Paulo Cannabrava Filho
Desde que fue instalado em Terra Brasilis el poder judicial funciona para una única y exclusiva clase social: a hegemónica no poder. O ejemplo más expresivo de esa dictadura fue en los años 2017/2018 cuando un juez de aldea, con connivencia del Supremo Tribunal Federal (STF), mantuvo Lula, el favorito en todas las pesquisas, fuera de la disputa en la elección presidencial.
Judiciario e media también hegemónica practicaran una nueva técnica de golpe de Estado, perfeccionado por los servicios de inteligencia del imperialismo estadunidense: lowfare. Usar las mismas instituciones del Estado para derribar gobiernos. No se necessita enviar tropas, los agentes internos hacen el servicio.
Ese judiciario no es confiable, porque, fiel a sus orígenes de clase, siempre que esté amenazado actuará para preservar o estatus quo. Actualmente está tranquilo, actuando contra la ultraderecha que burló las leyes, y porque la correlación de fuerzas asegura la hegemonía. Entonces puede dar-se al lujo de permitir que Lula disputara y ganara las elecciones.
No olvidemos que el juez Sergio Moro y el procurador Deltan Delagnol trabajaron en común acuerdo con el Departamento de Estado y la CIA, o lo que es peor, trabajaron descaradamente, sin pudor, y fueron elevados a la condición de héroes nacionales.
Juez y procurador deberían ser juzgados y condenados por traición a la patria. Pero, al contrario de ser denunciados, han sido elegidos para el Legislativo. Esa es la dictadura con apoyo de masas, a ejemplo de lo que fueron el fascismo y el nazismo en Europa. La propaganda y el dinero a fondo perdido como instrumentos para la conquista de votos enmascara la dictadura.
Para el sistema es democracia porque tiene elecciones.
Desde que, instalada la República Nueva, con la Constitución de 1988, el presidencialismo de coalición se volvió un presidencialismo de colisión, en que la clase hegemónica impone una verdadera dictadura de la mayoría. Han elegido el peor legislativo de la historia, en el cual la llamada Frente Agropecuaria domina, y junto con otras frentes imponen tres votos para cada uno de los democratas.
La República es presidencialista, la Constitución dice que el Ejecutivo es quién ejecuta el Presupuesto. Han inventado un “semi-parlamentarismo” en que el presidente de la Cámara, en el comando de la ralea es quién queda con la mayor tajada del presupuesto.
Desde 2015 el Congreso viene se apropiando cada vez más del Presupuesto hasta llegar a la situación en que estamos, sobrando casi nada para políticas públicas de alcance social y proyectos de infraestructura.
Esa dictadura de mayoría, violando la Constitución, llegó a apropiarse del Presupuesto de la Unión. La legislación y las costumbres son claras: la ejecución del Presupuesto es prerrogativa del Ejecutivo. Sin embargo, cuando el Supremo prohibió el tal de “Presupuesto Secreto”, los legisladores han inventado otras modalidades, y con enmiendas de Comisión, enmiendas parlamentarias y las enmiendas Pix, han se apropiado del Presupuesto. Esa tal de enmienda Pix es lo mismo que un cheque en blanco que llega a las alcaldías.
El 16 de agosto el Supremo Tribunal Federal (STF), en decisión unánime, ratificó la suspensión de ejecución de las enmiendas, decidida en la víspera por el ministro Flávio Dino. La medida favorece al Ejecutivo, pues los recursos sólo pueden ser liberados con dirección cierta, es decir, obra o política pública en ejecución.
La decisión del ministro Flavio Dino ha puesto nervioso el presidente da Cámara, Arthur Lira. Siendo él que comanda el “Centrão”, es decir, la mayoría silenciosa que vota según órdenes del jefe, sacó de la gaveta proyectos con intención de vengarse del STF. Uno de ellos restringe las decisiones personales de ministros de la Corte y la otra es un absurdo que pretende facultar al Legislativo suspender decisiones del Supremo.
Es eso mismo. La tradición mando que decisiones del Supremos, no se discute, se cumplen. Es la última instancia. La Cámara pretende crear una nueva instancia y ser más que el STF. Tal absurdo no tiene chance de tramitar.
El sistema inventado por los legisladores para apropiarse del Presupuesto es único en el mundo. Es mucho dinero para diputados y senadores y extravasa la función legislativa de las dos casas. Los deputados arguyen que conocen las necesidades de la población local. Un absurdo, porque esa atribución es de los alcaldes y concejales, o diputados estaduales y gobernadores en el caso del Senado.
Según Lula, en entrevista a una radio local: “El presidente utilizaba las enmiendas como fator de negociación política. El diputado que votaba a favor del proyecto del gobierno tenía derecho a una enmienda. Caso de dos, tres millones. Ahora, a veces, es 50 millones, 60 millones”.
