CENTRO DE ESTUDIOS DEMOCRACIA, INDEPENDENCIA Y SOBERANIA
CEDIS
HOMENAJE AL 1 DE MAYO
Mensaje a los Trabajadores peruanos
Con motivo del 1° de Mayo, saludamos a los trabajadores peruanos, y hacemos extensivo este mensaje a los trabajadores del mundo, evocando la gloria de los Mártires de Chicago y el llamamiento de quienes, en nuestra patria, nos legaron valor, coraje y dignidad para hacer frente a los retos de la sociedad capitalista.
CON MARIATEGUI, SIEMPRE
Para nosotros, el Mensaje de José Carlos Mariátegui no ha perdido, ni perderá, vigencia. Con él, decimos que, en homenaje a esta fecha, los trabajadores “deben sentirse unidos por la solidaridad de clase, vinculados por la lucha contra el adversario común, ligados por la misma voluntad revolucionaria y la misma pasión renovadora”.
José Carlos Mariátegui, como se recuerda, no se limitó a trasmitirnos ideas esenciales para la lucha. También aportó a nuestra causa construyendo movimiento obrero desde la base misma de la sociedad hasta los escalones más altos de la misma. Fundó por eso la Confederación General de Trabajadores del Perú que, reconstituida en 1968, libró batallas históricas en defensa de los intereses del país y de los trabajadores.
Mariátegui nos educó en la preservación de los principios del sindicalismo de clase y nos enseñó que la unidad es la primera gran tarea del proletariado; que la defensa consecuente de los intereses de los trabajadores, es un reto inabdicable; que la democracia sindical, no es una frase hueca; que la independencia política de clase no debe ser traicionada; y que la solidaridad activa con las luchas de todos, constituye la tarea del momento. Unidad, organización, conciencia de clase y apoyo a las acciones de nuestro pueblos, fueron, a partir del Mensaje del Amauta, nuestras tareas cotidianas.
Siguiendo esa línea, la CGTP libró una dura resistencia a las dictaduras oprobiosas del pasado, desde los años 30 hasta el régimen de Odria, combatió en defensa de las libertades democráticas enfrentado gobierno pro yanquis del pasado, impulsó de manera consecuente el proceso anti imperialista impulsado en el país en los años 70, y legó a las nuevas generaciones la tarea de enfrentar los nuevos desafíos.
EL CAPITALISMO NOS IMPONE SEVEROS RETOS
En nuestro tiempo, el capitalismo, en su fase de descomposición, nos impone severos retos. La sociedad peruana, construida a la luz de ese “modelo”, sufre los efectos de una crisis que agobia a millones y que hoy -por efecto del Neo Liberalismo- nos muestra los dientes de una explotación descarada.
En el Perú, el Neo liberalismo fue impuesto por la voluntad de los organismos financieros internacionales –el Fondo Monetario y el Banco Mundial- a partir de la decisión del Imperio; y haciendo uso del Poder de la dictadura fujimorista en la última década del siglo pasado. Los gobiernos posteriores administraron sucesivamente la crisis, y ninguno se atrevió siquiera a cuestionar el cordón umbilical que nos ata al capital financiero y a sus instrumentos de dominación. Al contrario, se valieron de ellos para descargar siempre lo peor sobre los hombros de los trabajadores y hasta usaron a supuestos “dirigentes sindicales” a los que otorgaron puestos en el Ministerio de Trabajo para esterilizar las luchas sindicales en el país.
En el presente siglo, el país debió enfrentar un reto adicional: la corrupción desenfrenada, que envileció la sociedad en todos sus niveles. Es verdad que la corrupción es un fenómeno inherente a la sociedad capitalista, pero nunca se hizo más evidente y diversificada que en estos últimos treinta años cuando desde la cúspide del Poder, el Fujimorismo –con el apoyo del APRA- construyó un esquema perverso y siniestro que aún tiene resortes en distintas esferas del Poder.
LA CRISIS DE HOY PLANTEA URGENTES TAREAS
Nuestro deber ahora es enfrentar esa realidad, agravada por la pandemia desatada en el mundo desde inicios de este año y que dejado ya una estela dolorosa de enfermedad y muerte.
La COVID – 19 no es un fenómeno local. Se trata de una real guerra bactereológica descargada por las grandes corporaciones y los monopolios con el propósito de disminuir la población, exterminando a los segmentos más precarios y pauperizados de la misma.
En Estados Unidos, y en otras sociedades “altamente desarrolladas” la pandemia del Coronavirus ha afectado sobre todo a los latinos, afro descendientes, indocumentados, y migrantes, es decir, a los sectores más deprimidos de la sociedad. Eso mismo está ocurriendo en el Brasil de Bolsonaro y en todos los países en los que la clase dominante no busca enfrentar el mal, sino usarlo en su provecho.
