Por Gustavo Espinoza M.
No. No tiene punto de comparación ni similitud alguna con aquella mujer que dirigiera la política británica durante una década, en el siglo pasado; y que pasara a la historia como “La Dama de Hierro”. La nuestra -la versión peruana- va de caída en caída, de error en error. Por eso se le puede llamar con toda propiedad “La Dama de Yerro”
Esa tendencia es clásica en los aventureros que de pronto caen en el barril de la política sin darse cuenta de lo que les ocurre. En el afán de buscar notoriedad –en algunos casos- o simplemente por sobrevivir, en otros; van a lo que los franceses llaman “D’ erreur en erreur” y que los ingleses, socarronamente definen como “from mistake to mistake”; y que nosotros, criollamente admitimos simplemente como “de error en error”.
Se equivocó cuando subestimó la importancia del 19 de julio asegurando que “no pasaría nada”. No le paso, en efecto, nada a ella; pero sí al país, que se vio remecido por una sísmica conmoción social que confirmó el rechazo popular al régimen subsistente.
Se equivocó también cuando pensó que con un discurso de 97 minutos haría dormir apaciblemente al populorum el 28 de julio; y le llovieron rechazos de todo lado. Cuando pensó en recibir “un baño de multitudes” en la Av. Brasil –el 29- y solo recibió denuestos e imprecaciones; cuando fue al hipódromo de Monterico pensando que allí la burguesía la recibiría con palmas, y solo encontró pifias y silbidos. Y ya se había equivocado cuando acudió a la Catedral de Lima en busca de una homilía conciliadora y encontró denuncias y emplazamientos.
Nada pudo borrar ninguno de estos desaciertos. Ni siquiera los venezolanos contratados para desfilar como Ashaninkas en la Parada Militar de Fiestas Patrias. Todo le salió mal a la Señora de Yerro.
Las demás cosas, resultaron del mismo signo. El Congreso, no hizo una concertación, sino una componenda. Y armó una mesa directiva que hoy se cae sola por sus delirantes errores y denunciados delitos. Pero los congresistas tuvieron tiempo para aprobar una ley contraria a la Constitución, y que permitió el viaje a Brasil de la presunta Mandataria y su “Gobierno a distancia”. Hoy debaten otra, que plantea la vacancia presidencial, pero la continuidad del Legislativo.
En Belem Du Pará, las cosas le fueron peor. Cuando arribó al aeropuerto de la ciudad, no fue recibida como Mandataria. La esperó apenas el Coronel a cargo de la administración del edificio, que la condujo a una sala en la que la esperaba el embajador peruano y la canciller Her Nazi. Después vendría un encuentro protocolar con el Presidente Lula quien, por cortesía, le extendió la mano. Fue la única mano tendida que encontró en la cita Amazónica. Ninguna foto pudo registrar el más leve encuentro con mandatario alguno asistente al evento. Y en la vista final, tuvo que aplaudir a los presidentes legítimos que saludaban con el puño enhiesto. .
Luego, ya de retorno, se encontró con lo mismo. En Camaná, debió huir protegida por efectivos policiales, de la ira de la población. No se atrevió, por eso a visitar Arequipa, Huánuco o Piura el 15 de agosto. Como tiene harta plata, ahora ofrece a los gobiernos regionales todo. Piensa comprar adhesiones.
Las encuestas registraron los hechos. Cayó del 19% de aceptación ciudadana, al 17% y luego al 15%. Después al 12% y hoy está en el 11%. Pero sueña con que es popular y querida, porque es mujer y provinciana.
La ultra derecha la usó en su momento. Le sirvió para disfrazar el Golpe de Estado que derribara el 7 de diciembre al Presidente Castillo. Se valió de ella, en efecto, para acuñar la tesis de la “Sucesión Constitucional”. Pero ese mito, ya concluyó. Ahora, esa derecha se encuentra ante un gobierno débil, errático, improvisado, inconsistente, e inepto. Y es consciente que paga por sus deficiencias y errores. No le interesa mantenerlo. Lo usó como se usa el papel higiénico, y luego prescindirá de él, apenas pueda.
Es claro que no le importa mucho la subsistencia de la precaria inquilina de Palacio. Por eso desde las páginas de “Expreso” y “La Razón”, y también “Perú 21”, inició ya una campaña de demolición en su contra. Buscará echarla del gobierno porque, finalmente, la desprecia. .
Por ahora, la Dama de Yerro cuenta con el apoyo de la cúpula militar, el empresariado y la embajada USA. La primera, se descalifica porque, acosada por la realidad, debió admitir el uso de armas letales y la aplicación de directivas de guerra para enfrentar a las poblaciones en meses pasados. Y calló ante evidencias, como la muerte de Manuel Quilla Ticona, el juliaqueño de 36 años, víctima de torturas y asesinado salvajemente. Ni el ominoso silencio de la fiscalía, habrá de salvarla cuando llegue la hora de saldar cuentas.
En cuanto al empresariado, las cosas marchan a tres dobles y un repique, por que la economía cae a recesión, la crisis se agrava, “la recuperación” no se produce y los desbordes naturales agobian al país. Hay ya empresarios que finalmente entienden que por el camino de esta Dama, solo se marcha al infierno.
En tanto, la embajada USA mira todo con desconfianza y temor. No se le vaya a escapar la situación de las manos, como pareció ocurrir antes.
La cosa se torna, entonces particularmente desfavorable para la cúpula gobernante personificada en presidentes o ministros; pero también para los que detentan puestos “legislativos”. Unos y otros, habrán de pagar, como finalmente comenzaron a pagar los autores de la matanza de Cayara, en mayo del 87. Solo que, en el caso, no será preciso esperar tanto. (FIN)