Por Oscar Oramas Oliva
Entre las complejidades del mundo de hoy tenemos, el excanciller de Alemania, presidente de la junta directiva de Rosneft y presidente del Comité de Accionistas de Nord Stream AG, Gerhard Schröeder, cree que las sanciones de EEUU contra Nord Stream 2 es el fin deliberado de la asociación transatlántica, según escribe Handelsblatt, citando a Schröeder en las audiencias abiertas del Comité de Economía y Energía del Bundestag.
Está previsto que el comité mantenga audiencias para debatir las nuevas sanciones de EEUU contra el gasoducto Nord Stream 2 y la soberanía energética de Europa y Alemania.
Schröder señala que las sanciones contra un aliado de la OTAN durante la recesión económica es “un ataque a la economía europea, un atentado inaceptable contra la soberanía de la Union Europea y la seguridad energética de Europa occidental”.
Según el ex canciller, las consecuencias financieras de las sanciones serían extremadamente graves. “Estarían en peligro las inversiones de 12.000 millones de euros en la infraestructura europea, subrayó, mientras los consumidores en Europa enfrentarían costos adicionales de 4.000 millones de euros anuales”. “También corren riesgo -añade Schröder- más de 120 empresas en los ámbitos de construcción naval, ingeniería, protección del medio ambiente y seguridad, que trabajan o han trabajado con Nord Stream 2”.
La construcción del Nord Stream 2, impulsada por una alianza de empresas de Rusia, Alemania, Austria, Francia y los Países Bajos, fue suspendida en diciembre de 2019 después de que Washington amenazara con sanciones a la empresa suiza Allseas, que realizaba las obras.
A principios de junio, senadores estadounidenses introdujeron un proyecto de ley para sancionar a todas las compañías que proporcionan certificación, seguros e instalaciones portuarias para Nord Stream 2. Alemania elaboraría una respuesta si la Casa Blanca prosigue con las nuevas sanciones. El Gobierno de Merkel baraja, incluso, impulsar un plan coordinado de la Unión Europea, según informó la agencia SPUTNIK, el 1 de julio.
A Estados Unidos le causa profundo malestar que sus compañías pierdan el mercado energético europeo (gas licuado de esquisto), que representa cuantiosos ingresos, y que Alemania estreche sus relaciones en ese campo con Rusia. Acompañan a Washington en esa política Polonia, Letonia y Lituania.
En medio de ese complejo panorama, y cuando el presidente Trump necesita el respaldo del lobby judío para su reelección, el primer ministro británico, Boris Johnson, instó hoy a Israel a descartar sus planes de anexarse los territorios palestinos y le advirtió que el Reino Unido no reconocerá ningún cambio a las fronteras de 1967. La anexión representaría una violación de las leyes internacionales, aseguró Johnson en un artículo de opinión publicado en el diario en lengua hebrea Yedioth Ahronoth, cuya versión en inglés fue divulgada por el gobierno británico. En el texto, el gobernante conservador se autodefine como un “amigo de toda la vida, admirador y defensor” de Israel, y evoca los tiempos que pasó en un kibutz israelí cuando tenía 18 años de edad. Esa declaración es un golpe a los planes de la Administración Trump, de apoyar las ambiciones expansionistas de Israel.
La encuesta, encargada por el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, un grupo de expertos paneuropeos, entrevistó a 11.000 personas de nueve países del continente desde la última semana de abril de este año hasta principios de mayo, informó CNBC. Alrededor de dos tercios de los encuestados en Dinamarca, Portugal, Francia, Alemania y España dijeron que la imagen que tienen de Estados Unidos se ha visto dañada, mientras que solo el 2 por ciento de las personas encuestadas dijeron que Estados Unidos fue ‘útil’ en la batalla contra el nuevo coronavirus. El 46 por ciento de los franceses encuestados dijeron que su punto de vista sobre Estados Unidos había empeorado ‘mucho’, mientras que el 42 por ciento de los alemanes dijeron que la reputación de Estados Unidos se ha deteriorado ‘mucho’ durante el brote de coronavirus.
El gobierno central de China y el gobierno de la Región Administrativa Especial de Hong Kong (RAEHK) sin duda tomarán represalias si Estados Unidos impone sanciones, dijo hoy miércoles un funcionario. En realidad, estos son intentos imperiales de provocar la secesión de Hong Kong, en el contexto de revisión del papel de Estados Unidos que viene realizando Donald Trump desde que asumió la presidencia.
Algunas personas en Estados Unidos han llegado, de hecho, demasiado lejos al participar en otra ronda de hostigamiento, dijo Zhang Xiaoming, subjefe de la Oficina de Asuntos de Hong Kong y Macao en el Consejo de Estado, durante una conferencia de prensa.
El estatus económico especial de la RAEHK, incluida su posición como centro financiero global, ha sido ganada durante décadas de arduo trabajo de generaciones de personas en Hong Kong, dijo Zhang, quien enfatizó que ese estatus es reconocido por el mundo y también está sustentado por la Ley Básica de la RAEHK.
