ASESORÍA DE EE.UU. Y DIPLOMACIA EN EL CONFLICTO GAZA-ISRAEL

L

Mg. José A. Amesty Rivera

El asesoramiento en política, es una herramienta bastante común que ha sido utilizada desde la antigüedad, por la mayoría de profesionales de la política o agrupaciones políticas.

Un asesor/a político es un profesional que proporciona orientación, análisis y recomendaciones a líderes, lideresas, políticos/as, candidatos/as, partidos políticos u otras organizaciones en el ámbito político y otros. Su función principal es ayudar a tomar decisiones informadas y estratégicas que les permitan alcanzar sus objetivos políticos u otros.

Básicamente, este es el perfil de un buen asesor político. Lamentablemente, EEUU y específicamente el presidente Joe Biden, juntamente con sus asesores para Oriente Medio, y más específicamente aún, para el conflicto Israel-gaza, está muy lejos de alcanzar los mínimos estándares, rayando en la incompetencia y la confusión.

Según Chris Hedges, en su artículo «los cuatro jinetes del apocalipsis de Gaza«, señala: «El círculo íntimo de estrategas de Joe Biden para Oriente Medio, tienen poca comprensión del mundo musulmán y una profunda animadversión hacia los movimientos de resistencia islámicos. Consideran que Europa, Estados Unidos e Israel están involucrados en un choque de civilizaciones entre el Occidente ilustrado y un Oriente Medio bárbaro. Creen que la violencia puede doblegar a los palestinos y otros árabes a su voluntad. Defienden la abrumadora potencia de fuego de los militares estadounidenses e israelíes como la clave para la estabilidad regional, una ilusión que alimenta las llamas de la guerra regional y perpetúa el genocidio en Gaza».

Agregando, «están dotados del presunto poder conferido al Poder Ejecutivo para eludir al Congreso, proporcionar armas a Israel y llevar a cabo ataques militares en Yemen e Irak. Este círculo interno de verdaderos creyentes descarta los consejos más matizados e informados del Departamento de Estado y las comunidades de inteligencia».

Los mal llamados «estrategas» de Biden-EEUU, son: Antony Blinken, Jake Sullivan y Brett McGurk, pero ¿quiénes son estos personajes?, veamos al primero de ellos.

Por ejemplo, Antony Blinken, ante la acusación de genocidio, por parte de Israel hacia Gaza, presentada por Sudáfrica en la Corte Internacional de Justicia (CIJ), ha calificado las acusaciones sudafricanas de infundadas y su campaña ha sido intensa al respecto.

 A su vez, el cinismo y la hipocresía en las palabras de Blinken es manifiesta, por ejemplo, cuando, insiste en que está tratando de detener lo que, según su propia admisión, es el bombardeo indiscriminado de palestinos por parte de Israel, mientras pasa por alto al Congreso, para acelerar el suministro de armas a Israel, incluidas las bombas no dirigidas. Insiste en que quiere poner fin a los combates en Gaza, mientras veta las resoluciones de alto el fuego en la ONU. Insiste en que defiende el Estado de derecho, mientras subvierte el mecanismo legal que puede detener el genocidio.

También, las visitas de Blinken a Jerusalén y a Ramalà, que se han dado, son complicadas para él, ya que se dan en medio de una escalada e intensificación de la violencia de Israel contra Palestina.

Sigamos viendo el proceder de Blinken. En las reiteradas visitas a Israel Blinken, ha «pedido» que el régimen sionista proteja a los civiles, pero a la vez, se ha negado a establecer condiciones que alterarían los 3.800 millones de dólares, que Israel recibe en asistencia militar anual o el paquete de ayuda suplementaria de 14.300 millones de dólares de EEUU y sus aliados.

En cuanto a la estrategia de Israel contra Gaza, Blinken ha estado de acuerdo de repetir con Israel la frase comunicativa «Hamás es ISIS» y «Hamás es peor que ISIS», ante lo falso en tal afirmación.

En general, Blinken, ha desempeñado un papel fundamental en la coordinación con Israel, participando abiertamente en las reuniones de su gabinete y encabezando las negociaciones diplomáticas en nombre de Tel Aviv.

En fin, Blinken, ha tomado partido en la crisis Israel-Gaza, cuando aterrizó en Israel tras los ataques de Hamás, y otros grupos de resistencia el 7 de octubre, anunciando en una conferencia de prensa, con el Primer Ministro Benjamín Netanyahu: «Me presento ante ustedes no únicamente como Secretario de Estado de los Estados Unidos, sino también como judío», e intentó, en nombre de Israel, presionar a los líderes árabes, para que aceptaran a los 2,3 millones de refugiados palestinos, que Israel pretende limpiar étnicamente de Gaza, una solicitud que provocó indignación entre los líderes árabes.

En el caso de, Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional de Biden, y Brett McGurk, son oportunistas consumados, burócratas falaces que atienden a los centros de poder reinantes, incluido el lobby de Israel, y que se podrían informar de muchas de sus tretas.

Finalmente, podemos afirmar que, hasta este momento que, lo que inició como una cuestión de política exterior (Israel derrotando a Hamás), se ha convertido en una importante crisis interna, tanto en EEUU como en Israel. El descontento dentro de Estados Unidos por la conducción de la guerra por parte de Israel, está alimentando el crecimiento de importantes movimientos de protesta. ¿Quién puede creer realmente que un nuevo viaje de Blinken a la región solucionará algo a estas alturas? Nadie. Es muy difícil anticipar cómo estarán las cosas en la región dentro de un par de meses. Hemos entrado de lleno en un período de colapso, de violencia. Y las fuerzas en conflicto están desmantelando el antiguo statu quo de ambas naciones.