CENTRO DE ESTUDIOS DEMOCRACIA, INDEPENDENCIA Y SOBERANIA
CEDIS
SALIR DE LA CRISIS DE CARA AL PUEBLO
El agravamiento de la Pandemia desatada también en nuestro país y que ha dejado ya una dolorosa secuela de afectados y fallecidos; los problemas de la economía; la presión empresarial y las debilidades del gobierno; finalmente derivaron en una aguda crisis política. En una primera instancia, ella se expresó en la caída del Gabinete Zeballos y luego en la negativa del Congreso de la República a otorgar la confianza de rigor al nuevo Consejo de Ministros liderado por Pedro Cateriano. Como es de ley, este hecho, finalmente dio lugar a la designación de un nuevo equipo ministerial -del que no forman parte Ruggiero ni Belaunde, ligados directamente a la CONFIEP- encabezado por Walter Martos, un militar en retiro que venía desempeñando la Cartera de Defensa
El nuevo equipo de gobierno deberá obtener la confianza del Congreso de la República, en un marco en el que nuevos factores han incidido en el escenario nacional y no cesan las presiones empresariales empeñadas en fortalecer el peso de la Clase Dominante en detrimento de las grandes mayorías nacionales.
LA OFENSIVA DEL CORONAVIRUS SIGUE EN ALZA
Entre tanto, y objetivamente, la letal ofensiva de Coronavirus se ha agravado significativamente luego que se dispusiera el fin de la cuarentena y el retorno a una presunta “nueva normalidad”. El número de personas afectadas por la Pandemia bordea el medio millón, y el de fallecidos, se sitúa en el 10% de esa cifra.
Coincidiendo con otros calificados voceros, dijimos anteriormente que en nuestro país se adoptaron en un inicio, medidas adecuadas para enfrentar este flagelo: el distanciamiento social, el uso de mascarillas, las recomendaciones de higiene y la cuarentena misma, fueron –en efecto- disposiciones apropiadas que dieron resultado en otros países que hoy han vencido este mal. No obstante, en el Perú no se logró tal propósito y el COVID 19 ha incrementado su presencia e inferido considerables daños a la población.
Eso ha ocurrido por diversos factores, pero los más importantes han sido cuatro: la precariedad de la estructura económica del país; la incapacidad manifiesta del sistema sanitario; la corrupción generalizada que afecta al conjunto de la sociedad; y los errores y limitaciones del gobierno, que no ha sido capaz de superar los entrampamientos del modelo Neo Liberal en boga.
Desde hace cuarenta años, la clase dominante impuso en el país un “modelo” de gestión económica y social irracionalmente explotador. Como consecuencia de él, el 72% de la Población Económicamente Activa, es informal y el desempleo se ha institucionalizado en niveles muy altos. La población empleada tiene bajos ingresos y pésimas condiciones de vida y trabajo. A eso se añaden los desniveles registrados entre la población urbana y rural, y el hecho que el 30% de los habitantes del país vive en condiciones de pobreza severa, en viviendas precarias, insalubres y hacinadas. Carecen de agua y de servicios básicos y no tienen ninguna capacidad de ahorro.
Todo esto hizo que mucha gente no estuviera en posibilidad de soportar una prolongada cuarentena, y que se viera forzada a salir en procura de recursos y alimentos de manera cotidiana.
El sistema sanitario no tuvo tampoco capacidad para atender a la población afectada por la Pandemia. La red pública encargada de esa tarea colapsó prácticamente desde un inicio y aún hoy registra deficiencias que se tornan objetivamente insuperables.El sistema privado de salud, que se ofreció como alternativa, especuló con la crisis y se dispuso a obtener ingresos descomunales. La atención en las clínicas elevó sus costos de manera desmedida, lo que ocurrió también con los precios de medicamentos e insumos básicos que estuvieron absolutamente fuera del alcance de la población. Un hecho similar ocurrió con los balones de oxígeno, que fueron ofertados a partir de sumas muy altas, y con los instrumentos de bio seguridad.
La corrupción generó el ascenso de mafias que especularon con todos los recursos sanitarios y privan a la población de los servicios médicos esenciales. El gobierno, por su parte, atado al sistema de dominación vigente y sin posibilidades de administrar recursos para auxiliar a la ciudadanía; no pudo tampoco adoptar medidas que rompieran los cánones impuestos y se esforzó por conciliar con prácticas nocivas, lo que le impidió atender los requerimientos básicos de la población.
