El comando del candidato presidencial Edmundo González y de la
dirigente opositora María Corina Machado desconoció los resultados
electorales anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) de
Venezuela. Este fue el toque de salida para un plan de
desestabilización que ha sumido a Venezuela en una espiral de violencia.
Machado y González dijeron que poseían el 73,20% de las actas, cuyos
resultados supuestamente le dan el triunfo al candidato opositor.
Además, usaron el argumento de que hubo un fraude en torno a las actas
de escrutinio, y aprovecharon que mucha de la audiencia internacional
desconoce los detalles sobre el sistema electoral venezolano, el más
confiable del planeta, según expertos independientes.
Ambos políticos afirmaron que el CNE y el propio Gobierno nacional
ralentizaron los procesos de escrutinio de las mesas, impidieron el
ingreso de los testigos a cientos de ellas, además de que detuvieron
la transmisión de las actas.
Pero quizá lo más grave de dicha alocución fue haber instaurado un
Consejo Nacional Paralelo, a través de un portal web desde donde los
ciudadanos pueden ingresar su número de cédula y supuestamente avalar
que se respetó «su voluntad» electoral. Este portal web funciona como
el Consejo Nacional Electoral de un paraestado que se pretende
instaurar en Venezuela, con el apoyo de gobiernos alineados a Washington.
Información clave para desmontar la matriz
Diferentes expertos electorales consultados han explicado que en
Venezuela el voto es electrónico, por lo que la máquina de votación
funciona como urna electoral. Esto significa que el escrutinio (la
sumatoria de los votos) es automatizado, no existe el sesgo ni la
equivocación humana. El acta de escrutinio emitido por la máquina es
el resultado de la sumatoria automatizada realizada por la máquina.
Es importante destacar que las actas no se llenan a mano, y solo son
firmadas por los miembros de mesa al finalizar el acto de votación, y
en el caso de que se requiera, también la firman los testigos de los
partidos políticos. Este último no es obligatorio.
En Venezuela no existe el voto físico, por lo que el comprobante que
se deposita en la caja de resguardo funciona como un instrumento para
verificar el funcionamiento de la máquina de votación. Un dato clave
es que existe un procedimiento de auditoría llamado de «verificación
ciudadana» que se realiza al 51% de las máquinas habilitadas en un
centro de votación y solo se inicia una vez transmitidos los resultados.
Para hacer que dicha verificación sea aún más confiable, esta se
realiza única y exclusivamente cuando ya se han transmitido al centro
nacional de cómputo los resultados electorales. Al respecto de este
último, dicha medida de seguridad se viene haciendo desde hace algunos
años, luego de que los partidos políticos la consideraran necesaria
para blindar aún más el procedimiento de verificación ciudadana.
Un dato que no puede dejarse pasar por alto es que el acta de
escrutinio, impreso en papel de seguridad, es un comprobante que posee
un código alfanumérico que identifica a la máquina de votación que la
emite. Los partidos políticos, además del CNE, conocen los códigos
alfanuméricos de cada máquina de votación. También posee un código QR
que contiene la información del acta. El reverso del acta lleva
impreso el logotipo del CNE. No existe manera de falsificarlas o
producir «actas artificiales».
¿Por qué son tan importantes estas medidas de seguridad? Porque el
acta de escrutinios impresa, debidamente firmada por integrantes de la
mesa, es un documento con valor jurídico que sirve para la debida
impugnación de resultados.
Para los partidos políticos, el acta de escrutinio es el único
mecanismo que les permite llevar un conteo fidedigno de la votación.
Además, brinda a las organizaciones políticas la oportunidad de
comparar los datos que poseen con el primer boletín de resultados que
anuncia el Consejo Nacional Electoral. Toda la data de resultados les
es entregada a los partidos políticos al finalizar la totalización.
Las acciones emprendidas por González y Machado, en especial con la
publicación de dichas actas en un portal web, cuya seguridad y
resguardo solo manejan ellos, generan grandes dudas acerca de la
veracidad de las actas que muestran como pruebas de su supuesta
victoria, en especial porque son susceptibles de modificación digital
a través de cualquier programa de retoque fotográfico.