La prosperidad y estabilidad de largo plazo de la RAEHK—agregó–dependen de sus ventajas comparativas en el ambiente empresarial y el sistema financiero y del impulso del desarrollo económico de la parte continental, así como del apoyo de las autoridades centrales.
“Tenemos mucha confianza en el futuro de Hong Kong”, reafirmó. El deterioro de las relaciones Estados Unidos-China continúa agudizándose y trae aparejado varias consecuencias en los campos económicos y financieros.
Reino Unido, teniendo como primer ministro a Boris Johnson y su política de «Global Britain»[1], abre sus puertas a tres millones de residentes de Hong Kong y China amenaza con medidas graves como respuesta a lo que considera una intromisión en sus asuntos internos. La crisis en esa región se está convirtiendo en una prueba diplomática en tiempo real, en un mundo distraído por la pandemia de covid-19. Los estadounidenses están retirando algunas de las ventajas comerciales que ofrecían a Hong Kong, pero este es un año electoral y Trump considera que ponerse duro ante Pekín es un elemento de la estrategia con la que espera mantenerse en la Casa Blanca. A pesar de las afables relaciones entre Johnson y Trump, el Reino Unido necesita urgentemente un acuerdo comercial con Washington y siempre se sentirá incómodo ante la idea de que pueda requerirse un quid pro quo para lograrlo.
Por otra parte, Google y Facebook han invertido miles de millones en el proyecto del cable submarino de datos Pacific Light, que conecta Hong Kong, Taiwán, Filipinas y Estados Unidos. Sin embargo, el gobierno de Donald Trump estudia vetar el tramo que va entre su territorio y Hong Kong, por temor a sufrir un robo de datos por parte de China. Y es que el «Team Telecom», un comité del gobierno de los Estados Unidos, ha recomendado ahora que el país deniegue su aprobación.
La decisión es otra señal de la creciente tensión entre Estados Unidos y China, que continúan sumidos en una guerra comercial. El Pacific Light Cable Network, diseñado para aumentar la velocidad y la capacidad de internet, sería el primer cable de este tipo rechazado por Estados Unidos por motivos de seguridad nacional.
En un momento en que el orden mundial está experimentando cambios, las potencias y sus relaciones no han cambiado las tendencias generales anteriores a la pandemia, sólo las han agravado y acelerado. El mundo actual se carateriza por: 1) Radicalización de las contradicciones internas en Estados Unidos, que ya no sólo constituyen una brecha entre sectores del establishment, sino que incluyen una protesta racial y social; 2) Agudización de la rivalidad y la competencia entre Estados Unidos y China; 3) Una China fortalecida; 4) Debilitamiento de la Unión Europea; 5) Debilitamiento de las instituciones multilaterales; 6) Fortalecimiento de Vladimir Putin en Rusia y 7) Debilitamiento de las economías y aumento de los problemas sociales de los países pobres, por ejemplo en America Latina y en los pequeños estados insulares. En esencia, por primera vez en décadas, nadie espera que la solución de los problemas venga de los Estados Unidos, hoy son los Estados Unidos el problema.
El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, abogó el 30 de junio por reeditar el New Deal (nuevo trato) del presidente estadounidense, Franklin D. Roosevelt, para sacar al Reino Unido de la crisis económica provocada por la Covid-19. “Creo que este es el momento para un enfoque rooseveltiano en el Reino Unido,” aseveró el gobernante conservador, en entrevista a la emisora Times Radio. En opinión de Johnson, el país el país necesita recuperarse cuanto antes del impacto de la pandemia, y para ello requiere un plan económico similar al aplicado por el mandatario norteamericano en los años 30 del siglo pasado, conocido como el New Deal. Al igual que hizo Roosevelt en los tiempos de la Gran Depresión, cuando promovió proyectos de obras públicas y programas y reformas financieras, el primer ministro británico dijo que su propuesta incluye una fuerte inversión en la construcción de hospitales, escuelas y carreteras.
“Estoy seguro de que las inversiones darán resultado, porque la nuestra es una economía muy, muy dinámica y productiva,” afirmó Johnson, quien recalcó que sería un error volver a imponer la política de austeridad que defendieron sus antecesores conservadores en el cargo durante la última década. El jefe del gobierno británico delineará su nueva política post-Covid-19 en un discurso que tiene previsto ofrecer en Dudley, centro de Inglaterra, pero desde ahora advirtió que todavía deberán enfrentar tiempos difíciles.
Inglaterra, una de las cunas del neoliberalismo, ya admite, en declaraciones de su Jefe de Gobierno, que no podrá aplicar la política económica de sus pares conservadores. Varios analistas lo han planteado: el neoliberalismo ha demostrado su responsabilidad en los estragos de la pandemia y en su incapacidad para hacerle frente.
