PERÚ. LIMA, BLOQUEADA POR PARO

Lima, 10 oct. (Sputnik)-  / Panorama mundial

Este jueves, la ciudad de Lima, capital de Perú, amaneció por segunda vez convulsionada por el paro convocado por gremios de transportistas urbanos, en protesta por la inseguridad ciudadana y la delincuencia.

Desde muy temprano, las principales avenidas de la ciudad lucieron una notoria cantidad menor de autobuses, minibuses y vans que prestan servicio de transporte, así como una fuerte presencia policial y militar para, según anunció el Gobierno en la víspera, controlar posibles desmanes de parte de los manifestantes

La medida no sólo ha supuesto la paralización de actividades. Diversos medios locales reportaron movilizaciones y marchas de protesta, sobre todo en la zona norte, sur y este de Lima, las más deprimidas económicamente, y también las más afectadas por la delincuencia.

El Ministerio del Interior confirmó la presencia de 14.000 policías y 4.000 militares para controlar la situación, una medida que, por varios testimonios de ciudadanos, ha sido rechazada y considerada como contradictoria. Gobierno versus ciudadanía

En diálogo con la Agencia Sputnik, Ana Espejo, residente en el distrito de Comas, en la zona norte limeña, manifestó su protesta contra las medidas que el Gobierno ha tomado frente al paro. ‘Acá vivimos todos los días con extorsionadores, ladrones, pero nunca se ve la tremenda cantidad de policías y militares que se ve hoy. Esa cantidad de policías deberían ponernos todos los días para defendernos de los delincuentes, pero acá nunca se ve a nadie. ¿A quién protege este gobierno?, ¿a los delincuentes o a nosotros, que sólo estamos protestando para defender nuestra vida?’, dice la ciudadana.

El 26 de septiembre se realizó el primer paro, convocado en Lima por gremios de transportistas urbanos que son víctimas de mafias de extorsionadores, quienes les exigen el pago de cuotas a cambio de dejarlos laborar. Aquel día, Lima se paralizó, con casi la totalidad de empresas de transporte fuera de funcionamiento, sin embargo esta vez la protesta se ha extendido.

En diversos comunicados, mercados y gremios de pequeños comerciantes (textiles, de comestibles, farmacias, ferreterías, etcétera) han decidido sumarse al paro pues, alegan, también son víctimas de los extorsionadores o de delincuentes que emplean una violencia cada vez mayor para atacarlos.

Maribel Laguna es residente del distrito de San Juan de Lurigancho, en la zona este de la capital, donde posee una pequeña tienda de comestibles.

En diálogo con la Agencia Sputnik, expone su punto de vista sobre el paro. ‘Yo no he abierto mi negocio hoy porque ya es hora de que este Gobierno haga algo contra los delincuentes (…) No sé de dónde sacan (las autoridades) que la delincuencia ha bajado, parece que viven en otro país, por acá todo sigue igual o peor’, dice.

La ciudadana alude a que el Gobierno viene sosteniendo que la delincuencia ha bajado, incluso en la víspera el primer ministro, Gustavo Adrianzén, afirmó que, gracias a los operativos policiales en Lima, las extorsiones se han reducido en un 73 por ciento, una cifra que no se condice con lo que denuncian los afectados.

La Alianza Nacional de Transportistas de Perú, organización que agrupa a 400 empresas de transporte urbano, ha indicado que, desde la declaratoria del estado de emergencia en 13 distritos de Lima, decretada hace dos semanas, 14 personas han sido asesinadas por los extorsionadores a bordo de las unidades de servicio.

Así, en medio del caos, el Gobierno ha ordenado a las empresas dar cuatro horas de tolerancia para que sus trabajadores lleguen a laborar, pero esta medida podría ser poco útil en un país en el que la informalidad laboral supera el 70 por ciento de la actividad económica.

Por otro lado, las personas han hecho uso de colectivos (autos informales que transportan a varios pasajeros) para trasladarse, pero el costo de los pasajes ha llegado a triplicarse, según reportaron diversos medios locales. (fin)