FRANCISCO FRANCO: EL DICTADOR QUE MURIÓ MATANDO
Y LO MISMO HARÁ EL GENOCIDA NETANYAHU.
CON EL AVAL DEL MATÓN DEL BARRIO: DONALD TRUMP
Y DEL GOBIERNO PANAMEÑO.
Por: Franklin Ledezma Candanedo,
Periodista del Corinto Bolivariano: Panamá.
“El vientre del fascismo (Benjamín Netanyahu: sionazista), aún es
vientre fecundo. Y es que simboliza la muerte, que aún no ha sido
vencida: Bertolt Brecht, dramaturgo y poeta alemán.
“Hay que recordar que en un régimen criminal no puede haber “debida
obediencia”, tanto si el responsable máximo se llama Franco, como
Pinochet o Netanyahu. Y que los crímenes de lesa humanidad no
prescriben, ni deben quedar impunes, digan lo que digan las leyes de
punto final como la de amnistía del 15 de octubre de 1977. Estos
crímenes deben quedar grabados en la memoria popular y la exigencia de
Verdad, Justicia y Reparación sólo debe tener punto final cuando estas
demandas sean exitosas”.
El columnista Martí Caussa (VIENTO SUR), asegura que los delitos de
lesa humanidad no prescriben, ya que son considerados de la máxima
gravedad por atentar contra la dignidad humana y la humanidad en su
conjunto. Esta imprescriptibilidad se basa en el derecho internacional
y tiene el objetivo de garantizar que los responsables puedan ser
juzgados y castigados sin importar el tiempo transcurrido, como se
establece en tratados internacionales y en la legislación de diversos
países.
Sustenta su autorizada opinión en la Convención sobre la
imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y de los crímenes de
lesa humanidad, aprobada el 26 de noviembre de 1968, por la Asamblea
General de la ONU: Resolución 2391 (XXIII), que entró en vigencia el
11 de noviembre de 1970, de conformidad con el artículo VIII
El colega Martí aclaró que la frase tópica dice que Franco murió en la
cama. La que expresa la nuda verdad es que murió matando. Cabe
advertir que el criminal histórico Netanyahu no ha muerto, pero lo
seguirá haciendo hasta que le llegue su hora definitiva.
Según Massa la madrugada del 27 de septiembre de hace cincuenta años
el dictador mandaba matar a Jon Paredes Manot (Txiqui), Angel Otaegi,
Xosé Humberto Baena, Ramón García Sanz y José Luis Sánchez Bravo.
Franco estaba pudriéndose desde hacía tiempo, y finalmente murió 54
días después, el 20 de noviembre, en la cama sí, pero matando.
Massa recalca que el dictador no mataba solo. Tenía el apoyo de
ministros, militares, jueces, policías y de un sector de la iglesia
católica. Muchos de ellos estaban convencidos de que para dejarlo todo
“atado y bien atado” hacían falta cuerdas de sangre, otros alegaron
“debida obediencia”, el pretexto típico de los colaboradores con
regímenes criminales (tal es el caso del ejemplo humillante del
gobierno panameño y su permanente respaldo a Israel, el mayor estado
terrorista histórico). Massa aclaró que casi todos ellos han ido
muriendo sin ser juzgados por sus responsabilidades por los crímenes
de lesa humanidad cometidos durante la dictadura.
Los columnistas Jordi Salvat y Alabart y Loles Olivan advierten que
“son las sanciones y el boicot lo único que forzará el aislamiento
internacional de Israel, la reprobación del sionismo como ideología
racista y supremacista, y el desmantelamiento del sistema colonial y
de apartheid que ha definido a Israel desde su creación en Palestina
en 1948”, características propias del estado sionazista de Israel,
que, para vergüenza nacional y mundial, cuenta con el aval de gobierno
panameño títere del criminal e intervencionista imperio hegemónico en
decadencia irreversible, sobre todo desde que tiene vigencia el
multilateralismo desde la afortunada creación del grupo BRICS, del
grupo de La Haya y del Grupo Shanghái más conocido es la Organización
de Cooperación de Shanghái (OCS), una alianza política y de seguridad
de países como China, Rusia, India, Pakistán, entre otros, que busca
promover la cooperación regional, la estabilidad y la lucha contra el
terrorismo, desvinculado totalmente de EE.UU., el estado profundo
EE.UU. y su enfermizo unilateralismo.