ARSENIO ABREGO:
PRIMER MÁRTIR DE LA LUCHA POPULAR
CONTRA LA LEY 462:
JOSÉ DÍDIMO ESCOBAR SAMANIEGO
Por: Franklin Ledezma Candanedo,
Periodista del Corinto Bolivariano: Panamá.
Antecedentes:
El conflicto social en Bocas del Toro se mantiene activo desde finales
de abril, impulsado por protestas contra las reformas a la Caja de
Seguro Social, bloqueos de vías, huelgas y enfrentamientos que han
afectado severamente al turismo, la economía y los servicios
esenciales en la región.
Las repetidas manifestaciones populares en contra de la mercenaria
élite económica del país, incluyen la consigna “¡Yankis go home!”,
debido a las repetidas declaraciones del genocida imperialista Donald
Trump, en el sentido que recuperará el Canal de Panamá, ya sea a
través de una nueva intervención militar, o con el concurso de cipayos
del patio.
Esos apátridas locales nos ofenden diariamente, con memorándums de
entendimientos suscritos al margen de la Constitución Nacional y a su
tolerancia excesiva, que posibilita que militares norteamericanos
circulen por ciudades y campos panameños, como pedro por su casa. Y
esto y mucho más son crónicas ofensas a la memoria de mártires y
héroes de la lucha generacional patriótica.
Los hechos que propiciaron el crimen de Arsenio Abrego, ocurrieron en
medio de las protestas, el martes 17 de junio a las 4:30 p.m., en el
punto de control de la vía Rambala-Almirante.
En razón del alevoso crimen de este joven compatriota y el entreguismo
oficial a Donald Trump, la bestia (666) hegemónica desquiciada,
sustentamos y compartimos textualmente artículo titulado Arsenio
Abrego: Primer mártir de la lucha popular, contra la Ley 462, suscrito
por el compañero y colega progresista José Dídimo Escobar Samaniego,
Director de EL PERIÓDICO, Revista de Análisis Político, económico,
Social y Cultural.
En la tarde de ayer, 17 de junio de 2025, en la comunidad de Rambala,
cientos de las fuerzas compuestas por policías, control de multitudes
y Senafront, bajo órdenes de presidente José Raúl Mulino y Frank
Abrego, ministro de Seguridad, asesinaron a un joven estudiante de la
Comarca, oriundo de la comunidad de Panagro en Chiriquí Grande.
El joven estudiante panameño, Originario, Ngäbes Burlé, Arsenio
Ábrego, primer mártir de esta lucha popular, fue abatido por un
disparo en la cabeza que lo dejó tendido en la carretera y luego una
patrulla de control de multitudes le pasó por encima y lo aplastó en
un acto salvaje y cruel que acabó con la vida de este joven panameño,
en un crimen atroz y sin sentido por la necedad y terquedad de un
tirano que no respeta a su pueblo y que se impone a sangre y fuego.
Las fuerzas del orden han sido llevadas por el presidente a una guerra
contra el pueblo a quien la constitución les asigna una misión de
proteger y servir, pero en la actualidad son una fuerza agresora
contra la población y no se detienen ni siquiera frente a la vida de
las personas. Están envenenados de odio, especialmente contra la
población originaria como lo prueban sus actos en ARIMAE y en toda la
comarca Ngäbes.
Lo peor de todo este hecho triste y doloroso, es que las fuerzas de
“inseguridad” salieron inmediatamente a crear una matriz de
comunicación de mentiras, acerca de los hechos acaecidos y en donde
son responsables directos para decir que; “ellos se habían encontrado
a este joven tendido en el suelo” y corrieron a auxiliarlo y llevarlo
al centro médico próximo, cuando en realidad se habían ensañado contra
él previamente hasta asesinarlo con saña, sevicia y crueldad.
La mentira desde el estado, no se compadece con la democracia, es
propia de regímenes tiránicos. Intentar de fabricar pruebas, hace el
asunto aún más grave y doloroso. Es destruir intencionalmente, la
institucionalidad democrática y la pacífica convivencia. Nadie hoy
tiene confianza en la independencia e imparcialidad del Ministerio
Público y del Órgano Judicial, por lo que, este crimen, como muchos
otros, quedarán insolutos y ello estimulará a los que lo cometieron, a
seguir protegidos en sus fechorías contra el pueblo panameño.
La injusta muerte de nuestro compatriota Arsenio Abrego, debe
llevarnos a reflexionar sobre los actos que desde el Estado
desestabilizan la democracia y generan la angustia nacional que,
enrarecen la paz, porque el país no merece que el gobierno nos
introduzca en el túnel oscuro de la violencia y la desesperanza.
La tristeza, el dolor y la impotencia que nos embarga, debe servirnos
para fortalecer la unidad del pueblo panameño en torno al rescate de
un modo civilizado, de cordura y sensatez para administrar nuestro
país y rescatar también la dignidad y soberanía nacional.
Que el Señor Jesucristo reciba el alma buena de Arsenio Ábrego, porque
la palabra de Dios dice: “Bienaventurados los que padecen persecución
por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.”
Mateo 5:10
¡Así de sencilla es la cosa!