Por Gustavo Espinoza M. g
En la madrugada de hoy, lunes 4 de noviembre, partió definitivamente Severino De la Cruz Ríos, veterano luchador social, comunista ejemplar, dirigente sindical de alto nivel y personaje de la principal novela de José María Arguedas. “Todas las Sangres”.
Lo conocí en 1964 en un Pleno del Comité Central del Partido Comunista. El acababa de retornar de la Unión Soviética y ya era conocido como un dirigente obrero de los mineros de Chumpe, campamento de la antigua Cerro de Pasco Corporation
Pocos años después, trabajamos juntos en el movimiento sindical. Su aporte fue invalorable en la tarea de construir la Federación de Trabajadores Mineros y Metalúrgicos que, fundada por la CGTP, se constituyó en los primeros días de diciembre de 1970
Estuvo siempre muy cerca de la dirección de la Central Obrera y del trabajo sindical del Partido. Despedido de su puesto de trabajo, logró su reposición en el mismo, con lo que su aporte a la causa del proletariado minero se hizo aún mayor en las décadas de los 70 y 80.
Como miembro del Comité Central del PCP participó en numerosos eventos partidarios y cumplió delicadas funciones. Fue miembro de la Comisión de Control, y Cuadros del Partido, obrando siempre con lucidez y justicia,
Por razones de tu trabajo administrativo en la Universidad de San Marcos y sus vínculos con las poblaciones de San Juan de Lucanas, trabó una sólida relación de amistad con José María Arguedas a quien frecuentó siempre- El escritor lo valoró en su breal dimensipon, razón por la que lo tuvo como su principal personaje -Rendón Wilca- en su más lograda creación, la novela “Todas las sangres”.
En los últimos años se mantuvo siempre muy atento a la evolución de la política nacional e internacional. Nos reunimos con frecuencia y coincidimos virtualmente siempre en la apreciación sobre los tópicos más importantes qué concitaban nuestras preocupaciones.
La partida del severo Severino, como lo llamé siempre, constituye una pérdida muy grande. Elk deja un vacío que nadie podrá cubrir,