Por Gustavo Espinoza M.
El 11 de mayo de 1964, es decir hace 60 años, se inició en todo el país la segunda Huelga Nacional Universitaria decretada por la Federación de Estudiantes del Perú. Quienes tuvimos la tarea de conducir ese movimiento, en su mayoría teníamos la experiencia de la anterior, la registrada entre el 3 y el 30 de mayo de1960.,
Ella, en verdad. fue la primera huelga nacional universitaria. Antes habían ocurrido otras en San Marcos, o en Cusco en el año 30 o el 45, que habían demostrado la vigorosa combatividad de los estudiantes; pero no se había registrado una de la magnitud y trascendencia de la que sucediera contra el gobierno de Prado –“La Convivencia”- y cuya motivación fuera la ley 13417, o Ley Universitaria promulgada el 9 de abril de ese año.
Esa disposición, no era mala. Recogía los postulados básicos de la Reforma Universitaria, la del Cusco de 1909 y la de Córdoba, diez años después. El derecho de tacha, la Cátedra Paralela, la Asistencia Libre, la Autonomía Universitaria, la participación de los estudiantes en el gobierno de las universidades; formaba parte de una extensa disposición debatida en los claustros y el Congreso.
La ley, sin embargo, registraba dos objeciones de fondo; el articulo 34 vetaba el co-gobierno en las Facultades de Medicina “por la naturaleza de sus estudios”; lo que constituía una disposición con nombre propio: Alberto Hurtado, Decano San Fernando, la Facultad de Medicina de San Marcos y enemigo jurado de los estudiantes, a los que no quería ver en la gestión de su centro de estudios.
La otra disposición objetable era el artículo 87, que constaba de dos partes. La primera, elevaba a la antigua Escuela Nacional de Agricultura a la categoría de Universidad Nacional Agraria; y la segunda, le quitaba la categoría universitaria y la autonomía a la Escuela Normal Superior -La Cantuta- y la colocaba bajo la tutela del Ministerio de Educación.
El 11 de abril del 60 comenzó el conflicto cuando el Claustro Pleno de La Cantuta decidió luchar contra esta disposición denunciándola como un despojo inaceptable. Después vendría el cerco de hambre contra La Cantuta, la intervención judicial y policial, la marcha de sacrificio desde Chosica hasta Lina y finalmente un largo conflicto que duró hasta el 6 de julio cuando concluyó en un virtual “empate” .-el D.S. 256- que disponía reconocer la ley, pero no aplicarla. Walter Peñaloza -el Director de La Cantuta- brilló en este conflicto.
Algo parecido ocurrió en San Fernando donde finalmente Alberto Hurtado renunció al Decanato y se fue con toda su cohorte a fundar la Universidad Cayetano Heredia, dejando la Facultad Sanmarquina en posibilidad de homologarse con todas las demás. .
Esa huelga fue dura, combativa, resuelta y vigorosa. Y contó con inmenso apoyo de la ciudadanía y el Magisterio, que se identificó con la causa. Punto central del conflicto fue el mitin del 25 de mayo en la Plaza San Martin, movilización a la que asistió quien ejercía la Presidencia de la República, Luis Gallo Porras, portando las renuncias de los dos ministros cuestionados: Carrillo Smith, de Gobierno y Policía (hoy Interior) y Rubio Rolando, de Educación. Eso permitió una “salida” a la crisis, y deponer la lucha estudiantil.
Los años posteriores a la huelga fueron de permanente conflicto porque el gobierno hostilizaba a las universidades y en particular a los estudiantes. Así ocurrió en La Cantuta, donde finalmente hubo intervención policial, expulsiones y hasta “Comisión Interventora.
Y fue en 1964 cuando se escribió la segunda parte del conflicto. La FEP elegida en octubre del 63 en el Congreso de Huamanga resolvió iniciar la huelga el 11 de mayo del 64 y logró levantarla el 21 del mismo mes.
Los puntos de la plataforma fueron 4: Categoría universitaria para La Cantuta, vigencia plena del Pasaje Universitario, reorganización de la Universidad del Centro y atención a las víctimas de la explosión de granadas en el Cerro Santa Rosa.
La huelga fue total. Participaron en ella estudiantes de La Católica, Ingeniería, Agraria, San Marcos, Cantuta, Bellas Artes Y en el interior del país, todas: Arequipa, Cusco, Ica, Puno, Huamanga, Huancayo, Trujillo y Cajamarca.. Nadie quebró ni rompió la huelga,
Todas las demandas encontraron un camino de solución. La Cámara de Diputados devolvió la categoría universitaria y la autonomía a La Cantuta, que luego se convirtió en Universidad Nacional de Educación. Los transportistas aceptaron la vigencia plena y sin restricciones del Pasaje Universitario. El Consejo Inter Universitario declaró en reorganización a la Universidad de Huancayo, lo que se efectivizó de inmediato. Y las víctimas de los sucesos del Cerro Santa Rosa fueron atendidos.
En mi condición de Presidente de la FEP, anuncié formalmente el levantamiento de la huelga el 21 de mayo de 1964 en un imponente mitin estudiantil celebrado en la Plaza San Martín. Fue esa la segunda -y última (hasta hoy)- Huelga Nacional Universitaria registrada en el país.
Conocer esas experiencias y reeditarlas en nuevas condiciones, no solo es un deber. Es también un reto para los estudiantes de hoy, Las banderas están listas,
Fue en una circunstancia como esa que la juventud, parodiando a Mariátegui, resultó ser adulta y creadora. (fin)