LA INVASION A PANAMA: NOAM CHOMSKY, DANIEL ELLSBERG,
BARBARA TRENT, ROY BOURGEOIS Y KENNETH DARG
Julio Yao*
En mi peregrinar por la soberanía (1949-2023) he conocido a personajes que
apoyaron nuestra causa. Pero hoy vienen a mi mente varios de nacionalidad
estadounidense.
21/06/2023
Noam Chomsky
Noam Chomsky no necesita presentación ya que es un personaje admirado por
su desempeño en las múltiples facetas que lo caracterizan como sabio de alto
vuelo.
Le conocí en Porto Alegre, Brasil, a inicios de 2002, en el Foro Social Mundial
“Otro mundo es posible”. Dio una charla — enjundiosa como siempre —
rodeado de miles de activistas.
El genio de la lingüística estaba rodeado de personajes representativos de la
región, como el uruguayo Eduardo Galeano (Las Venas Abiertas de América
Latina), y el argentino Adolfo Pérez Esquivel, presidente del Servicio Paz y
Justicia en Latinoamérica y futuro (2005) Nobel de la Paz. El líder de Bolivia,
Evo Morales, mandó una grabación en la que explicaba que tenía dificultades
para salir de La Paz.
Yo estaba presente como Presidente de SERPAJ-Panamá y ex asesor de
política exterior, acompañado por Adolfo Pérez Esquivel y el licenciado Vicente
Archibold Blake. Eduardo Galeano me mostró orgulloso el ejemplar del libro
que le dediqué en 1975 cuando vino exiliado a Panamá por la dictadura
argentina: El Canal de Panamá, Calvario de un Pueblo (Madrid, 1972, 1975).
Hagamos una síntesis de un análisis de Noam Chomsky sobre Manuel Antonio
Noriega y la invasión a Panamá el 20 de diciembre de 1989.
Cuando acusaron a Noriega en Miami, los cargos mayoritariamente, “se
referían a actividades anteriores a 1984. Entonces era nuestro muchacho (our
boy); ayudaba a EEUU con la guerra de la Contra en Nicaragua y robaba
elecciones con su aprobación. Noriega no era entonces ni gánster ni
traficante.”
A mediados de los 80 — dice Chomsky — Noriega era culpable de estos delitos,
“pero también se mostraba renuente a ayudar a EEUU en la guerra de los
Contras. Su independencia amenaza los intereses de EEUU en el Canal
porque el 1 de enero de 1990 casi toda la administración de la vía acuática
debía pasar a Panamá y, en el año 2000, toda. Por lo tanto, Washington debía
asegurarse que Panamá estuviese en manos de gente a quienes pudiese
controlar.”
En diciembre de 1989, “EEUU celebró la caída del Muro de Berlín y el fin de la
Guerra Fría invadiendo a Panamá, matando a cientos o quizás miles de civiles.
“La prensa había satanizado a Noriega, convirtiéndolo en el peor monstruo
desde Atila el Huno.”
En 1988, el Observatorio de América para derechos humanos publicó un
informe desagradable sobre derechos humanos en Panamá, “pero el record de
Noriega en derechos humanos no era ni remotamente como otros clientes de
EEUU en la región y no peor que cuando Noriega era aún favorito de EEUU.
“Tomemos a Honduras. Aunque no es un Estado terrorista asesino como El
Salvador o Guatemala, los abusos de derechos humanos eran probablemente
peores que en Panamá. Hay en Honduras un batallón adiestrado por la CIA
que por cuenta propia ha llevado a cabo más atrocidades que Noriega.
“Considérese a dictadores respaldados por EEUU como Trujillo, Somoza,
Marcos, Duvalier y un montón de gánsteres centroamericanos a través de los
- Todos ellos eran más brutales que Noriega, pero EEUU los apoyó durante
décadas de atrocidades horribles mientras que las ganancias fluyeran de sus
países a EEUU.
“Bush continuó honrando a Mobutu, Ceausescu y Saddam Hussein, entre
otros, todos peores criminales que Noriega. Suharto de Indonesia, el peor
criminal de todos ellos, era un “moderado».
“De hecho, al momento de invadir Panamá, Bush anunció ventas de alta
tecnología a China, advirtiendo que 300 millones estaban en juego y que los
contratos se reasumieron en secreto pocas semanas después de la masacre
de Tiananmen.”
Comparado con los citados dictadores, “Noriega era como la Madre Teresa.”
Lo dicho por Noam Chomsky era conocido por un reducido círculo en Panamá,
cuyo pueblo fue embaucado por Washington. Pero en boca del más
prestigioso pensador socialista libertario, Manuel Antonio Noriega deberá ser
reivindicado como uno de los tantos mártires del imperialismo genocida del
Potomac.
Daniel Ellsberg
Daniel Ellsberg, ex analista del Pentágono y de la RAND Corporation, murió el
16 de junio de 2023 a los 92 años de edad. Se hizo famoso por filtrar al New
York Times los “Papeles del Pentágono”, documentos secretos sobre la guerra
en Vietnam.
Al develar las mentiras de Washington, Daniel Ellsberg, antecesor de Julián
Assange y Eduard Snowden como buscadores de la verdad, provocó un vuelco
en la opinión de su país. La nación norteamericana se rebeló y puso fin a la
guerra, la cual, según los farsantes, “el régimen de EEUU estaba ganando.”