Hoy día las enmiendas cuestan al todo 52 mil millones de reales. Es de hecho mucho dinero para un diputado que actúa como se fuese concejal. Es casi mitad del Presupuesto. Siendo más del 40% del Presupuesto empeñado para pago de intereses y parte del principal de la deuda, resta prácticamente nada para pagar las contas del Ejecutivo. Tiene razón Lula de quejarse del “secuestro” del Presupuesto.
La media hegemónica está encantada en cubrir la “pelea” entre los dos poderes, pero se posiciona favorable al STF, calificando de ilegales las enmiendas, exigiendo que haya control riguroso sobre estas, lo que está favoreciendo el poder Ejecutivo. Pero no se trata de eso y si de reconocer con justeza que esas enmiendas son ilegales e inmorales.
Aun así, Senado y Cámara, y once partidos – PT, PL, União Brasil, PP, PSD, PSB, Republicanos, PSDB, PDT, MDB e Solidariedade- entraron con recuso pidiendo suspender la liminar del ministro Flávio Dino que interrompe todas las verbas de emendas hasta que sean reglamentadas. Ni pueden acusar el ministro de autócrata, pues Dino no es tonto, en el día siguiente tuvo su liminar apoyada por el pleno del STF.
¿En lugar de contestar, no sería más fácil o racional aprobar y seguir las reglas en obediencia al Supremo? Como lo desea el Supremo, los recursos tienen que ser direccionados para obras y políticas públicas específicas.
No bastara eso, en el Senado, en trámite acelerado, fue aprobada la PEC (Propuesta e enmienda a la Constitución) de Amnistía, que perdona las deudas de los partidos políticos para con la Justicia Electoral. ¿Qué deuda es esa? Son deudas de la previdencia no recogida y multas, penalidades aplicadas por no cumplimiento de las normas durante la campaña electoral de 2018. Son 18,2 millones de reales. Las pérdidas para la Unión suman alrededor de los 23 mil millones de reales. Las deudas serán pagadas en plazos bien largos y sin intereses.
Ellos, los legisladores y los partidos aprobaron las reglas, como cota para candidaturas de mujeres (nadie cumplió), o 20% dos recursos a las personas negras o pardas. Eso está valiendo para la próxima elección, de octubre, para concejales y alcaldes en los más de cinco mil municipios brasileros. Va a ser difícil que alguien cumpla con las exigencias.
Nación enferma
Ese mundo conturbado, con conflictos por toda parte, inclusive aquí, donde la guerra civil del Estado contra la Nación y su pueblo cobra unas 40 mil víctimas por año, está afectando la salud mental de la juventud. Jóvenes entre los 13 y 29 años están acometidos de depresión y/o ansiedad, con número alto de casos graves que requieren internación. Los casos de internación han aumentado de 690 em 2013 para 1.620 en 2023, un aumento de 136% em diez años.
En el estado de Minas Gerais, investigación en ocho Universidades, con ocho mil alumnos investigados, 60% presentaron casos de la enfermedad, que exige internación.
Lula y su asesor se equivocaron
El presidente Lula y su asesor especial Celso Amorim, se equivocaron al proponer nuevas elecciones en Venezuela. Una clara interferencia en los asuntos internos del vecino. Hasta mismo la oposición venezolana que se declara vencedora de elección rechazó por “ridícula” la idea. Para Corina Machado, líder da oposición, fue una “falta de respeto”, mientras Diosdado Cabello, jefe do partido gobernista, calificó de “estupidez”.
Los venezolanos es que tiene que resolver la cuestión. Eso es sagrado en las relaciones entre países, en el derecho internacional. Libre autodeterminación de los pueblos e no interferencia en los asuntos internos.
La situación es difícil. Estados Unidos va apoyar la oposición e imponer más bloqueos a la economía, intentando con eso derribar Maduro. Pero no va a conseguir. Será como un Guaidó II, un fracaso.
El tribunal electoral y la corte suprema do país ya dieron posesión al presidente Maduro y países tan importantes como China, Rusia e Irán reconocen y están negociando con el gobierno. Caracas tiene acuerdos estratégicos con esos países y manifiesta voluntad de ingresar a los Brics.
Venezuela es hoy día más una zona de confronto entre los dos sistemas-mundo: el sistema Occidental y Cristiano, resumido en la OTAN más Australia, Japón y Corea del Sur, hegemonizado por los Estados Unidos; y el sistema del Sul Global, con los Brics insurgentes, liderados por Rusia, China, Irán y Corea del Norte.
Paulo Cannabrava Filho, periodista latinoamericano editor de Diálogos do Sul Global