Esa realidad se detectó desde un inicio de la Pandemia, pero no fue señalada ni combatida por las autoridades que optaron más bien por conciliar con prácticas perversas y procedimientos turbios. En el extremo, pauperizados segmentos de la población no recibieron los Bonos anunciados por el gobierno como ayuda a los segmentos más vulnerables; pero los llamados “programas de reactivación”, sí fueron orientados en provecho de sectores que no estaban realmente afectados por la crisis sanitaria.
Entonces aconteció lo que se constata hoy, y que tiene ser encarado con medidas prácticas y ejecutivas. El gobierno tiene como principal deber programarlas e impulsarlas. Lo esencial, es poner en práctica, y con fuerza, la solidaridad Comunitaria. Es la única que puede, realmente, ayudarnos a vencer la Pandemia.
La presencia de las Brigadas Médicas Cubanas de la salud que llegaron a nuestra patria por la suscripción de un acuerdo soberano en defensa de la salud y de la vida suscrito por los gobiernos del Perú y de Cuba, es un paso serio en esta dirección. Hoy esas Brigadas trabajan esforzadamente en Moquegua, Arequipa, Ayacucho y Chimbote salvando vidas y ganando la simpatía y el apoyo de la población.
La resistencia ofrecida por las fuerzas reaccionarias que combatieron ese convenio, sin embargo, no ha cesado, y se mantiene aún -aunque de modo soterrado- en determinados círculos médicos y más abiertamente en los medios de comunicación al servicio de la oligarquía. Los estudiantes peruanos graduados en Cuba -muchos de los cuales están cumpliendo heroicamente sus tareas profesionales-tienen el deber de cerrar filas y derrotar esta campaña. Un símbolo de ello es el sacrificio del Dr. José Paredes Abanto, caído en el cumplimiento de sus tareas, y cuya memoria debe ser honrada por nuestro pueblo. Y es que más allá de la voluntad de unos u otros, el problema de la salud en nuestro país, no puede pasar a segundo plano, relegado por los requerimientos de la “recuperación económica”
NO PUEDE HABER RECUPERACION PRODUCTIVA, SI NO HAY SALUD
La CONFIEP y grupos vinculados a ella, así como los medios decomunicación, han insistidoen la “imperiosa necesidad” de recuperar la economía. Para ese efecto, han usado los programas oficiales como operaciones de “rescate financiero” y han pretendido usarlo para poner en marcha sus negocios. Para este efecto, han recurrido a los trabajadores, confirmando aquello que son los trabajadores -y no el capital- los que generan la riqueza
Los empresarios usaron primero 61 mil millones de soles para “resarcirse” de las pérdidas registradas en el marco de la Pandemia. Luego se beneficiaron con el apoyo del Estado para el pago de las planillas. Después, demandaron beneficios tributarios y postergación de pagos al Estado. Adicionalmente, arrancaron al gobierno el Decreto que norma la “suspensión perfecta” de las relaciones laborales, despidiendo de ese modo a más de 450 mil trabajadores.
Hoy, quieren sumar a todo ello, nuevos beneficios, razón por la cual, a través del Gabinete Cateriano, insertaron nuevos ministros proclives a sus exigencias en las carteras de Trabajo y Minería. Aunque esto último ha sido parcialmente superado, subsisten aun dificultades y peligros porque la ofensiva patronal no cesa. En este marco, es indispensable que el país entero insista en la idea que la batalla principal es por la vida y la salud de la población; y no por los negocios de los empresarios.
Urge entonces un programa que permita valerse de la habilitación de centros de atención primaria y hospitalización. Si la red hospitalaria ha colapsado, hay que usar otros ambientes para el mismo efecto: locales escolares que no funcionan como tales, iglesias, centros comunitarios y parroquiales, dependencias públicas, unidades militares e instituciones armadas; deben ser habilitadas como áreas de hospitalización.
Y hay que alentar la producción inmediata de respiradores mecánicos ideados en el país por las Universidades. Por lo demás, es indispensable alentar y abastecer los Comedores Populares, y mediante ellos atender a la población también con medicamentos y otros dispositivos de protección de la salud, como mascarillas, protectores faciales e indumentaria de seguridad.
Es indispensable, en este orden de cosas, mejorar la situación del personal médico y hospitalario. Resulta inadmisible constatar que médicos, enfermeras y otros, que han fallecido, no hayan tenido nombramientos sino contratos a plazo fijo, y percibido ingresos, aun mezquinos y eventuales. Asegurar al personal de salud constituye un imperativo en la actual coyuntura, cuando precisamente se constata la insuficiencia numérica de estos profesionales.
Y es indispensable también fortalecer la educación ciudadana, asegurando que cada quien adopte las medidas de protección indispensable Y si es preciso, alentar y disponer de una cuarentena aún más rígida, si la crisis sanitaria así lo amerita.
