Mirada de cerca
Por MIGUEL MARTÍNEZ
John Negroponte trabajó diligentemente al servicio de su país, en Vietnam, Centroamérica e Iraq. Fue enviado a Vietnam como funcionario del servicio exterior en 1964. Declaró que esa experiencia fue determinante para sus 10 a 12 años de carrera.
¡El trauma de perder la guerra en Vietnam para él era demasiado! Fue enviado a Centroamérica para suprimir los movimientos de izquierda. El cuartel general fue en Honduras durante el gobierno del dictador Gustavo Alvarez Martinez. El embajador John Negroponte estuvo al frente de la enorme embajada y
estación de la CIA donde tenía a cientos de funcionarios bajo su mando. Era obvio que EEUU quería acabar con los movimientos de liberación nacional en América Central antes que sea tarde.
De 1981 a 1985 la ayuda militar norteamericana aumentó de 4 a 77 millones de dólares. Supervisó la creación de la base aérea “El Aguacate” que se utilizó como un centro secreto de detención y tortura. Supervisó al Batallón 316, que se especializó en la conformación de “Escuadrones de la Muerte” que incluía la práctica de la tortura, violaciones, y asesinatos de cientos sospechoso y simpatizantes de izquierda.
Otra de las funciones de John Negroponte fue dirigir esfuerzos para agredir la Revolución Sandinista. Supervisó campos de entrenamiento para la Contra cerca de la frontera con Nicaragua. Se organizaron ejercicios militares de tropas americanas y hondureñas que servía en realidad para camufladamente entregar armas a la Contra. La llamada doctrina “Guerra de Baja Intensidad” aplicada a Nicaragua, provocó la mutilación, muerte, y desplazamiento de miles de nicaraguenses.
Supervisó el trabajo del coronel James Steele, su antiguo colaborador en Vietnam, quien se
responsabilizó por la organización los “Escuadrones de la Muerte” en El Salvador. Alrededor de 75,000 militantes o simpatizantes del “Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional” fueron asesinados.
El Embajador John Negroponte declaró: “ Debemos esforzarnos al máximo para no permitir que
el desenlace trágico como el de Indochina se repita en Centroamérica.”
Después de la invasión a Iraq y cuando fue aumentando la resistencia anti-yanqui…¿quién fue el diplomático idóneo para ocupar la enorme embajada y estación de la CIA? ¡John Negroponte! Esta vez la misión norteamericana tenía a 3,000 funcionarios. Por cierto él aprovechó para tener a su entorno a
muchos antiguos colaboradores de Vietnam y Centroamérica.
La idea era formar la opción de “Escuadrones de la Muerte” modelo de El Salvador. Robert Stephen Ford era el encargado de contactar a las milicias Kurdas y Chiitas, especialmente fuera de la “Zona de Seguridad Verde.”
Fue consejero a las “Fuerzas Especiales de Seguridad Iraquíes” dentro del Ministerio de Interior. Entreno a miembros de la organización Badr y del ejército de Madr. También a la “brigada de Lobo” compuesto de Chiitas. Las organizaciones fueron diseñadas para identificar, y secuestrar dirigentes y miembros de la resistencia que eran mayoritariamente Sunni.
Otras víctimas también fueron ingenieros, científicos e intelectuales. El trato a las víctimas era
sistematizado. En el secuestro, eran primero esposados, sus ojos vendados, y la boca amordazada. Luego llevados a lugares clandestinos donde fueron interrogados, torturados, y por último recibían tiros en la cabeza. Pronto comenzaron a aparecer numerosos cadáveres por las calles de Baghdad, como
mensajes disuasivos y advertencias a la Resistencia.
La misión era continuar con la cadena de recolectar información, producir listas de líderes, de simpatizantes o miembros de la resistencia para secuestrarlos, torturarlos y asesinarlos. Era parte típica
del programa norteamericano de contrainsurgencia. La contra insurgencia incluye el siguiente programa macabro:
Se introducen comandos especiales que sean expertos francotiradores. Son vestidos para la ocasión táctica, colocados secretamente en lugares especiales sobre todo en altura y en situaciones de agitación social donde haya mitines de protesta o demonstraciones y aglomeraciones de grandes grupos. Disparan a discreción sobre determinados grupos sean partidarios políticos, étnicos, o religiosos; luego sobre otros que se contraponen al primer grupo. También pueden disparar sobre la misma policía. Incluso hacen uso de fanatizados suicidas, es decir “bombas vivientes” que se estallan matando y mutilando a un elevado numero de personas de un grupo u otro. La mesa pues está servida. La violencia dentro de la población no solo la mantiene aterrada sino dividida. “Divide y Vencerás”, la máxima de los imperios.
Estos agentes bien entrenados y camuflageados se retiran sigilosamente con rutas previstas en medio de la confusión que provocan.
Su excelencia, el Embajador John Negroponte nunca ha sido
acusado ni juzgado por una corte internacional para los crimenes de guerra.
Fuentes:
- www.independent.co.uk/news/people/profiles/john-
negroponte-the-most-powerful-man-in-iraq-4565 - www.isreview.org/issues/36/negroponte.shtml
- Reportaje de Thierry Masson – Global Research