Por Gustavo Espinoza M.
Jorge Del Prado fue una notable personalidad política en el Perú del siglo XX. Recientemente, se cumplieron 25 años de su partida, ocurrida, dos días antes que llegara a los 90 años, el 15 del mismo mes. Ahora, se recordarían los 114 años de su nacimiento. Discípulo de Mariátegui desde 1929, entregó su vida entera a la defensa de los intereses de los trabajadores y la bandera del socialismo. Luchó en todos los frentes y fue consecuente y leal con sus principios. Por eso, vive en la memoria de quienes lo conocieron y siguen su ruta de combate.
Cabe recordar brevemente el itinerario de su vida. En el último trimestre de 1929, por indicación de Mariátegui, Del Prado fue a trabajar como obrero a Morococha. Allí organizó sindicatos y el I Congreso de Trabajadores Mineros y Metalúrgicos, de donde surgiría la Federación Minera del Centro. Fue en ese entonces cuando se produjo la masacre de Malpaso, bajo el gobierno de Sánchez Cerro. No obstante, fue instalado el Congreso Minero y Del Prado fue elegido Secretario General. Luego, fue apresado junto a otros trabajadores y dirigentes.
En 1932 Sánchez Cerro lo confinó a los campos de concentración habilitados en la selva de Madre de Dios. De allí logró escapar a Bolivia y retornó clandestinamente al país. La travesía por la selva fue penosa y duró cuatro meses. Jorge contrajo Uta. Descubierto por la policía en 1934, fue nuevamente perseguido y deportado a Chile. A su regreso, inició trabajo político en Lima y Cusco y fue apresado en 1937. Condenado por un tribunal militar a 5 años, se convirtió en un símbolo de la lucha dado que había estado confinado en El Frontón. En el juicio se defendió enérgicamente, reafirmando su filiación comunista. Desde la prisión empezó la lucha interna contra Ravines, y organiza el I Congreso del Partido Comunista Peruano celebrado en 1942.
Al final del primer gobierno de Manuel Prado, ayudó a formar el Frente Democrático Nacional que llevó a palacio a José Luis Bustamante y Rivero. Derrocado este en 1948, durante la dictadura de Odría, Jorge volvió a la lucha clandestina y participó activamente en la gestión del Frente Popular en Arequipa. En junio de 1950, en esa ciudad, participó en los combates armados y en la formación de un Junta Local Transitoria de Gobierno. Los dirigentes del Frente fueron tomados presos; Del Prado logró burlar la represión, pero al año siguiente fue capturado y deportado a Argentina. De allí pasó a Bolivia hasta 1954. Luego viajó a Brasil, permaneciendo clandestinamente en ese país hasta 1956, cuando regresó una vez más, ilegalmente al país.
Le cupo desarrollar entonces dura lucha contra el segundo gobierno de Prado contra la ley que ilegalizó al PC y por la recuperación del petróleo y la reforma agraria. En un allanamiento que efectuaron las fuerzas policiales a las oficinas de “Unidad” (órgano del PCP), fue apresado y permaneció varios meses recluido sin proceso alguno.
En 1960 participó en la formación del Frente de Defensa del Petróleo, junto con el general César Pando Egúsquiza, Alfonso Benavides Correa, entre otros. También en la fundación del Frente de Liberación Nacional, en la campaña nacional por la recuperación del petróleo y las jornadas en defensa de Cuba Socialista. En 1963, fue detenido nuevamente por la Junta Militar encabezada por Pérez Godoy y confinado en El Sepa al lado de otros luchadores sociales. Estuvo seis meses entre El Sepa y El Frontón.
En 1965 fue elegido Secretario General del Partido Comunista. En enero de 1968 durante el primer gobierno Belaúnde, cuando arreció la campaña a favor de la recuperación del petróleo, fue apresado con un centenar de dirigentes y activistas del Partido en un allanamiento a lo que la PIP llamó “una escuela de Guerrilleros”, las oficinas del semanario UNIDAD. Importante papel le cupo al Partido, bajo su dirección, en el Proceso Revolucionario liderado por Juan Velasco Alvarado, para asegurar un consecuente apoyo de masas a la lucha de nuestro pueblo.
En diciembre de 1976, señaló un viraje en la política del PC y marcó clara distancia del gobierno de Morales Bermúdez, lo que facilitó el Paro del 19 de julio del 77. En octubre del 79 participó en la huelga de hambre dentro de la Casona de San Marcos, en la que toman parte 30 dirigentes políticos, sociales y sindicales pertenecientes a todas las corrientes de la izquierda peruana. En 1978 fue elegido miembro de la Asamblea Constituyente. En 1980 encabezó la lista al Senado en nombre de Unidad de Izquierda, saliendo electo. En marzo de 1984 sufrió un atentado en la Plaza Dos de Mayo durante un paro nacional de la CGTP. En 1985 y 1990 fue reelegido senador por Izquierda Unida, destacando por su indeclinable defensa de los derechos humanos. En noviembre de 1991 culminó sus funciones como Secretario General del PC, pero continuó en la batalla por los mismos ideales.
A raíz del golpe del 5 de Abril de 1992, fue despojado de su curul y empezó un combate sin tregua desenmascarando al régimen corrupto a de Alberto Fujimori, escribiendo y actuando. Con su salud mermada continuó la brega por restituir la democracia y concurrió a las movilizaciones contra la dictadura. Simultáneamente regresó a los pinceles plasmando en cuadros la belleza del valle de Santa Eulalia y la realidad social del país.
El 13 de agosto de 1999 falleció en una modesta cama del hospital Obrero de Lima. Es un deber, honrar su memoria (fin)