La Unidad y la hoja del mangle
Luis Varese
El mangle es un árbol costero del mar, probablemente originario de Malasia. En América está en el Atlántico, el Caribe, el Golfo y claro el Pacífico. Viaja solo, como un palito semisumergido, y luego se congrega en bosques fuertes y sólidos, entrelazando las raíces. Alberga a miles de seres vivos y los convoca. Esta pequeña introducción botánica me resulta ejemplar, porque de cada cinco hojas, una se sacrifica, absorbiendo la salinidad del agua, para que las otras 4 sobrevivan con el agua dulce. De cada cinco hojas, hay una amarilla y cuatro verdes. La amarilla es la solidaria y desaparece en el proceso.
En la guerra contra la agresión de los EEUU, que tuvo que librar el pueblo de Nicaragua y el FSLN, entre el 80 y el 90, uno de los ejemplos de Unidad, a nivel de sacrificio personal, fue Myrna Cunningham, médica cardióloga Sandinista, secuestrada y violada por la contra, en la Costa Atlántica, en el río Coco o Bilwi.
Luego de años de lucha, se sentó como miembro del Gobierno Sandinista frente a sus secuestradores a negociar la Paz y la Unidad para derrotar al Imperio. Qué mayor ejemplo de coraje, de valentía y de lucha por la Unidad y qué mayor sacrificio se puede pedir a una mujer patriota.
La Unidad exige sacrificio y renuncia a las ambiciones personales. Dos elecciones seccionales se avecinan, en Perú y en Ecuador. Ambas tienen una enorme importancia para continuar en la lucha antifascista. No se puede conceder a la derecha el espacio que reclama. Cualquier concesión que se le haga, será aprovechado y, gananciosa, celebrará el triunfo. Jamás podemos confiar en la derecha, jamás podemos aliarnos a ella. Pensar en un frente con la derecha es el inicio de la derrota. No voy a enumerar las razones, solamente diré una sola: son vendepatria. Jamás escogerán a la Patria y sus pobres como aliados. Escogerán al imperio que les da de comer de la mano.
Quien a estas alturas no haya entendido que la Soberanía es el único camino, no ha sabido leer la historia y prefiere sacrificar a la Patria (que somos el conjunto de seres humanas y y humanos que la habitamos) en el altar de la vanidad o peor aún de la codicia. En el Perú alguno propone a Ricardo Belmont, un personaje saltaperico, hombre de la derecha. En Ecuador se propone un frente amplio que incluya a sectores de derecha. Por favor, la unidad debe ser en defensa de los intereses populares y la “práctica es el único criterio de verdad”, y la práctica de la derecha es vender al mejor postor los bienes de la Nación.
En el Perú el pueblo ha votado por un programa de izquierda, incluso de izquierda radical. No ha votado por la derecha ni por un proyecto medias tintas. En el Perú hay que ir a la Asamblea Constituyente y el Presidente debe jugarse por ello. Debe bajar al territorio y acumular fuerzas con el pueblo. Debe responder con fuerza y entereza al tema agrario, al tema del crédito popular y solidario, al tema del gas y de la Constituyente. Debe responder con firmeza al tema del derrame ecocida de REPSOL. Sin media tintas. Y la izquierda debe apoyar todo ello, la izquierda de los movimientos populares y sociales debe asumir el protagonismo. La izquierda partidaria, con humildad y sacrificio compartir los cuadros que tenga y sobre todo los jóvenes, que deben incorporarse a la lucha volviendo a la cancha y saliendo de las tribunas. Nada de Belmont u otros personajillos del oportunismo criollo.
En Ecuador la Revolución Ciudadana (que probablemente sigue siendo la mayor fuerza político-electoral, con Rafael Correa) debe aliarse finalmente con los sectores más progresistas, mujeres, ecologistas, movimiento indígena y dejar de lado tanta vanidad y oportunismo, para buscar la verdadera oportunidad de avanzar en la derrota del fascismo. Y recuerden, no hay medio fascistas. Hay fascistas y punto. Y no es para estar haciendo juegos de palabras, es para enfrentarlos en su terreno de la ideología y de la práctica democrática cotidiana.
Las conquistas democráticas alcanzadas se han ido perdiendo a una velocidad pasmosa. Si las carreteras, que parecían tan sólidas están siendo corroídas, veamos qué pasa con las políticas públicas de beneficio ciudadano, están pulverizadas. Debemos detener esa forma de ver al campo popular entre los buenos y los malos, los traidores y los Correístas y los anticorreístas. Veamos los espacios sociales y populares y quién los defiende. La Izquierda social, las organizaciones que defienden los espacios democráticos alcanzados son los aliados naturales que deben unirse. Las izquierdas políticas, partidarias, que aún permanecen en el oscurantismo de debates, y que en la práctica terminan aliados con las lumpenoligarquías, no pueden ser parte estratégica de las alianzas, aunque fueran electorales, ya que al final terminan vendiendo su curul o su concejalía al mejor postor.
Las bancadas populares y ciudadanas, como tales deben salir a la calle a defender lo conquistado. Nadie se entera de lo que ocurre en el Congreso o en La Asamblea. Finalmente a nadie le importa, a nivel masivo si votaron o se abstuvieron. Nadie los siente políticamente eficiente. Salvo en el caso de las leyes económicas fundamentales que incluyen los impuestos. Hoy más publicidad tiene un juez o un fiscal de medio término, que un Asambleísta o Congresista. A ese punto nos ha llevado la politización del Poder Judicial, de la prensa que se ha vuelto un partido político, o de la mentira institucionalizada que crucifica a los honestos y beatifica a los ladrones y criminales.
Los movimientos y partidos deben recuperar el papel de formadores, no solo de ideologías sino de participación política. El feminismo, el ecologismo, el movimiento indígena, el movimiento campesino, el barrial e incluso el sindical, tan venido a menos en algunos países, deben cumplir su papel aglutinador de ideas y de banderas de lucha.
Debemos de romper el estupor que nos ha causado la derrota en el caso de Ecuador o paradójicamente, la Victoria, en el caso del Perú. Derrota y Victoria, han causado desmovilización. ¿Cómo leemos este momento de la historia en los dos países andinos, con grandes trayectorias de lucha y conquistas democráticas?
Los que tienen la capacidad de aglutinar, también tienen la capacidad de dividir. Ellos y ellas deben ser la hoja amarilla del mangle, capaz de absorber la salinidad y sacrificarse para que las hojas verdes, jóvenes, surjan y den vida a la solidaridad y al progresismo. A la Soberanía y a la Unidad de Nuestramérica. Propongamos un evento nacional capaz de converger. Sin temores ni rencores. Se presentan dos elecciones seccionales en el Perú y en el Ecuador. ¡Buena oportunidad!
Se presentan dos elecciones presidenciales en Colombia y en Brasil. Maravillosas ocasiones de revertir la historia de guerrerismo y sumisión al imperio. Vamos compañeras y compañeros, la hora es buena.