LOS TITANES TECNOLÓGICOS DEL GENOCIDIO PALESTINO

Por Silvia Ribeiro*

Un artículo de investigación periodística de dos medios independientes 

en Israel (+972 Magazine y Local Call) reveló que ese país está usando 

una máquina de guerra dirigida por sistemas de inteligencia artificial 

(IA) para acelerar y ampliar el genocidio contra el pueblo palestino 

en Gaza. Se trata de los programas Gospel y Lavender, diseñados para 

la guerra, que junto a otros, recopilan información para alimentar los 

algoritmos para espionaje, vigilancia y represión. En todo ello, el 

papel de las megasempresas tecnológicas, como Google, Amazon y 

Microsoft, ha sido clave (Desinformémonos, https://tinyurl.com/2y7rp6ry).

El uso de programas de IA en la guerra es muy grave, entre otras cosas 

porque son programas basados en algoritmos parcializados, en este caso 

por el ejército israelí, que son discriminatorios y a menudo 

arbitrarios. Sobre esas bases, Lavender y Gospel han identificado 

decenas de miles de objetivos a destruir, tanto personas como 

edificios, locales y viviendas. Pese a que el ejército de Israel 

asegura que su uso no es automático, el reportaje de +972 muestra lo 

contrario: que la intervención humana para analizar si el programa 

comete errores antes de ordenar el bombardeo, ha sido mínima.

Varios artículos de Alfredo Jalife-Rahme en La Jornada han referido el 

uso de estos programas y su relación con grandes gestoras de activos, 

como BlackRock y varias empresas de Silicon Valley 

(https://tinyurl.com/yhmn7zn5).

La enorme cantidad de información que es necesario recopilar y 

almacenar, para cruzarla entre sí y analizarla con programas de 

inteligencia artificial solo es posible almacenarla en las nubes 

informáticas gigantes de los titanes tecnológicos. A nivel global, el 

mayor en este rubro es Amazon Web Services, (AWS) seguido de Microsoft 

Azure y Google Cloud Platform. Entre esas tres empresas controlan 66 

por ciento del mercado global de nubes de computación, lo cual les da 

una entrada única en las comunicaciones, informaciones y actividades 

de todos los sectores, públicos o privados que las contratan o 

permiten. A este fuerte oligopolio hay que agregar las peligrosas 

industrias de Elon Musk, que junto a dueños y accionistas de las 

anteriores, está entre los 10 hombres más ricos del mundo.

Los sectores bélicos, de defensa, espionaje y similares son mercados 

muy lucrativos para todas esas industrias, que mantienen 

colaboraciones desde hace años con el Pentágono, con Israel y con 

otros ejércitos.

Amazon ha hecho grandes inversiones en Israel desde 2014, no solamente 

en servicios de nube, también sistemas de vigilancia y reconocimiento 

facial, drones, aviación militar y una gama de servicios y productos 

relacionados, que han sido descriptos como la base del “ apartheid 

asistido por inteligencia artificial” contra Palestina (A. Ibsais, 

Este proyecto ha sido criticado por las y los empleados de ambas 

empresas, que las acusan de participar en el genocidio palestino. Las 

empresas han aplicado represalias para acalllar las protestas. Google 

despidió esta misma semana a 28 personas por demandar que la empresa 

se retirara de este proyecto ( https://tinyurl.com/2xyt4vzb).

También son claves el contexto bélico de Israel, las armas que provee 

Elon Musk, especialmente a través de la red de satélites Starlink, con 

la que está en camino de controlar los servicios globales de Internet 

de alta velocidad. Starlink tiene más de 5 mil 500 satélites en 

órbita, una cantidad mayor a todos los que estaban en funcionamiento 

antes de esta iniciativa privada. Por muchas razones, un desarrollo 

aberrante que aprobó Estados Unidos, como si ese país pudiera decidir 

sobre el uso de la órbita de todo el planeta.

Musk fue recibido como visita oficial por Benjamin Netanyahu, quien 

luego de un aparente escarceo para asegurarse que las zonas palestinas 

iban a poder ser vigiladas, pero no tener acceso a Internet ni otras 

formas de comunicación, dio luz verde en noviembre 2023 a las nuevas 

inversiones de Musk en Israel.

El uso de estas tecnologías y su contexto corporativo es preocupante 

en todos los planos, y mucho más como vehículos de guerra y genocidio, 

para los cuales deberían ser inmediatamente prohibidos.

*Investigadora del Grupo ETC