Por Pedro Martínez Pírez
Este es el segundo artículo que escribo luego de conocer el fallecimiento del compañero Giraldo Mazola. El primero lo hice luego de conocer por un mensaje de la entrañable Katiusca Blanco la noche del 13 de mayo de 2024 la muerte del amigo. Pero por mi ignorancia sobre el nuevo sistema de mi vieja computadora, nunca salió. Ahora vuelvo a escribir sobre mi amigo Mazola porque uno de mis cuatro hijos, Ernesto, acaba de enviarme el mensaje de Silvio Rodríguez publicado en Segunda Cita, donde el autor de EL MAYOR, canción dedicada al patriota Ignacio Agramonte, da a conocer que compuso esa hermosa canción a pedido de Mazola.
Y es que Mazola está en mi memoria desde los días de Playa Girón, cuando los dos éramos muy jóvenes, el como Director del ICAP, en La Habana, yo como diplomático en Quito.
Y nos unió para siempre el pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, porque quien sería luego el Pintor de Iberoamérica, se personó en la Embajada Cubana, situada entonces en la Avenida 6 de Diciembre, para patentizarme su total y absoluta solidaridad con Cuba, su rechazo a la invasión mercenaria por Playa Girón, y comunicarme su deseo de viajar a Cuba y realizar el sueño de pintar al Comandante Fidel Castro, Líder Histórico de la Revolución Cubana.
En realidad fueron muchos los ecuatorianos que visitaron nuestra Embajada en esos días, entre ellos los intelectuales Benjamín Carrión, Jorge Enrique Adoun, Pedro Jorge Vera y el arquitecto Alfredo Vera Arrata, esposo de Saskia Guayasamín, la hija mayor del pintor Guayasamín.
Acababa de retornar a Cuba el embajador Mariano Rodríguez Solveira, mi profesor de Derecho Civil en la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas y había quedado yo al frente de la Misión Diplomática cubana, donde aún permanecían dos de los tres integrantes de la delegación de Cuba enviada a la toma de posesión del presidente José María Velasco Ibarra, el alcalde de La Hababa, José Llanusa y el Jefe de la Marina de Guerra Revolucionaria de Cuba, Juan M. Castiñeiras. El entonces Ministro de Economía, Regino Boti, había retornado a Cuba, pero permanecían en Quito Llanusa y Castiñeiras, quienes fueron testigos del bautizo de un niño ecuatoriano cuyos padres –de orígenes muy humildes- habían escrito a Fidel pidiéndole que fuera su padrino.
En esto influyó muchísimo la acción de Celia Sánchez Manduley, Ayudante del Comandante en Jefe, quien también hizo posible que Fidel posara para Guayasamín la noche del sábado seis de mayo de 1961, en la sede del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, dirigido por Giraldo Mazola.
Este fue el primero de los cuatro retratos que Guayasamín hizo a Fidel a lo largo de su vida, que estuvo marcada por la entrañable amistad entre ambas personalidades de Nuestra América.
Y a Giraldo Mazola, así como a Katiusca Blanco, Fidel Vascós, Osvaldo Martínez, Leyla Carrillo, el poeta argentino Héctor Celano, y la patriota boricua Rosa Meneses Albizu Campos, los llevé a la emisora Radio Habana Cuba para que hicieran programas, en sus voces, algunos de los cuales todavía perduran.
Recuerdo que el programa que pedí a Mazola hacer en español e inglés en la emisora llevaba por título VIVENCIAS y pedí al colega ya fallecido Alberto D. Pérez que presentara en su voz el programa de Mazola de frecuencia semanal.
Pero yo mantenía con Giraldo una amistad y colaboración permanente. Recuerdo que fui a su casa con Pablito Guayasamín cuando el retornó a La Habana de Nigeria, donde fue nuestro Embajador durante varios años.
Después volvimos a vernos al concluir su misión en Namibia.
Pero siempre mantuvimos los vínculos porque Mazola siempre me pedía los calendarios de bolsillo de Radio Habana Cuba, así como el Plan Temático de la emisora que yo elaboraba cada mes, especialmente las dos secciones sobre los aniversarios cerrados y los Días Internacionales y Mundiales.
