Por CARLOS ORTIZ C.
Muchos de ustedes que recorren casi a diario nuestro continente y otros países de nuestra aldea global, conocen de cerca que la región de las Américas sigue teniendo grandes desigualdades sociales y que el reto de combatirlas requiere de políticas de Estado integradas, que promuevan la inclusión social, el empleo productivo y con derechos, la igualdad de género, la eliminación del trabajo infantil, entre otros aspectos que también se señalan en muchas de las Declaraciones, acuerdos, recomendaciones de eventos internacionales realizados en la ciudad de Lima y en otras ciudades.
Las expectativas expresadas por las partes están en que la OIT pudiera prestar asistencia para que los países implementen un marco apropiado para adoptar políticas de salarios mínimos, una acción inmediata y específica dirigida a abordar la crisis del empleo juvenil, así como, en temas de educación, formación y políticas del mercado de trabajo, seguro que estas Declaraciones han sido guardadas en los archivos de la historia y, recogiendo el pensamiento del Ministro de Trabajo de Perú de ese entonces, decía que «la historia política y económica de América Latina aún está por escribirse», pero vemos que han pasado tantos años y aun los gobiernos no comienzan.
Remontándome un poco al pasado, estoy seguro que muchos dirigentes sindicales que fueron protagonistas en el proceso andino de integración deben tener presente por los informes y el Acta que enviamos después de la Reunión Ordinaria del Consejo Consultivo Laboral Andino (CCLA) y de la Asamblea Universal del Instituto Laboral Andino (ILA) realizada en las instalaciones de la Secretaría General de la Comunidad Andina el día 03 de diciembre de 2011, donde se puede ver que se hicieron algunos cambios en el ILA, para que la Coordinadora de Centrales Sindicales Andinas (CCSA) que estaba en condiciones de celebrar convenios con los cooperantes que ya decidieron no apoyar al CCLA para desarrollar proyectos que tuvieran por objeto el fortalecimiento de los derechos sociales de los trabajadores/as andinos pudieran ejecutarse desde la oficina con que se contaba, pero que lamentablemente no se cumplió y nos resignamos a perder la oficina que teníamos en Comodato con la SGCAN por falta de pago de mantenimiento del edificio, el resto ya conocen los compañeros y compañeras de las centrales y confederaciones que conformaban el CCLA-ILA. En esa reunión fue nombrada como Directora General del ILA la c. Carmen Omaira Arismendi, directora del Departamento Mujer y Familia de la Confederación de Trabajadores de Venezuela, CTV y el suscrito como Secretario Ejecutivo del ILA. Lamentablemente este fue el final de una extraordinaria experiencia de las centrales sindicales de la Subregión en el Proceso Andino de Integración que estábamos convencidos de que la integración de los pueblos era el camino para el logro de sociedades justas incluyentes y democráticas porque solo la unidad nos hubiera permitido defender nuestros derechos y proteger la naturaleza para garantizar el buen vivir para todos como lo dijeran los Jefes de Estado en la XVII Reunión del Consejo Presidencial Andino, llevado a cabo en Tarija, Bolivia el 14 de junio del 2017
Sabemos que la concepción de políticas laborales en la región, muchas veces han tenido por sustento, convicciones ideológicas sin base científica ni diagnósticos previos. Por eso impulsamos el Observatorio Laboral Andino (OLA) que por acuerdo del Consejo Asesor de Ministros de Trabajo y los Consejos Consultivos Empresarial y Laboral encargaron al Instituto Laboral Andino (ILA) su implementación y puesta en marcha para poder hacer un seguimiento estadístico sobre la realidad laboral de nuestros países que tampoco funciona por falta de presupuesto y de voluntad política de los gobiernos y el desinterés del sector laboral.
Como lo he señalado en muchas oportunidades resulta paradójico que pese a los años de existencia que tuvo el CCLA como órgano del Sistema Andino de Integración (SAI), ninguno de los presidentes que conforman los países de la Comunidad Andina asumió el compromiso de garantizar un pequeño financiamiento dentro del presupuesto comunitario aunque se insistió en algunas reuniones que tuvieron los altos dirigentes de la centrales sindicales con muchos jefes de Estado, pero no le logro nada.
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