CUBA. RECUERDOS DE CARDENAL JAIME ORTEGA

MIS RECUERDOS DEL CARDENAL JAIME ORTEGA

Por Pedro Martínez Pírez

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MONCADA

La triste noticia del fallecimiento en La Habana del Cardenal Jaime Ortega Alamino, me sorprendió en Ecuador el día en que celebrábamos en nuestra Embajada en Quito el aniversario 66 de los asaltos a los cuarteles Moncada, de Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo.

Una extraordinaria coincidencia histórica porque el fallecimiento se produjo, como los asaltos revolucionarios, en horas de la madrugada del 26 de Julio.

Leí con tristeza la nota publicada ese día por el periódico Granma:

«Ha fallecido su Eminencia Reverendísima Jaime Lucas Cardenal Jaime Ortega Alamino, Arzobispo Emérito de San Cristóbal de La Habana.

En horas del amanecer de este viernes 26 de julio expiró el Cardenal Ortega Alamino, a la edad de 82 años. Su vocación sacerdotal, su formación académica y sensibilidad humana le permitió acceder a la más alta dignidad eclesiástica.

Su incansable trabajo pastoral y su amor a Cuba le llevaron a fortalecer decisivamente las relaciones entre la Iglesia Católica Romana y el Estado.

Su funeral tendrá lugar en la Catedral de esta ciudad de La Habana, que fue su sede.

El diario Granma de ese día publicó asimismo la Nota del Arzobispado de La Habana:

JAIME LUCAS ORTEGA ALAMINO
Cardenal de la Iglesia
(18 de octubre de 1936 –  26 de julio de 2019)

Nota Necrológica

El Cardenal Jaime ha fallecido y al comenzar a sentir su ausencia física reviven, junto al afecto agradecido, los recuerdos de su calidad personal y su infatigable celo pastoral.

“Este tesoro lo llevamos en vasos de barro” II Cor 4,7
“Te basta mi gracia” II Cor 12,9

Han sido los lemas de ordenación sacerdotal y episcopal, respectivamente, escogidos por Jaime como inspiración de su sacerdocio, que comenzó en la Catedral de Matanzas el 2 de agosto de 1964 y se le concedió en plenitud en esa misma Catedral el 14 de enero de 1979.

Ambos lemas, además de sus innumerables acciones y obras pastorales, nos permiten acercarnos a la semblanza espiritual del pastor cuya ausencia hoy padecemos.

No es oportuno, ni posible dada la naturaleza de esta nota, abarcar la obra fecunda de sus años sacerdotales en la Diócesis de Matanzas y como Obispo en la Diócesis de Pinar del Río y en la Arquidiócesis de La Habana.

Al pensar hoy con cariño y gratitud en el Cardenal Jaime nos anima saber que él permanecerá entre nosotros acompañándonos con el recuerdo de su amable sonrisa, su inteligencia clarividente y el testimonio de un sacerdocio entregado y en ocasiones sufrido.

A quienes fuimos sus amigos y a los fieles en las tres Diócesis en las que ejerció su ministerio nos consuela la promesa del Señor, que se hace particularmente real y cumplida en el Cardenal Jaime:

“La vida de los justos está en las manos del Señor” (Sab 3,1)
“Descansarán de sus fatigas porque sus obras lo acompañarán” Apoc 14,13

Jaime Lucas Ortega Alamino
Cardenal de la Iglesia
Descanse en paz
             

Monseñor Juan de la Caridad García Rodríguez
Arzobispo de La Habana

Recordé en Quito cuando me pidieron presentar en la televisión cubana a Jaime Ortega en la víspera de la visita pastoral a Cuba del Papa Juan Pablo II, realizada del 21 al 25 de enero de 1998, algo que me permitió después narrar para la televisión y Radio Habana Cuba, las cuatro misas celebradas por el Papa polaco en las ciudades de Santa Clara, Camagüey, Santiago de Cuba y La Habana.

Por ese trabajo periodístico recibí en la Nunciatura Apostólica la Moneda Conmemorativa de la visita del Papa y tuve también el inolvidable honor de compartir con el colega Julio García Luis la comparecencia por la televisión cubana del Presidente Fidel Castro para hacer un balance de la histórica visita de Juan Pablo II a Cuba.

Prohibido olvidar al Cardenal Jaime Ortega Alamino, quien fue, y es,  un gran cubano.

La Habana, septiembre de 2019