En un aniversario del fallecimiento de Fidel llevé a Mazola para que nos hablara del Comandante en Jefe en la sede de la ACNU, la Asociación Cubana de las Naciones Unidas, donde soy desde hace más de dos décadas al Presidente de la Comisión de Prensa.
La última vez que lo visité en el Minrex ya no era el Jefe de la Oficina de Asuntos de Opinión del Pueblo. Deje los calendarios de 2024 ilustrados con el retrato que Guayasamín hizo al guitarrista andaluz Paco de Lucía.
Poco antes lo había visitado en su Oficina en el edificio de la calle H con un compañero del Minint a quien habían dado la tarea de encontrar el primero de los cuatro retratos que Guayasamín hizo a Fidel, y que sigue extraviado, y sólo se sabe de él por fotografías y por la réplica que hizo Agustín Bejarano, también a partir de las fotografías que fueron publicadas por la prensa, que registró el momento en que Guayasamín entregó el primer retrato en la embajada de Ecuador en La Habana, en cuyo acto estuvo presente Fidel, así como el poeta Nicolás Guillén.
En realidad estuve presente en varios momentos de la intensa y fraternal relación entre Guayasamín y Fidel, como la visita del Comandante en agosto de 1988 a Quito, a la toma de posesión del Presidente Rodrigo Borja, cuando Guayasamín y su familia le celebraron el 62 cumpleaños a Fidel. A partir de ese momento Guayasamín se proclamó como el organizador de los actos por los onomásticos del Comandante los días 13 de agosto.
En La Habana estuve cuando Guayasamín pinto a Silvio Rodríguez y a José Ramón Fernández, así como durante el cuarto y último retrato al Comandante, el famoso Fidel con manos. Fue en la Casa de Protocolo número 30, en La Habana, con la presencia de Eusebio Leal y Antonio Núñez Jiménez, así como la periodista catalana Monserrat Ponsa i Tarrés, Miembro de Honor de la Fundación Guayasamín.
Recuerdo que Guayasamín pidió a Fidel su opinión sobre el cuadro y el Comandante le solicitó a Eusebio Leal su criterio. Antes, durante el almuerzo, tuve el honor de ser testigo de cuando Fidel le preguntó a Núñez Jiménez como Cuba podía ayudar a la construcción de la Capilla del Hombre. Fácil, Comandante, dijo Núñez Jiménez con tabacos cubanos para los humidores de la Fundación.
Y el primer humidor fue subastado por Fidel y Guayasamín en el Cabaret Tropicana de la capital cubana.
Estuve también en la inauguración de la Casa Museo Oswaldo Guayasamín de La Habana, el 8 de enero de 1993, acto al que además del pintor ecuatoriano y el Comandante en Jefe, estuvieron muchas personalidades, entre ellas Eusebio Leal, Historiador de la Ciudad.
El 29 de noviembre de 2002 estuve en el acto de inauguración de la Capilla del Hombre, en Quito, donde Fidel recordó su amistad de muchos años con Guayasamín y habló también de los cuatro retratos que le había hecho el pintor, quien había fallecido el 10 de marzo de 1999.
Recuerdo que fue un hermoso discurso el de Fidel, bajo un sol radiante, y con la asistencia del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, y una treintena de artistas de la plástica cubanos, quienes hicieron un mural que conserva Pablito Guayasamín, uno de los hijos del Maestro.
La mención que Silvio Rodríguez hizo de Giraldo Mazola, reconociendo que había compuesto la canción al Mayor Ignacio Agramonte, me devolvió el recuerdo de la entrevista que hice a Silvio el 29 de noviembre de 1986, cuando Guayasamín le regaló un retrato al cantautor cubano el día exacto de su cuarenta cumpleaños. Siento que me han vuelto a parir, me dijo Silvio, y agregó: he sido bendecido por la mano de Los Andes.
Extrañaré a Giraldo Mazola y buscaré la entrevista que le hice sobre el primer Fidel de Guayasamín que él organizó con la complicidad de la inolvidable Celia Sanchez Manduley.