Por LUIS MANUELARCE ISAAC / Prensa Latina
Las discrepancias entre algunos gobernadores y la Secretaría de Salud sobre los índices para aplicar el semáforo epidemiológico persisten en México y trasciende más allá de las paredes de las oficinas oficiales. En las instrucciones de la Secretaría de Salud para aplicar los colores del semáforo se categorizanvarios índices como nivel hospitalario, de transmisión, efectividad de las medidas de protección ycontención y otras muchas, las cuales tienen un valor en términos porcentuales, rebasados los cuales se decide si la localidad se pone en rojo -máximo riesgo-, naranja que es alto riesgo, amarillo o verde. Tal medición no es compartida al menos por una decena de gobernadores quienes tienen o aplican las suyas propias y por tanto no comparten el color del semáforo que designa la Secretaría. Esto se debe, entre otras cosas, a que cada color conlleva restricciones en lo que aquí se le denomina la nueva normalidad, y afectan a la economía. En el centro del debate por parte de los gobernadores prima un criterio económico, sobre todo por el perjudicial desempleo o parálisis de la producción que acarrea; y por la Secretaría el de salud, pero sin dejar de reconocer la necesidad de buscar un equilibrio entre ambos conceptos porque lavida laboral no se puede detener, en especial en el caso de los informales que no reciben un salario y su sustento depende de lo que busquen en las calles. Algunos de los estados de 16 que están en rojo discrepan con la Secretaría y consideran que su situación local les permite estar en naranja con mayores libertades económicas, comerciales y sociales, pero también se da el caso, aunque mucho menos, de algunos en naranja que quieren regresar al rojo. Nueve gobernantes de partidos de oposición encabezados por el de Acción Nacional (PAN) y seguidos por algunos del PRI y Movimiento Ciudadano, llegaron incluso a pedir la renuncia del vocero oficial para la pandemia, el subsecretario de Prevención Hugo López-Gatell quien, por supuesto, no lo hará. El funcionario de salud ha resistido una tremenda ofensiva y satanización por parte de esos gobernadores, pero se ha mantenido firme en sus criterios y es respaldado por el presidente Andrés Manuel López Obrador y el partido Morena, aún cuando algunos de sus integrantes, como la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, también discrepa de sus criterios,pero aclara que eso no es motivo para pedir su renuncia o destitución. La pandemia, cuya curva de contagio si bien se asegura que está aplanada no cesa de crecer y ya alcanza más de 462 mil contagiados y 50 mil muertos, ubica a México entre los primeros cinco países más afectados. Una explicación de López-Gatell es que, si bien se aplanó la curva, esto se logró en un punto muy alto de la pandemia, agravado con el hecho evidente de que la “meseta” se alargó en el tiempo más de los previsto -hasta ahora casi dos meses- porque la velocidad de transmisión es muy lenta, lo cual es beneficioso al permitir que no se rebase la capacidad hospitalaria. Sin embargo, la situación es desesperante porque México no sale del pico de contagio ni de muertes, sino que, por el contrario, ambos índices siguen creciendo, lo cual aparenta una contradicción con la idea reiterativa de que la pandemia está controlada como insiste el propio presidente, Andrés Manuel López Obrador. En esa situación, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, e integrantes de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), se reunieron y alistan cambios al semáforo epidemiológico para trabajar en uno que sea referencial y no obligatorio para las entidades, según comunicó la funcionaria vía redes sociales. Esto se revisará en mesas técnicas que tendrían como sede la Comisión Nacional de Salud, en las que se atenderán los diversos aspectos relacionados con la gobernabilidad, salud, reactivación económica y promoción de turismo. La idea, dijo, es que los resultados del análisis en las mesas técnicas sean comunicados de manera personal a cada estado y no de manera generalizada como hasta ahora, así como promover un mayor rango de adaptabilidad para establecer acciones que permitan un equilibrio entre la protección de la salud pública y las actividades económicas. En consecuencia, como parte de las acciones diferenciadas de cada entidad, habrá un cambio en las llamadas actividades esenciales, ya que se transformarán en otras asociadas a mayor o menor riesgo, mientras que las mesas de diálogo seguirán abiertas para plantear modificaciones a la metodología de aspectos cualitativos del semáforo preventivo y ajustarlo a la realidad social, económica y sanitaria de cada estado. La Secretaría de Salud hasta ahora no se ha pronunciado al respecto y la expectativa se mantiene ante la alarma que concitan las altas cifras de la pandemia en México, comentaron medios de prensa.(fin) |