Por Gustavo Espinoza M.
La semana que termina estuvo marcada por los homenajes que distintas instituciones y organizaciones, rindieron a José Carlos Mariátegui, al cumplirse 130 años de su nacimiento, ocurrido el 14 de junio de 1894 en la ciudad de Moquegua.
Y es que recordar a las más ilustres figuras del pasado, es una necesidad para todos; sobre todo cuando es casi común reconocer que el Amauta fue el más destacado pensador peruano del siglo XX. A esto hay que añadir que no sólo fue “un pensador”.
También fue una descollante figura del proceso peruano: escritor, ensayista, investigador social, político activista revolucionario y periodista. Es decir, un hombre múltiple que tuvo elevados ideales, y que comprometió su vida y su obra mimetizándolas con los intereses nacionales
La Casa Museo, y los Amigos de Mariátegui, jugaron una vez más el papel principal en la organización y desarrollo de diversos eventos, en los que especialistas, estudiosos, intelectuales, artistas y personalidades del Perú de hoy, expusieron elementos claros destinados a resaltar la vigencia plena del pensamiento y la acción del autor de “Defensa del Marxismo”.
Como en otras circunstancias, se sumaron a los homenajes, y organizaron los suyos; los Partidos de Izquierda, las entidades de cultura, las instituciones sociales y las Universidades. Incluso algunos Municipios, se sintieron en el deber de hacerse sentir en la tarea diseñada por el propio Mariátegui: sembrar y difundir ideas y sentimiento de clase.
Y eso, que es importante siempre, resulta hoy más urgente que nunca. El país atraviesa por una durísima etapa de crisis, quizá la peor en los últimos cien años, y que se caracteriza por la pérdida de valores vitales. La Mafia en el Poder, ha envilecido la vida nacional llevando la corrupción a extremos nunca registrados. Las instituciones del Estado, y los Poderes Públicos, lucen convertidos en fuentes de corrupción inagotables, administrados por elementos desclasados y pervertidos.
No de otro modo se puede considerar al accionar de un irrito “Poder Ejecutivo” que ha caído en el virtual desprecio ciudadano, y cuya tarea se limita a refrendar los desaguisados que dispone una banda de salteadores instalada en el Congreso de la República; cuando no de aportar a ellos su propia y maloliente cosecha.
Bajo el pretexto de “representar al Perú”, Dina Boluarte obtuvo la aprobación del “Congreso” para viajar a la República Popular China. Ella lo hará con miedo por cierto, porque se ha enterado que en ese país fusilan a los corruptos sin importar su nacionalidad.
Y cuando retorne -si retorna- lo que hará, será apenas contarnos cuentos chinos, sin reconocer los inmensos logros de ese país hermano en el que los comunistas en el Poder desde hace 75 años construyen una sociedad más justa, y han convertido a la China feudal del 49, en la primer potencia mundial en diversos órdenes.
¿Podrá apreciar eso la precaria inquilina de Palacio?, Seguramente no, cegada como está por el anti comunismo más ramplón y huachafo que encarnan sus protectores y socios, que la mantienen en el Poder contra la voluntad ciudadana.
Esa “mayoría Parlamentaria”, que en su fuero interno la desprecia; y esa “prensa basura” que se burla de sus actos fallidos y de sus sandeces; bate palmas por ella simplemente porque la necesita y le da pretexto para denigrar a Pedro Castillo y al proyecto que ellos derribaran el 7 de diciembre del 2022 para luego hablar cínicamente de un “Golpe de Estado” del Mandatario depuesto.
Para enfrentar a todos ellos, es indispensable recuperar la firmeza, la orientación de clase, la organización ciudadana y la capacidad de confrontación que nos hicieran enfrentar y derrotar a oprobiosas dictaduras del pasado; y que nuestro pueblo recogiera del legado del Amauta. Junio, recordemos, es un mes aleccionador.
En 1950, la insurrección popular de Arequipa; en 1969, la Reforma Agraria con Velasco Alvarado; en 1986 la matanza de los Penales bajo la gestión de Alan García; y en el 2021 la tercera derrota de Keiko Fujimori y la victoria de Pedro Castillo.
José Carlos Mariátegui, como se recuerda, desde enero de 1918 se orientó resueltamente hacia el socialismo. En 1919 saludó la lucha obrera por la Jornada de 8 Horas, y vio clausurado su diario “La Razón”; debió salir del país en octubre de ese año, forzado por la dictadura de Leguia; participó en 1921 en el Congreso constitutivo del Partido Comunista Italiano; formó con Palmiro Maquiavelo, Carlos Roe y César Falcón la primera célula comunista peruana en Italia; y luego volvió aquí 1923 para cumplir tareas esenciales.
De ese modo, el Amauta, disertó en las Universidades Populares González Prada, dirigió la revista “Claridad”, escribió libros de primer nivel como “La Escena Contemporánea” y los “7 Ensayos…” dejando preparados otros como “La historia de la crisis mundial” y “Defensa del Marxismo”; publicó la revista “Amauta”; fundó el Partido Socialista con una ideología Marxista-Leninista; creó la prensa obrera, “Labor”; y dio luz a la Confederación General de Trabajadores del Perú, la CGTP.
Pero Mariátegui no hizo sólo obra política: fue un hombre de cultura. Un creador pleno y un humanista cabal. Por eso comprendió la esencia del Perú, sus raíces y su desarrollo, de tal modo que pudo diseñar los lineamientos futuros de la patria.
Por todo eso, por su ideal y su mensaje, por su vida y su obra, el Amauta es hoy más urgente que nunca (fin).