Los trabajadores no debemos perder el rumbo en este tempestuoso mar en el que las contradicciones de clase parecen adquirir un nuevo sesgo. El enemigo fundamental de nuestro pueblo sigue siendo el Imperialismo y su aliado constante, la oligarquía criolla. Ellos se valen siempre de sus instrumentos financieros internacionales, pero se expresan, en el plano local, en la conducta de la CONFIEP y el Gran Empresariado que conserva en sus manos buena parte de los resortes del Poder,
Hoy, por ejemplo, ellos quieren librarse de los efectos de la crisis a costa del país y de los trabajadores. Bajo el pretexto de “salvar la economía”, exigen al Estado -y obtienen- numerosas concesiones: el Programa “Reactiva Perú”, el Pago del 35% de la planilla, la exoneración de pagos tributarios y hasta “la suspensión perfecta” de las relaciones de trabajo le han sido concedidas. Y en cada sector, tratan de salvaguardar sus intereses; las clínicas privadas cobran onerosas sumas por sus “servicios” en tanto que los planteles privados y las universidades del mismo signo, se valen de todos los recursos para que el Estado financie sus déficits
Ellos son los culpables de que el país no esté preparando para hacer frente a la Pandemia que nos afecta. Destruyeron el Sistema Nacional de Salud, virtualmente quebraron la Seguridad Social incumpliendo con el pago de las cuotas de ley, convirtieron la salud en una fuente de riqueza privada; y lo mismo hicieron con la educación y otros servicios.
LA MAFIA PROVOCA CONSTANTEMENTE
En este marco, la Mafia apro-fujimorista, no descansa. Ella no aparece abiertamente porque es consciente que solo generaría repudio nacional. Asoma entonces de manera escondida alentado el caos, el sabotaje a los proyectos y a las iniciativas sociales en marcha y el desgobierno en todos los niveles de la administración pública. Incluso usa las redes sociales para desanimar al pueblo, hacer que pierda confianza en sus propias fuerzas y oriente su desánimo contra el actual gobierno.
Es verdad que el gobierno de Vizcarra tiene errores, ha escogido muchas veces caminos equívocos, y no ha sabido impulsar iniciativas populares demandadas por la ciudadanía. Pero nadie puede negar que ha recibido una herencia demoniaca. La quiebra del sistema de salud, la inoperatividad del Estado, su incapacidad para atender demandas sociales, no es casual. Fue legada por los gobiernos anteriores que deliberadamente destruyeron la capacidad de acción del Estado Peruano en provecho de la empresa privada
Quienes así actuaron en el pasado, hoy buscan acrecentar las dificultades con claros finesa golpistas. Sus voceros más caracterizados tanto en los medios de comunicación como en el escenario político, promueven un vendaval de críticas con la esperanza que, finalmente, el pueblo siga el derrotero que ellos han trazado y se restaure el Poder de la Mafia, cuestionado por la fuerza combativa de nuestro pueblo.
LAS BANDERAS DE CLASE DE LA CGTP
Las banderas de clase de la CGTP no pueden enredarse en las turbias maniobras de nuestros enemigos. Nuestra lucha debe orientarse a ayudar al país a enfrentar y vencer esta Pandemia. Eso pasa por reivindicar el papel dirigente de la Clase Obrera, mostrando que son los trabajadores la fuerza realmente empeñada en salir adelante.
Hay que darle la mano a todos los segmentos afectados por la crisis, ayudar en las tareas indispensables que permitan aliviar el sufrimiento de nuestro pueblo, cumplir con disciplina los requerimientos planteados para vencer el mal y salir adelante.
La historia ha demostrado que siempre el proletariado ha sido el sector más sacrificado y desprotegido de la sociedad peruana. Hay que acabar con esa realidad, pero para lograrlo, hay que cambiar el país alentando profundas transformaciones sociales que solo podrán cuajar en un verdadero proceso revolucionario.
Nuestra lucha debe orientarse a eso, a acabar con el Neo Liberalismo, sus programas económicos y sus “iniciativas sociales”, marchar en el país por un rumbo nuevo, con una nueva Carta Constitucional, otra Política Económica y nuevos derroteros sociales.
Será esa una tarea de futuro, pero a ella debemos apuntar desde ahora alentado nuestra unidad, la organización de todo el pueblo, la politización de las masas y la solidaridad con las luchas sociales en todo el país.
VIVA EL 1 DE MAYO
VIVA EL INTERNACIONALISMO PROLETARIO
VIVA LASOLIDARIDAD DE LOS PUEBLOS
Lima, 30 de abril del 2020
Centro de Estudios “Democracia, Independencia y Soberanía” (CEDIS)