Por M. Sc. José Octavio Toledo-Alcalde
26/03/24
El espejismo del funcionario público radica en asumirse como empleador y no como empleado. La realidad, aunque cueste verla desde mohosos curules y malolientes sillones del poder, es que quien contrata, quien es dueño de los frijoles, o debiera de serlo, es el Estado-nación y no sus funcionarios. El “complejo del dueño de la fábrica”, del hacendado, del propietario de tierras; fantasía de un estigma colonial que nunca dejó de ser en la mentalidad del colonizado, nos persigue cuál cucaracha a las migas caídas de la mesa. El arquetipo del señor feudal, dios de tierras y cuerpos, pasó de ser un estatus repudiable, del cual debiera de emanciparse, al estatus por el cual el esclavizado, si fuere el caso, la vida ofrendaría. Y, este es el caso, por decir lo mínimo y a modo de ejemplo, del expresidente del Brasil Jair Bolsonaro y la actual mandataria del Perú Dina Boluarte.
La pesadilla de Bolsonaro arrancó en octubre de 2021 cuando, según el exministro de Minas y Energía de Bolsonaro Bento Albuquerque, un funcionario comisionado por el gobierno saudita entregó dos paquetes, al finalizar el viaje oficial, un paquete contenía un par de aretes, un reloj, un anillo y un collar valorizado en US$3,2 millones de dólares y, el otro paquete, contenía un bolígrafo, un par de gemelos, un reloj y un rosario todo esto estimado en US$ 75.000 dólares según reportó el periódico O Estado de S. Paulo. Bolsonaro justificó la tenencia aludiendo que eran regalos entregados para su esposa Michelle y él. Posteriormente dichos regalos un juego de oro de 18 quilates de la marca Chopard compuesta de anillo, gemelo y un rosario árabe, fueron colocados en venta, por el ayudante personal de Bolsonaro el teniente coronel Mauro Cid, en una casa de subasta de Nueva York de nombre Fortuna. El regalo saudita de 50.000 dólares fue puesto en venta en 140.000 dólares.
En junio de 2022, después del viaje de Bolsonaro a la Cumbre de las Américas, el tenienete coronel Cid vendió los relojes Rolex y Patek Philippe a Precisión Watches & Jewelry en Willw Grove, Pensilvania, Estados Unidos. Como resultado de la venta se estima que por lo menos Bolsonaro recibió US$200.000 dólares. Las leyes brasileñas permiten la recepción de regalos como sombreros personalizados y artículos sin mayor costo monetario, pero no joyas las cuales pasarían a formar parte de los bienes públicos adjuntos al Estado. El ultraderechista Bolsonaro responsable del intento de golpe de Estado, inhabilitado para ejercer funciones públicas, y acusado de corrupción por malversación de fondos siguió el camino de su gran amigo Donal Trump igualmente incriminado por especulación financiera de supuestos regalos obtenidos en plena función pública. Por lo visto la actual mandataria peruana Boluarte, política e ideológicamente de izquierda, no quiso excluirse del deshonroso distintivo criminal de mandatarios ultraderechistas como Bolsonaro y Trump.
En el caso peruano, el espacio informativo “La Encerrona”, después de analizar un total de 10.000 fotografías, informó la posesión de un mínimo de 14 relojes de marca desde sus inicios de Boluarte como funcionaria publica en los cargos de vicepresidenta y ministra de Desarrollo e Inclusión Socialhasta su asunción como jefa de Estado. En dicha investigación queda evidenciado el uso de un mínimo de 4 relojes Rolex cuyo valor podrían ascender entre los US$6.000 y US$23.000 dólares. Medios de información pusieron en relieve la posibilidad de haber recibido uno de Rolex del gobernador regional de Ayacucho Wilfredo Oscorima quien alarde de ser un compulsivo coleccionista de joyas, como relojes Rolex adquiridos en la joyería Casa Banchero. En el 2011 Oscorima fue acusado de haber entregado dos lujosos relojes de oro a un magistrado del Poder Judicial y un miembro del Jurado Electoral Especial de Huamanga. En el 2015 el Tercer Juzgado Unipersonal de Ica, dirigido por la jueza Mercedes pareja Centeno, lo sentenció a 5 años de cárcel efectiva hallado culpable del delito contra la administración pública, en la modalidad de negociación incompatible y aprovechamiento indebido del cargo. Luego de pasar unos meses en cárcel fue absuelto el 2017.
