PORTUGAL. ABRIL 74. RECUERDO IMBORRABLE
Por NINA CLAUDINA
Aquí se acostumbra decir. «Recordar es vivir». El fascismo me ha acompañado desde que nací, hasta los 21 años.
Portugal era un país económicamente muy atrasado y cerrado al mundo y el mundo también estaba de espaldas a Portugal porque el régimen de Salazar mantuvo una terrible guerra colonial de la cual nuestros jóvenes regresaron por miles, muertos o mutilados; una situación igual para los pueblos africanos colonizados.
Era niña y seguí la partida de mi cuñado para la guerra (iban de barco para las colonias) y nunca olvidé a las madres, a las novias, a las mujeres que lloraban y se despedían con un pañuelo blanco.
La gente vivía en la miseria, la pobreza y el miedo.
Cuando era niña tenía una vecina que solo la veía en la panadería cada 2 años. Mi madre dijo que siempre estaba presa por la policía política.
El régimen de Salazar se caracterizó por ser fascista, corporativista, colonialista, por la censura y la persecución de los comunistas o de quienes se oponen a él con prisión política, tortura y campos de concentración donde una gran parte no regresó.
En las casas la gente hablaba en voz baja, alguien podía escuchar. Fueron 48 años de miedo, negros y sangrientos
Mi primer contacto con gente de la oposición, fue cuando tenía 18 años y fui a estudiar idiomas en Lisboa y donde también trabajé a tiempo parcial en turismo universitario. Allí conocí a personas que luchaban contra el régimen.
Tenía un amigo mayor que yo, que estaba casado en prisión y fue a través de ellos que realmente me desperté con la situación.
A fines de ese año 1972, la policía política cerró la universidad y yo me quedé en Lisboa, solo estudiando.
Cuando sucedió el 25 de abril, ya estaba en la casa de mi madre en Setúbal y ya estaba trabajando.
Hubo un primero intento de golpe militar en marzo de 1974 que fracasó y se esperaba algo, pero nunca se pensó que fuera tan rápido.
Esa mañana en la radio comencé a escuchar: AQUÍ UN MANDO PARA EL MOVIMIENTO DE LAS FUERZAS ARMADAS … LLAMAMOS A LA CALMA …
De aquí en adelante, nada fue igual, puedo decirte que tenía 21 años y que tenía muchos sueños que vivir, ¡y los viví!
El sentimiento de libertad del pueblo portugués era indescriptible.
Había miles de personas en las calles dándose claveles. Luego hubo días de grandes momentos revolucionarios que en los días siguientes culminaron con la liberación de prisioneros políticos y el regreso de aquellos que habían escapado de la prisión y torturados o estaban en el exilio.
Esos días que nunca olvidaré. Esos días culminaron con el 1 y 1 de MAYO en Portugal en el estadio más grande de Lisboa, de donde la emoción indescriptible, la alegría, las banderas, los himnos, nuestros camaradas liberados y nuestro querido Álvaro Cunhal.
Hoy me siento bendecida a la vida por haber vivido estos momentos extraordinarios. ¡Son momentos que los que los vivieron nunca olvidarán!