EL FASCISMO Y MUSSOLINI VISTO DESDE NUESTRA AMERICA

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fines de octubre de 1922 se concretó la Marcha sobre Roma, protagonizada por la andrajosa caterva de seguidores de Mussolini. Antes de esa circunstancia, como en (casi) todas, ya las clases medias asustadas y la burguesía aplaudieron, financiaron y participaron del armado de los batallones anti-sindicales, anti-socialistas, mientras sectores liberales y monárquicos ‘de la cultura’ le daban letra y música.

El máximo documento escrito en castellano, mientras el fascismo de Mussolini estaba empezando a crecer y desplegarse, mientras ya se había concretado el golpe de Primo de Rivera en España, y mientras Adolfo Hitler ya había malogrado su ‘Marcha sobre Berlín’, planificada el 8 de noviembre de 1923 con altas dosis de cerveza en Múnich, lo escribió un estudioso, intelectual y militante latinoamericano: José Carlos Mariátegui, bajo el título BIOLOGIA DEL FASCISMO.

Este artículo esclarecedor, forjado desde Nuestramérica, vio la luz en momentos en que el pensamiento marxista todavía discutía la naturaleza del fenómeno fascista, mientras se intentaba decodificar qué era, porque lo nuevo y lo que ilusionaba era la revolucionaria soviética.

Sin embargo, al contrario del conocido apotegma marxiano, de que la historia se repite, y la tragedia se ve reiterada, tiempo después, de manera farsesca, con el fascismo ocurrió al revés: primero se produjo la farsa estrambótica del Duce irrumpiendo en los palacios romanos, llenos de polvo y pesadillas, seguido de una «corte de los milagros» armada con fusiles herrumbrosos y herramientas de carnicería, y una década después, el Führer se ocupó de la tragedia, paseando por Europa, a caballo de sus tanques, el poder de la elite financiera e industrial alemana, hasta que fue detenido en seco por los soviéticos al costo de decenas de millones de vidas.



El fascismo “clásico” tuvo sus precuelas en las que Carlos Astrada llamó “escatologías”, o sea el pensamiento conquistador, colonialista, racista y antisemita que impregnaba la Europa del fin del siglo XIX, que hundía sus raíces en el irracionalismo filosófico y el fanatismo religioso, pero pareció terminar definitivamente de manera tan teatral como había comenzado, con Mussolini y su amante Petacci fusilados y colgados cabeza abajo en exhibición pública en Milán.

Sin embargo, ahora que se cumple justo un siglo, el fantasma parece resucitar. En la península itálica, la secuela del Duce se corporiza en una dama de apariencia viscosa que explota el apellido Meloni, quien compite dignamente con Mussolini por el galardón de la “Commedia del Arte”.

Otras manifestaciones más o menos farsescas se diseminan por el mundo, de Brasil a Ucrania, pasando por el motociclista Duterte en Filipinas, entre tantos.

Sin embargo, la risa se nos hiela en la garganta cuando nos preguntamos por la identidad del protagonista de la tragedia subsecuente que se nos promete, la que inundará a la civilización con cenizas radioactivas a escala planetaria.

Al respecto, www.purochamuyo.com  / Cuadernos de Crisis ha ofrecido hace unas semanas, las premoniciones oscuras pero a la vez esclarecedoras que escribió Franco ‘Bifo’ Berardi, en su ensayo “Del fascismo futurista al geronto-fascismo”.