UN PROGRAMA DE ACCION QUE BENEFICIE AL PUEBLO
Lo que se requiere, y lo que el país le reclama a las autoridades hoy, es un programa efectivo y concreto que nos permita derrotar la Pandemia y recuperar las posibilidades de desarrollo del país.
Estamos en posibilidad de hacerlo pese a todas las dificultades, pero a condición que se facilite la participación ciudadana, se aliente la acción organizada de la población. Si no es posible –como lo ha confirmado la experiencia reciente- confiar en el papel de la Clase Dominante, sí se debe depositar la esperanza en un pueblo honrado que no tiene compromisos con el pasado y que nunca ha tenido realmente posibilidades de gestión.
Las organizaciones sindicales y las instituciones de cultura, las federaciones estudiantiles y las entidades representativas de los más amplios espectros de la vida peruana, tienen la palabra. Las capas tradicionalmente marginadas, las poblaciones originarias, los sindicatos, las mujeres, los jóvenes, los campesinos, los profesionales y técnicos; habitualmente excluidas de la Gestión Pública, pueden jugar un rol protagónico en la tarea de recuperar el Perú y salir adelante.
Para este efecto resulta indispensable corregir rumbos, lo que no será posible en los marcos en los que hoy se mueve la actual administración del Estado. La convocatoria a nuevas elecciones generales para abril del próximo año, podría permitirnos encarar esa tarea a condición que se construya la más amplia unidad de las fuerzas progresistas y democráticas y se derrote a las camarillas mafiosas del pasado. Corresponde a la Izquierda Política liderar estas iniciativas deponiendo ambiciones pequeñas, intereses subalternos y afanes caudillistas. Es la hora de la suma de la suma y de la victoria. A ella estamos llamados quienes combatimos esforzadamente por los verdaderos intereses del Perú.
EL ESCENARIO MUNDIAL ALIENTA LA ESPERANZA
A pocos meses de las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, la administración yanqui acrecienta sus presiones contra los pueblos. Esta vez ellas se han hecho más notables en América Latina por la ofensiva brutal con la que el gobierno norteamericano acosa a Cuba socialista, a la Venezuela Bolivariana y a la Nicaragua Sandinista.
En lugar de suspender el bloqueo hasta pos razones humanitarias, como lo han demandado incluso gobiernos capitalistas de diversos países, el señor Trump insiste en la intención de ahogar a Cuba, derribar al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, y generar nuevamente caos y violencia contra la gestión Sandinista del Presidente Ortega. Se ha encontrado, sin embargo, con una respuesta digna y firme de pueblos y gobiernos amenazados por esa ofensiva siniestra.
Washington no descansa en su ofensiva contra los pueblos y alienta una sistemática campaña de odio contra la República Popular China y la Rusia de nuestro tiempo. Detesta que sus gobiernos se hayan convertido en contrapeso de sus intenciones imperiales y busca vanamente desacreditar sus políticas ante los ojos del mundo. La indigna que la RP China haya afrontado la Pandemia con más éxito, y menos daños, que los Estados Unidos; y que Rusia haya creado la vacuna anti COVID y la ponga al servicio de América Latina y el mundo a partir de octubre. Es deplorable, sin embargo, que en la relación de los 7 países de la región que -a más de Cuba, Venezuela y Nicaragua- habrán de recibir esa vacuna, no se encuentre el Perú, simplemente por desidia de las autoridades peruanas.
En nuestra región, sin embargo, gobiernos abiertamente reaccionarios, como Bolsonaro, en Brasil; Piñera, en Chile; Añez, en Bolivia y Duque en Colombia; arrecian su ofensiva contra los pueblos, lo que nos impone, adicionalmente, tareas solidarias. Y esa solidaridad debe extenderse, en la coyuntura, con el sacrificado pueblo de Líbano, que hoy atraviesa un horrendo drama derivado de una tragedia aún no suficientemente esclarecida
También en el plano internacional, es la hora de sumar para aislar y derrotar a los enemigos de la paz, el progreso y el desarrollo. No debemos olvidar nunca el precepto Mariateguista: “Tenemos el deber de no ignorar la realidad nacional; pero tenemos, también, el deber de no ignorar la realidad mundial. El Perú es un fragmento de un mundo que sigue una trayectoria solidaria”
Al cumplirse en los próximos días un nuevo aniversario del nacimiento del Comandante Fidel Castro ylos 90 años de Tom{as Borge, es nuestro deber honrar su memoria.
Lima, 8 de agosto del 2020
Centro de Estudios “Democracia, Independencia y Soberanía” (CEDIS)