La Habana-. El día que nació el Contingente Henry Reeve, Fidel señaló que su objetivo no solo sería apoyar a una nación, sino prestar cooperación inmediata a cualquier país: “Demostraremos, aseguraba que hay respuesta a muchas de las tragedias del planeta y que el ser humano puede y debe ser mejor….”
Las palabras del líder de la Revolución quedaron grabadas en el
alma de la medicina cubana que hoy “abraza continentes” a través de los miles
de integrantes de ese ejercito salvador de vidas que ha acudido en casos de
emergencias, a múltiples lugares del mundo : Cómo olvidar el terremoto de
Paquistán en el 2005; las intensas lluvias en Guatemala en
ese mismo año, la emergencia de salud provocada por el cólera en Haití , el
ébola en Sierra Leona, Guinea, Liberia en el 2014 y su presencia ante el
paso de desbastadores huracanes que pasaron por la Republica
Dominicana en el 2015 y hasta Haití nuevamente en
el 2016.
Ahora, ante una emergencia sanitaria global provocada por el coronavirus
Sars-Cov-2 los de batas blancas que enfrentan la muerte, han llegado al corazón
de Europa , a la Republica de Togo en África Subsahariana y hasta las islas
Turcas y Caicos en el Caribe, por primera vez.
Los profesionales de la salud de Cuba se han convertido en verdaderos héroes de esta batalla contra la muerte. Su entrega generosa, poniendo en peligro hasta sus propias vidas, le ha ganado el reconocimiento y amor de muchos. Han estado en la primera línea del enfrentamiento con valentía y profesionalidad como lo asegura el doctor Leonardo Fernández Fernández, fundador del contingente Henry Reeve y protagonista de más de cinco misiones de salud. El especialista en cuidados intensivos regresó recientemente de Lombardía, Italia.
“Fueron momentos difíciles, llegamos justo cuando el pico de la pandemia ensombrecía la esperanza. Los profesionales de la salud de ese país nos recibieron con respeto y camaradería. Juntos pudimos enfrentar la muerte en la zona roja y en las áreas asistenciales de los hospitales donde trabajábamos.”
“Pudimos aplanar la curva, trabajamos durante muchas horas y nuestras vidas estuvieron en manos de nuestros propios compañeros que ni por un segundo descuidaron las necesarias medidas de bioseguridad. El tiempo en Europa en un país del primer mundo me hizo reflexionar, y otra vez el compromiso con Fidel estuvo en mi alma de revolucionario a toda prueba. Nunca he olvidado el juramento de aquella tarde del 19 de septiembre en la Ciudad Deportiva. Todos nos comprometimos a prestar nuestros servicios en cualquier lugar del mundo y hasta hoy ese ha sido nuestro mayor orgullo y desafío.”
“Desafío porque hay quienes no entienden la esencia humanista de la medicina cubana. Ella forma parte de tu vida en el azaroso andar contra todo pronóstico porque la muerte acecha y tu condición de médico toca la puerta del deber para recordarte, que eres un galeno, no de cualquier parte, sino de Cuba.”
Pero el Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias Henry Reeve creado en el 2005 tiene sus raíces en una amplia cooperación médica cubana que surgió desde los primeros momentos del triunfo revolucionario. En 1963 una brigada llegaba hasta Argelia por primera vez para protagonizar una de las más bellas epopeyas humanistas de la medicina cubana.
Así lo recordaba el Doctor Reynaldo Menéndez García, especialista de
segundo grado en genética clínica y quien coordina actualmente la numerosa
brigada médica que labora en ese país de África. El Doctor Menéndez en
conversación telefónica con Radio Rebelde rememora aquellos primeros años
los cuales considera épicos.
“Han pasado 57 abriles y los médicos cubanos continúan en Argelia salvando vidas; incluso, en nuestra brigada hay 11 colaboradores quienes en misiones anteriores han cumplido tareas propias de la Henry Reeve. En Pakistán, por ejemplo, en Sierra Leona, en México cuando el terremoto”.
Los médicos cubanos en África prestan hoy sus servicios de
Salud en 31 naciones. Muestra de una relación indestructible que forma parte
de una amistad cimentada en profundas raíces culturales e históricas.
El Contingente Henry Reeve para enfrentar a la emergencia sanitaria global ha enviado 52 brigadas para colaborar con los esfuerzos de 39 países en el enfrentamiento a la emergencia sanitaria provocada por la COVID-19, de las cuales se mantienen activas 43, en 33 naciones. Ello demuestra la profesionalidad de ese ejército “constructores de la paz” como los llama el premio nobel de la paz, el argentino Adolfo Pérez Esquivel.
Cuba es líder en solidaridad mundial y ello nadie lo duda, parten
desde la Isla hacia nuevas experiencias de salud y regresan con la
misión cumplida de salvar vidas. Hace solo unas horas llegaba a la patria una
brigada desde Guinea Conakry integrada por 21 colaboradores, de ellos 11
médicos y 10 licenciados en enfermería, quienes prestaron sus servicios,
ininterrumpidamente, en esa nación de África occidental durante más de tres
meses.
Formar parte del grupo de médicos especializados en situaciones de desastres
y graves epidemias significa más allá de un compromiso, un privilegio que
agradecen los que, a lo largo de estos años han entregado su sapiencia en un
inigualable ejemplo de altruismo y humanidad “Vencedores del dolor y de
la muerte” como les llamo el Comandante en Jefe Fidel Castro
aquel día de septiembre del 2005.