro lado, ridiculizaba los esfuerzos de las mujeres por participar en los procesos electorales en igualdad de condiciones que los hombres. Este proceso de ajustes y reajustes de sus convicciones, de manera integral y coherente, lograría cohesionarse a su retorno de Europa donde reconoció el histórico aporte de militantes como: Clara Zetkin, Rosa Luxemburgo, Alexandra Kollontay, Inessa Armand, Nadezda Krupskaya.
Cerramos esta tercera parte aludiendo crónicas de género no consideradas por el Amauta como las escritas por mujeres que participaron en la revolución mexicana entre la primera y segunda década del siglo XX. Entre otras resalta Malaquías Amelia de Jesús Robles (1889), transformada en el Coronel Amelio Robles, principal del ejercito zapatista.
La cuarta y última unidad, en el capítulo ocho, sintetizamos la relevancia del proceso de inclusión e integración de las relaciones de género en la revista Amauta, y su consolidación política, ideológica y lingüística en el movimiento feminista. En la última parte se muestra al Amauta en el esplendor de su edad madura con el articulo «Reivindicaciones Feministas» publicado en Mundial el 19 de diciembre de 1924 y su escueto informe sobre el III Congreso Internacional de Reforma Sexual el 18 de octubre de 1929. En este periodo de su vida, Mariátegui se mostró revolucionariamente feminista. La obra concluye con dos galerías fotográficas: «Memorias I» y «Memorias II» que presentan a mujeres de su entorno y época, así como mujeres contemporáneas cuyas crónicas de género siguen siendo escritas. Especial mención a la visibilidad que hacemos a Trinidad Millares la joven que acompañó a Annita y José Carlos en el cuido de sus cuatro hijos. Este es el caso de muchas mujeres que pasarán a la historia como seres anónimos, sin familia, sin palabra, sin historia, pero seguramente con votos dedicados a sus representantes al Congreso.
Este trabajo parte del supuesto de que en las corrientes de izquierda actuales, dentro y fuera del Perú, persisten los estigmas misóginos, homofóbicos y heteronormativos que enfrentó el Amauta. Les invito a preguntar a compañeras lesbianas, trans y compañeros homosexuales, activistas de izquierda, sobre sus experiencias de exclusión en sus organizaciones. Este libro está dedicado a una compañera transgénero, destacada en «Memorias II» junto a otras heroínas de las luchas sociales.
Creemos que el Amauta, si escribiera hoy un ensayo sobre las mujeres, señalaría la toxicidad inhumana y anti-revolucionaria de la actual política neocolonial bajo la primera presidenta del Perú y el Congreso. También condenaría el genocidio en Palestina, ignorado por los poderes occidentales, donde a 240 días del conflicto iniciado en octubre de 2023, el número de asesinados asciende a 36,439, de los cuales un 70% son mujeres y niños.
Asimismo, denunciaría la represión sufrida por compatriotas del Sur Andino, del Cusco, Puno y Ayacucho, herederas de luchadoras anticoloniales como María Valdizán (Pasco, 1761), Cleofé Ramos y sus hijas María e Highinia Toledo, Tomasa Tito Condemayta (Acos, Cusco, 1740), Micaela Bastidas Puyucahua (Pampamarca, Cusco, 1744), María Andrea Parado Jayo de Bellido (Paras, Ayacucho, 1761) y Catalina Buendía de Pecho (Ica). Entre otras crónicas de género de estas mujeres combativas, revolucionarias que deben ser visibilizadas para las jóvenes generaciones, donde, consideramos, germina la semilla de la transformación radical de un Perú que necesita urgentemente de estas nuevas generaciones. Termino diciendo, ¡VIVA MARIÁTEGUI, VIVA EL PERÚ! Reciban un fuerte abrazo. Un caluroso y fuerte abrazo desde Valencia, España. Que tengan muy buenas tardes y que continúen celebrando el motivo de la presencia de nuestro Amauta en Perú donde vino para no irse nunca más.
Gracias
José Octavio Toledo-Alcalde
Valencia (España), 13 de junio de 2024.