OTRA VEZ LA VIEJA RECETA DEL ANTICOMUNISMO

Por: Luis Gárate

En medio de la crisis que estamos atravesando provocada por la pandemia del COVID-19, vuelve a asomar el anticomunismo como bandera de la derecha peruana. Esta táctica no es ninguna novedad, pues en el pasado la derecha peruana y la de otros países han usado al comunismo de chivo expiatorio para desviar la atención de sus errores y otros problemas de la sociedad.

Vizcarra, el “castrochavista”·

Recordemos que antes de la disolución del congreso, que ocurrió en setiembre del año pasado, el sector más retrógrado de la derecha agrupado sobre todo en el fujimorismo, el Apra y la autodenominada Coordinadora Republicana, salió a denunciar que Martín Vizcarra era un “castrochavista” y comunista. Según estos señores, Vizcarra había dado de pronto y de manera mágica un giro “estatista y autoritario”, que lo habría llevado a ubicarse supuestamente en la izquierda política.

Una muy burda calificación que no tenía -claro está- ningún sustento pues el gobierno de Vizcarra era y es la continuidad en la esencia del modelo político y económico de sus antecesores. Sin embargo, usó con habilidad la dicotomía de limpios versus corruptos para poder enfrentarse al obstruccionismo del fujiaprismo en el congreso. Esto fue lo que finalmente pudo darle la legitimidad para el cierre del parlamento y la convocatoria de nuevas elecciones congresales.

A pesar de la fuerte derrota política que sufrió este sector de la derecha más mafiosa y conservadora, sus representantes no han dejado de operar políticamente y como parte de los grupos de presión, siguen haciendo sentir su influencia en medios de comunicación y sectores de la opinión pública. Siguen en esa línea con su monserga de que el comunismo está más vivo que nunca y siguen destilando odio en sus páginas contra cualquier expresión de la izquierda en el país.

Hace poco se supo de un evento convocado en las redes sociales por los militantes del Partido Popular Cristiano-PPC, partido tradicional de la derecha conservadora que está desprestigiado y debilitado a su mínima expresión por sus pugnas internas en los últimos años. Han convocado a un foro de denuncia de una “amenaza comunista” que se estaría configurando en el país (sería bueno saber cuál es y quiénes representan la susodicha amenaza)

Hildebrandt y la historia

Recientemente el prestigioso periodista César Hildebrandt –que suele ser ponderado en sus críticas a la derecha y la izquierda- usó la última editorial de su semanario  para  sumarse al coro del anticomunismo. De manera maniquea solo menciona sus críticas a la figura de Stalin, a los excesos y crímenes que se cometieron en nombre del comunismo en los años más duros de la construcción del estado soviético, de la experiencia de China y Camboya.

Pretende borrar de un plumazo que los comunistas en el mundo no solo han sido los excesos de esos procesos, sino y sobre todo la lucha de hombres y mujeres junto a miles de obreros por sus derechos, así como la resistencia contra el fascismo, contra regímenes decadentes y corruptos que tenían a sus pueblos en la miseria y el atraso.

Los comunistas han combatido al zarismo, el imperialismo japonés, al nazismo y los fascismos europeos, al imperialismo estadounidense y otros regímenes decrépitos en defensa de valores democráticos, de la igualdad, la justicia social y los derechos de los pueblos a la autodeterminación. Los comunistas también construyeron, donde han gobernado, sistemas públicos donde la salud, la educación, la vivienda, la ciencia y la cultura no eran privilegios de unos pocos, si no derechos plenos de las mayorías.

A pesar de los reveses históricos, de los serios errores y desviaciones que llevaron a la caída de buena parte del campo socialista, los comunistas aún conducen con mucho logros los gobiernos de China, Cuba, Vietnam y otros gobiernos que han demostrado que en medio de esta pandemia, sus prioridades han sido sus sistemas públicos, donde la salud y la ciencia se han puesto al servicio de las mayorías, para defender la vida por encima del lucro y las ganancias de unos pocos. Cosa que es diametralmente contraria en los países como el nuestro o los gobernados por las derechas más oscurantistas como en EEUU, Brasil y otros países.

El viejo cuco terrorista

Igualmente este coro de personas busca – como lo hacen siempre- mezclar al movimiento comunista con el terrorismo desarrollado por Sendero Luminoso. De manera burda confunden las siglas y el pensamiento, borrando que el senderismo fue una escisión del movimiento comunista peruano en los años 70 que apareció como un proyecto mesiánico y aventurero. Sendero inició una guerra en 1980 en la que sacrificó de manera despiadada a su propia militancia, masacró al pueblo campesino, así como a militantes comunistas y de la izquierda, y a muchos inocentes que quedaron en medio de sus acciones y la guerra sucia que empleó el estado peruano para combatir a las fuerzas subversivas.

Es por esto necesario desenmascarar esta burda estrategia macartista, conocida y usada muchas veces en el pasado. Si bien los comunistas peruanos existimos, somos parte de un movimiento que sigue estudiando, combatiendo, organizando y trabajando en diversos sectores sociales. Pero ahora estamos sobre todo resistiendo, como todo el pueblo peruano, a los embates de la pandemia y la crisis del modelo neoliberal, proponiendo salidas contrarias al gobierno de Vizcarra y la derecha. Nuestra prioridad es la unidad más amplia de la izquierda y el pueblo peruano para una nueva constitución política y la refundación de la República.

No existe la tal mentada “amenaza comunista”, pues no tenemos -como pretenden decir nuestros adversarios- redes de infiltrados en el estado o los medios de comunicación que difundan nuestras ideas. Son ellos, los derechistas de siempre, los que tienen capturado el estado y sus instituciones, los medios de comunicación y los espacios que generan las corrientes de opinión pública. Son todos parte de las élites que han gobernado y se reparten el poder de este país desde hace décadas, los que ante el estrepitoso fracaso de sus políticas y sus representantes, en medio de escándalos de corrupción y la falta de proyecto nacional, buscan desviar la atención del pueblo de sus reales problemas y sus responsables.

Esa derecha es la responsable del modelo que padecemos, el que ha dejado en absoluto abandono a la salud pública, que nos ha dejado a merced de los especuladores de los precios de la salud privada, de los medicamentos, del oxígeno, que han dejado a la mayoría del pueblo en la precariedad total e informalidad en los empleos, que ahora se ve desnuda de manera cruda e inhumana.

De esta manera se abre una clara disputa hacia las elecciones del 2021. ¿Qué buscan cuando acusan a Vizcarra de izquierdista? Atribuir sus errores y fracasos a la izquierda. Está claro que las derechas y las clases dominantes quieren ir dejando el camino llano para sus candidaturas, tratando de crear y levantar fantasmas que no existen. Nos toca a las fuerzas de izquierda, socialistas, progresistas y democráticas del país, el trabajar con apertura y grandeza en un frente muy amplio antineoliberal, por la defensa de la salud pública, por una reactivación con derechos, que enfrente con firmeza a estas fuerzas oscurantistas y responsables del desastre que estamos padeciendo.