La economía española se desplomó un 5,2% por ciento en el primer trimestre por el impacto derivado de las medidas para contener la pandemia de Covid-19, confirmó hoy el Instituto Nacional de Estadística (INE). Los del primer trimestre son los primeros datos negativos que muestra el Producto Interno Bruto (PIB) de la cuarta economía de la zona euro desde finales de 2013, cuando emergió de la larga recesión provocada por la crisis financiera mundial de 2008.
El Centro de Estudios de la principal organización empresarial italiana, Confindustria, afirmó que la reanimación de la economía se muestra frágil y difícil y que los datos del PMI (Purchasing Managers’ Index) confirman que el reinicio no alcanza la plenitud. El informe pronosticó un decrecimiento de 20 por ciento del PIB en el segundo trimestre, que debe ser el peor momento de la crisis, en espera de que se concrete un repunte en el tercero, hasta cerrar 2020 con un menos nueve por ciento. En sentido similar se pronunció el Fondo Monetario Internacional (FMI) que pronosticó un decrecimiento de 12,8 por ciento de la economía italiana este año, 3,7 puntos porcentuales negativos más que su estimado de abril último. La institución financiera con sede en Washington advirtió que en sus proyecciones existe un grado de incertidumbre “inusitadamente elevado”, debido a que las previsiones de base se fundamentan en presunciones críticas sobre las secuelas de la pandemia
Como un botón de muestra del estado de la economía mundial, señalemos que la economía vietnamita creció un magro 0,36 por ciento en el segundo trimestre del año a causa de los embates del nuevo coronavirus, indicó hoy la Oficina General de Estadística (OGE). Esa cifra contrasta con la expansión del 6,73 por ciento que marcó el Producto Interno Bruto (PIB) en similar lapso del año pasado y es la más baja en las últimas cuatro décadas. La entidad atribuyó el inusitado y pobre resultado a la pandemia de Covid-19, cuyo impacto en términos económicos, sociales e incluso de vidas cobradas ha sido desastroso para la región y el resto del mundo. A pesar de esto, Vietnam ha manejado con mucho acierto la pandemia y ha tenido muy pocos casos de coronavirus.
No debemos de olvidar que la victoria de Trump en las elecciones de 2016 tuvo que ver con la crisis del modelo hegemónico norteamericano, sus incidencias negativas dentro de los estamentos medios de la sociedad, y con el desencanto con el establishment político, pero hoy debemos añadir que esas elites parecen divididas.
George W. Bush, responsable directo de centenares de miles de muertes en Irak, expresa su “empatía” con la protesta ¨Black Lives Matters¨. Las grandes empresas como Twitter, Adidas, Amazon, Target, General Motors, Coca-Cola, Wal-Mart, YouTube, Netflix, Nike, IBM, Google, Microsoft, MasterCard, McDonald’s, Starbucks, Warner Brothers, Procter & Gamble, la National Football League y otras, incluyendo bancos como Goldman Sachs, JPMorgan, Chase, Capital One, expresan sus respetos. Solidaria en la repulsa del asesinato de George Floyd, HBO retira de su catálogo “Lo que el viento se llevó.” Todas esas instituciones que mantienen y perpetúan el dominio del racismo y el imperialismo están trabajando arduamente para cooptar el movimiento con su habitual hipocresía, señala Rafael Poch-de-Feliu.
Parecería que esas elites ven que determinadas políticas de Trump, afectan sus intereses. Retira tropas de Alemania, anunció que se va de Siria y quiere hacer un repliegue en Afganistán. Y aunque sus declaraciones son incendiarias, no ha enviado tropas al extranjero, con excepción de Colombia, donde enfrenta dificultades para dicho despliegue. Es evidente que sus políticas proteccionistas tuvieron un impacto en la disminución del desempleo, pero la pandemia de covid-19 tendrá consecuencias en la vida económica que aún están por ver, señala el Dr. Anthony Fauci, una vez que se alcance el pico de la enfermedad y en función de cómo se realizará el control de este fenómeno.
En medio de todo, y manteniendo las elecciones de noviembre como epicentro de su quehacer, Donald Trump pronunció un discurso, en vísperas del 4 de julio, día de la independencia estadounidense, en el monte Rushmore, Dakota del Sur, en el que nuevamente la emprendió contra China y señaló: “En nuestras escuelas, nuestras redacciones, hasta en nuestros consejos de administración hay un nuevo fascismo de extrema izquierda que pide lealtad absoluta. Si no hablas su idioma, no practicas sus rituales, recitas sus mantras y sigues sus mandamientos, serás censurado, perseguido y castigado”, dijo el republicano ante un público entregado, que le interrumpía de cuando en cuando al grito de “USA, USA, USA”. Este discurso electoral muestra algunos de los ejes en los que se centrara la campaña Trump, de cara a las elecciones, y entre ellos su tema favorito: inculcar miedo.
Fuente: Rebelion