Por Francisco Federico del Carpio / Jornal de Arequipa
Tía María: aprender de Las Bambas |
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FRANCISCO DEL CARPIO MARZO2019 Para los que aún piensan y abogan por la explotación de las Minas Tía María y la Tapada en el Valle de Tambo, región Arequipa, debieran abrir bien los ojos y tener en cuenta lo que pasa hoy con lo que genéricamente conocemos como el caso “Las Bambas” en vista de que la Southern está contratando, vía redes, a reconocidos “líderes de opinión” para promocionar subliminal o sibilinamente su proyecto, esperando, esta vez, su pronta explotación. El Caso Las Bambas muestra notoriamente de lo que son capaces empresarios como los de Southern o MMG (Minerals and Metals Group) para obtener lo que quieren con el cómplice aval de “patriotas que quieren el progreso del país”. En el espejo de Las Bambas hay que verse más de una vez. Hay que aprender de la experiencia de los comuneros apurimeños de Fuerabamba, quienes ávidos de “progreso”, lo dieron todo para el desarrollo o mejora de su comunidad, desarrollo que les habían prometido los empresarios, promotores (emprendedores) y los medios interesados en el caso. Finalmente, iban a salir del atraso y cedieron voluntariamente las tierras de Las Bambas que heredaron de sus milenarios ancestros para que de allí fueran extraídos los minerales que existían en sus entrañas para el progreso del país y de su pueblo. El trato lo hizo la propia comunidad con una empresa minera anglo suiza llamada Xstrata bajo determinadas condiciones a cambio de un justiprecio y muchas promesas . Años después (el 2014), Xstrata vende las tierras de Las Bambas, con los minerales adentro, a un consorcio chino liderado por MMG, el que se desentiende de los compromisos adquiridos por Xstrata y decide imponer sus propias condiciones, a lo bruto. Como en Tía María y La Tapada los trucos se repiten. MMG desconoce no solo los compromisos sino sus organizaciones, sus asesores y sus abogados y a todos acusa de extorsionadores, repitiendo el caso de las lentejas de Gómez Urquizo y Pepe Julio Gutiérrez; exigiendo, además, al Estado, haga respetar derechos que ellos quebrantaron. Carente de ideas el Estado reedita la Operación Filosofexxx. Esta vez el agresor no es el humilde campesino tambeño, descalzo, quien armado de un artefacto de fierro de construcción de tres puntas, de 0.20 m., trató de acabar con un batallón policial vestido de robocop; ahora los comuneros de Fuerabamba desde los cerros, armados de huaracas de última generación, intentan derribar los helicópteros policiales a pedradas. En la versión ’19 (2019) del caso Tía María no podía faltar doña Alejandra Aramayo la temperamental y enredosa congresista fujimorista por Arequipa aconsejando al gobernador de la región Élmer Cáceres Llica que no se deje llevar por el clamor popular (utilizó esas palabras) que le exige mandar definitivamente al tacho el proyecto minero Tía María. En la declaración de Aramayo hecha al prominero RPP, alega con desprecio, desdén y desparpajo que Cáceres se debe al millón 300 mil habitantes que tiene Arequipa y no a las diez personas que con su banderita verde dicen: «la mina no va”. Afirmó, finalmente, que en Arequipa necesitamos una empresa minera responsable como Southern, habiendo hecho, ella, proyectos a favor de la actividad extractiva. ¿Gratis? |
FIN