URIBE, GUAIDÓ Y EL NARCOTERRORISMO

Cubadebate


Por: Angel Guerra Cabrera

19 septiembre 2019 

La revelación por el gobierno de Venezuela de fotos del autoproclamado Juan Guaidó en pose
amistosa con líderes de Los Rastrojos, grupo notoriamente multihomicida de los
narcoparamilitares colombianos, colmó la copa.

El asunto trascendió rápidamente a los medios colombianos, donde ha causado doble revuelo
debido a la evidente complicidad con el hecho al más alto nivel de ese país, y se agravó cuando los servicios de inteligencia de Venezuela divulgaron un video donde se podían apreciar aún mayores muestras de afecto del “presidente encargado” hacia los criminales.

Ya no podía seguir alegando que esas fotos formaban parte de las muchas que se había tomado
el 23 de febrero, durante el fracasado concierto celebrado en Cúcuta previo al frustrado intento de
paso ilegal a Venezuela de la “ayuda humanitaria”.Pero en medio de las dudas y cuestionamientos por las fotos cayó una verdadera bomba.

Wilfredo Cañizares, director de la reconocida ONG colombiana Progresa, con 30 años de trabajo en defensa de los derechos humanos en la zona de la frontera común por dónde presuntamente
Guaidó entró a Colombia, hizo a numerosos medios una denuncia demoledora.

A riesgo de su vida, afirmó: “Del ingreso del señor Guaidó, obviamente tenemos las pruebas y los
testimonios de que fue facilitado y coordinado por Los Rastrojos”. Asegura que 24 horas antes del ingreso del autoproclamado, Los Rastrojos decretaron un toque de queda en la zona para
protegerlo y para que nadie se percatara de su paso. “Nada se mueve en la frontera, sin que lo
controlen Los Rastrojos… venimos años advirtiéndolo (…) lo que estamos haciendo evidente es
que hubo una coordinación porque no permitieron(los paramilitares) que nadie saliera, ni se
movilizaran carros o motocicletas hasta cuando el señor Guaidó pasó por el territorio”.

Añadió que el político debe haber sido entregado a autoridades colombianas por los
paramilitares. Enviamos un escrito al canciller Carlos Holmes Trujillo, “para que nos diga cuál fue
la participación de la Cancillería que estaba coordinando todo el tema del 23 de febrero, cuál fue
la participación de la policía metropolitana de Cúcuta en esto, porque es un acto realmente
grave».

El presidente Iván Duque, y no se diga su patrón Álvaro Uribe, creador y promotor del
narcoparamilitarismo, odian ferozmente a Venezuela y junto a sectores de la oligarquía
santanderiana se empeñan en ahogar en sangre al chavismo.

No hay prácticamente una actividad terrorista contra la Revolución Bolivariana donde no aparezca la mano de Bogotá.

El atentado con drones contra Maduro y otras muchas acciones subversivas antivenezolanas
desde la presidencia de Chávez, se organizaron en Colombia. De hecho, es Colombia la carta
principal que juega Estados Unidos contra el chavismo, habida cuenta del fracaso monumental
del títere Guaidó.

Acompañado del gobierno de Uribe-Duque, Estados Unidos invocó ilegal y canallescamente en la OEA la activación contra Venezuela del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR). Al parecer, una medida desesperada al ver que el Grupo de Lima se desmorona, como se veía venir
desde que el nuevo gobierno de México rescató la digna postura de no intervención, favorable a la paz y a la solución pacífica de los conflictos; confirmado al abandonar Costa Rica, Panamá, Perú y Trinidad-Tobago el barco de la guerra.

Diez países que votaron a favor del TIAR no constituyen ni la tercera parte de los 35 gobiernos de
las dos Américas. Además, es una gravísima violación trumpiana del derecho internacional y un
chiste de mal gusto contar como gobierno a los payasos de Guaidó. El autoproclamado depende
totalmente del apoyo de Washington pues no tiene ningún otro. Existen pruebas de que sus
colaboradores gastaron a manos llenas fondos de la “ayuda humanitaria” en cantinas, prostíbulos y hoteles de Colombia.

La entrega de Citgo, la filial de PDVSA en Estados Unidos, al gobierno de ese país, fue pactada
desde antes de autoproclamarse, no se sabe dónde está el dinero del concierto de febrero, ni
están claras las cuentas de los fondos venezolanos transferidos por Washington a su “gobierno”.

Con la mayor desvergüenza, el títere aprueba la entrega del territorio en disputa de la Guyana
Esequiba a Guyana, apoyando así un antiguo despojo imperialista a Venezuela. Para colmo, al dar a conocer Maduro y partidos opositores venezolanos no guerreristas los acuerdos parciales pero muy importantes a que llegaron con Caracas bajo el patrocinio de Noruega, el sector
ultraderechista, proyanqui y guerrerista de la oposición y sus bases han tronado contra Guaidó.

Maduro tiene la iniciativa política y ese sector corre el riesgo de quedar en la orilla si no se sienta a dialogar con el gobierno. Fuera del poco factible camino de la guerra y el bloqueo genocida,
Washington no tiene nada que ofrecer a Venezuela. Sin embargo, conversa con Caracas aunque
dice no reconocer a Maduro. ¿No que el presidente era Guaidó?

http://www.cubadebate.cu/opinion/2019/09/19/uribe-guaido-y-el-narcoterrorismo/