NO SE TAPA EL SOL CON MENTIRAS

Cuba salva vidas en Gambia. 

Por María Inés Álvarez Garay (*)

La maldad de una nación poderosa sobre una pequeña isla solidaria no puede triunfar, porque somos verdaderos, auténticos, nuestra solidaridad es palpable, digna y veraz. 

Hacer el bien es un acto de amor a los otros y a sí mismo, recordemos a Martí cuando decía: «Las cosas buenas se deben hacer sin llamar al universo para que lo vea a uno pasar. Se es bueno porque sí; y porque allá adentro se siente como un gusto cuando se ha hecho un bien, o se ha dicho algo útil a los demás» 

Los miembros de la BMCGambia, disfrutan el inmenso placer de hacer el bien, de curar el cuerpo y también el alma, de sembrar salud , amor y recoger corazones llenos de felicidad y gratitud. 

En el hospital Edward Francis de Banjul, capital de Gambia, nos encontramos con un grupo de colaboradores cubanos que invierten todas sus energías y sus esfuerzos en la atención de la población gambiana. 

Nos vamos hasta la sala de pediatría y allí encontramos a Fatoumatata Kamara, un 

bebé de tres meses con antecedentes de prematuridad, bajo peso al nacer que sufrió varías complicaciones que lo llevaron a un estado crítico durante su evolución clínica, y fue salvado del dolor y la muerte por un valioso equipo de trabajo constituido

por gambianos, cubanos y nigerianos. 

Hoy llega a la consulta de seguimiento con una sonrisa en su rostro y es recibido nuevamente por su enfermera Neonátologa Dra.C Elsa Martínez Sariol.Doctor en Ciencias de la Educación Médica y Profesor Titular de Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba.

Elsy quién da fe que el profesionalismo emerge cuando se trabaja por amor…

Se trata por otro lado de una actitud llena de profundas convicciones morales y del conocimiento de la conducta humana.Eso es mejor que ser príncipe: ser útil. Decía Martí. 

Nuestros enemigos acérrimos , esos que intentan tergiversar la maravillosa labor que realizan nuestros profesionales de la salud por el mundo, no pueden comprender esa sonrisa tierna y feliz de un bebesito devuelto a la vida y la mirada llena de amor y satisfacción de su neonatóloga, sencillamente porque eso hay que vivirlo para sentirlo.

(*) Profesora y colaboradora de la Brigada Médica de Cuba en Gambia