El hecho inaudito del presunto entramado delictivo, entre Oscorima y Boluarte, y que no pasará desapercibido al ojo fiscalizador, eso esperamos, radica en la negación realizada por el gobernador ayacuchano. El mismo día de la aparición de la investigación en el portal “La Encerrona” (14/03/24) Oscorima visitó a Boluarte. Posteriormente, cuando fue entrevistado por el dominical Cuarto Poder, señaló que compró el Rolex (exactamente el mismo modelo lúcido por Boluarte, modelo oro rosa con incrustaciones de diamante en los números seis y nueve) valorizado en US$14.000 dólares. Regalo que sería obsequiado a una “familiar muy querida”, el cual, en el momento, mostró a la cámara de televisión. Oscorima tendrá que demostrar y justificar sus ingresos que le permiten su elevado flujo de dinero y suntuosas aficiones como funcionario público de una de las regiones más empobrecidas del Perú como es Ayacucho. Por lo visto Boluarte devolvió uno de Rolex a quien se lo obsequió aún por ser demostrado que fue Oscorima.
Como si fuere poco cargar en su mochila criminosa, como los más de 60 asesinatos acaecidos en el régimen Boluart, el diario El Comercio publicó el sospechado desbalance patrimonial de Boluarte entre 2016 y 2022 en un total de 11 cuentas bancarias entre mancomunadas con el ex secretario de economía del Club Apurímac y cuentas personales. En dichas cuentas, según informe de la Unidad de Inteligencia Financiera de la SBS (Superintendencia de Banca, Seguros y AFP), ingresaron S/. 893 mil soles (240.000 dólares) además de haber sido hallada la compra de una camioneta valorizada en US$25.990 pagado en efectivo.
Esta suerte de signos externos de poder y riqueza por lo visto es una histórica tara. Por ejemplo, desde la experiencia romana, el dictador Tito Manglio, estilaba portar brazaletes, torques, collares en medio de súbditos y serviles correligionarios. Las mujeres de la sociedad imperial solían ostentar el uso de anillos, pendientes, pulseras, collares y exquisitas prendas de vestir confeccionadas con exóticas fibras traídas de paradisiacos lugares colonizados. La usura, prevaricaciones, saqueos, abusos de autoridad y todo tipo de abuso de poder fueron y siguen siendo los instrumentos favoritos de acumulación de riqueza.
Emperadores, pontífices, jeques y dictadores de todos los calibres hicieron del poder la posibilidad de satisfacción de pulsaciones hedonistas, megalómanas y narcisistas de espaldas a las necesidades del pueblo arrastrado en medio de pasiones de poder y voraces egolatrías. La corrupción del poder, en todas sus manifestaciones, pasó de ser exclusividad de monarquías y dictaduras a expandirse a prácticas republicanas y de estados denominados democracias amparados en estructuras jurídicas y legislativas legitimadoras de modus operandi contrarios a principios de derechos fundamentales y humanos. Para ejemplo de prácticas emuladas de sistemas monárquicos las joyas de la Reina de Inglaterra, Isabel II y su extraordinario Rubí Timur de 352 quilates acuñado con el nombre del emperador mongol quien se lo obsequió. Además del Conjunto Victoriano de Zafiro Dulce y Diamantes diseñado en 1850 y regalado el día de su boda por su padre el rey VI. Riqueza la cual no fue necesaria demostrar la procedencia. Excentricidades de personajes atiborrados de poderes absolutos, amantes de actos de caridad y limosnas al pueblo en medio de inhumanas riquezas pareciera ser el estigma indesligable del decadente paradigma del poder político demoliberal y pseudo-socialista como lo demuestra la experiencia en el Perú. Corrupción institucionalizada la cual cuenta, por el silencio asumido, con el aval de organismos internacionales como la OEA o la ONU así como de gobiernos como de los Estados Unidos o la Comunidad Europea.
Ante el concierto de derechos incumplidos como los humanos y el internacional actos megalómanos como los de Bolsonaro o Boluarte son tipificados como crímenes, ilícitos penales que acarrean condena y es eso lo que sin lugar a duda es la respuesta que no solo espera, sino que exigen los pueblos. Hasta cuando el furioso saqueo de las republiquitas bananeras acomplejadas de monárquico. Funcionarias y funcionarios públicos travestidos de reinas y reyes. No olvidar que todo imperio tiene su Waterloo. El patético caso de la mandataria peruana Boluarte nos recuerda al cónsul romano Marco Licinio (115-53 a.C.) apodado “el rico” (Dives) quien, según Plutarco, su patrimonio al comienzo de asumir funciones públicas fue alrededor de los 300 talentos para pasar a los 7.100 antes de su muerte. Boluarte pasó de usar relojes descartables a lujosos accesorios, según ella de antaño; de ganar S/.3500 soles (US$945.00 dólares) a mover miles de dólares en diferentes cuentas bancarias ¿Cómo lo hizo? Las entidades fiscalizadoras y la presión de la sociedad organizada tienen la palabra.