En torno a la verificación ciudadana
La verificación ciudadana es la auditoría al funcionamiento de la
máquina. Con ella se verifica la concordancia entre los votos
registrados y escrutados por la máquina de votación y los comprobantes
de votos contenidos en la caja de resguardo. Es este su único
objetivo. Se realiza al más del 50% de las máquinas de votación de un
centro de votación y no sobre la totalidad de las máquinas.
Durante la elección presidencial de 2013, se intentó posicionar la
matriz falsa de que esta auditoría es un recuento de votos y que, al
no hacerse sobre la totalidad de las mesas, sus resultados no son verificables.
Al respecto, debe mencionarse que la auditoría no es un recuento de
votos y sus resultados no tienen validez jurídica. En Venezuela no
existe recuento de votos porque un recuento solo podría hacerse sobre
la máquina de votación (que es la urna electoral que contiene los
votos electrónicos), la que hará exactamente el mismo escrutinio
inicial, de acuerdo con la programación del software que contiene.
Debe señalarse que la seguridad de que la máquina de votación registra
y cuenta correctamente los votos, de que el acta de escrutinio es fiel
al registro y conteo, de que la transmisión y totalización se
corresponde con el escrutinio de la máquina, está garantizada por las
auditorías previas y posteriores al evento electoral realizadas por
los partidos políticos, los cuales firmaron la totalidad de las actas
de cada una de las auditorías realizadas.
Los técnicos representantes del candidato Edmundo González, estuvieron
en todas estas auditorias y no objetaron ninguna de las pruebas
realizadas. Para el domingo 28 de julio, el sistema automatizado de
votación se encontraba totalmente revisado, verificado y encriptado
por todos los técnicos representantes de las organizaciones políticas.
De la transmisión de resultados
Así como lo explicó de manera detallada el experto auditor en sistemas
electorales a Sputnik, Víctor Theoktisto «el sistema de transmisión de
resultados electorales del CNE cuenta con mecanismos de seguridad que
garantizan la integridad de los datos. Los resultados transmitidos no
pueden ser alterados».
Este sistema de transmisión, fue ampliamente auditado por los técnicos
de los partidos políticos, así como la infraestructura tecnológica que
hace posible dicha transmisión. Fueron 3 las verificaciones realizadas
sin incidencias. Los resultados electorales no se transmiten por
internet. Lo hacen por canales dedicados y exclusivos.
Así como lo menciona Theoktisto, el ataque denunciado por el CNE a la
transmisión de los datos afectó las posibilidades técnicas de
transmitir, pero no los resultados. Lo cual permite pensar que se
trató de impedir la totalización y la emisión de un primer boletín de
resultados.
Tal como lo ha denunciado el presidente electo, Nicolás Maduro, el
plan de desestabilización del país pasaba porque la población
venezolana no conociera los resultados electorales y así crear un
clima de incertidumbre y zozobra psicológica. La prueba más fehaciente
es que al día de hoy la página oficial del CNE se encuentra caída,
producto de innumerables ataques cibernéticos tanto desde afuera como
dentro del país, lo que imposibilita la publicación de los resultados.
Este «apagón electoral» es el pilar fundamental que permitiría la
imposición de la matriz del triunfo del candidato González.
En Venezuela, la elección presidencial es un acto jurídico, por lo
cual debe cumplir con una serie de requisitos. El primero de ellos es
que solo puede ser organizado por el organismo, cuya atribución
expresa le haya sido otorgada por la Constitución; es decir, el
Consejo Nacional Electoral, el cual es el único organismo autorizado
legalmente para emitir los resultados.
Por otro lado, en Venezuela existe un estado de derecho que establece
los mecanismos legales para rechazar los resultados electorales
emitidos por el CNE. Cualquiera de los candidatos está en el derecho
de no reconocer los resultados y la única vía para ello es acudir al
Tribunal Supremo de Justicia e impugnar los resultados de aquellas
mesas de votación en las que se puedan haber configurado algunas de
las causales previstas en la Ley Orgánica de Procesos Electorales.