Daniel Ellsberg abogó por Julián Assange, detenido tras sucias maniobras por
EEUU y a quien están asesinando en cárceles de Londres. Ellsberg también
se pronunció por Edward Snowden y Chelsea Manning y en contra de la guerra
nuclear.
El presidente Nixon intentó desacreditar y acallar a Daniel Ellsberg, acusándolo
de “robo, conspiración y violaciones de la Ley de Espionaje”, aplicándole sin
éxito el macartismo de los años 50. Daniel tuvo que pasar a la clandestinidad
(Julio Yao, “Macartismo o anticomunismo trasnochado”, Rebelión, 15 de junio
de 2023).
Conocí personalmente a Daniel Ellsberg en la Universidad Nacional Autónoma
de México (UNAM) en septiembre de 1975 en una Conferencia Continental
sobre la Autodeterminación de los Pueblos.
Yo participaba como representante personal del Ministro de Relaciones
Exteriores de Panamá y Jefe de las Negociaciones con EEUU, Juan Antonio
Tack. Daniel nos manifestó total apoyo a nuestra lucha por la soberanía en la
Zona del Canal.
Personajes de EEUU y Latinoamérica, además de Ellsberg, conocieron nuestra
historia conflictiva con Washington y, en particular, la implementación de la
Declaración Conjunta Tack-Kissinger de 1974 que redacté en su forma final por
instrucciones de Omar Torrijos y su canciller Juan Antonio Tack y que
Washington violó descaradamente al imponernos un falso Tratado de
Neutralidad en 1977.
Barbara Trent
La siguiente en la galería de nuestros amigos no es hombre sino una mujer
extraordinaria: Bárbara Trent, Directora del documental “The Panama
Deception” (“El Engaño de Panamá”), merecedor del Oscar de la Academia al
Mejor Documental en 1992. El mismo fue escrito y editado por David Kasper,
en tanto que la presentación estuvo a cargo de Tom Hanks y Denzel
Washington.
Bárbara Trent desenmascara las verdaderas razones de la invasión: destruir
las Fuerzas de Defensa para reafirmar su control de Panamá; evitar que Japón
construyese un Canal a Nivel en Darién; castigar al Jefe de Gobierno y
Comandante de las Fuerzas de Defensa, Manuel Antonio Noriega, por negarse
a atacar a Nicaragua sandinista; para instalar un gobierno sumiso a EEUU y
experimentar las nuevas armas de “guerra total” que poco después emplearían
en Irak y el Golfo Pérsico.
El documental afirma que el secuestro ilegal o remoción forzosa de Noriega —
quien gozaba de inmunidad conforme a la Convención de Montreal de 1969 —
fue solo una excusa, ya que las exportaciones de drogas de Panamá a EEUU
aumentaron exponencialmente después de 1989.
“Panama Deception” o “El Engaño de Panamá” también cuestiona el número
de víctimas de 400 personas publicado por el Pentágono y los medios
estadounidenses.
La Comisión Independiente de la Invasión, presidida por el ex Fiscal del
presidente John F. Kennedy, Ramsey Clark, me aseguró en febrero de 1990
que murieron entre 4,000 y 6,000 panameños, mayormente civiles no
beligerantes, sin contar a los heridos, que debieran ser 9,000 como mínimo.
Las tropas que llegaron de EEUU eran 26,000, las cuales se sumaron a igual
cantidad de soldados en las bases ilegales de EEUU en nuestro territorio. Los
combatientes de las Fuerzas de Defensa, o simplemente civiles no
beligerantes, fueron asesinados cobardemente, en violación de todas las
Convenciones de Ginebra.
Miles de personas murieron aplastadas dentro de sus autos por los tanques de
los invasores, en tanto que los miembros de las FDP capturados fueron
asesinados sin juicio y a tiros en el campo de concentración de Balboa. Otros
cientos fueron ultimados en los hospitales, de donde fueron extraídos forzosa e
ilegalmente, para encontrarlos vendados y enyesados con tiros de gracia en la
nuca. La invasión, denominada “Causa Justa”, fue un verdadero genocidio.
Intenté infructuosamente denunciar la invasión ante la Corte Internacional de
Justicia de La Haya, pero la misma permanece incólume, ya que la llamada
Comisión de la Investigación fue una burla desde el principio.
Bárbara Trent hizo una extraordinaria divulgación de la causa panameña en
EEUU y, por tal razón, es una heroína para nosotros. Ella me entregó una
réplica del Oscar como depositario del pueblo panameño, ya que me
consideraba héroe del 9 de enero de 1964 por haber derribado la única
avioneta intrusa de EUUU durante la masacre.
Roy Bourgeois, SOAW
Roy Bourgeois es un activista por la paz y los derechos de la mujer. Entre
1963 y 1967 participó en la guerra de Vietnam y fue condecorado por heridas
que recibió. En 1990, fundó el Observatorio de la Escuela de las Américas
(SOA Watch), cuyo objetivo es cerrarla a través de la protesta pacífica.
Desde 2001, la Escuela se llama «Instituto del Hemisferio Occidental para la
Cooperación en Seguridad» (WHINSEC). Roy Bourgeois ha pasado cuatro
años en cárceles de su país desde 1980 por su defensa de los derechos
humanos,
Defendió el derecho de las mujeres de ser ordenadas en la Iglesia Católica,
motivo por el cual fue amenazado con la excomunión, pero Roy Bourgeois no
se amilanó ni retractó.
En 2003, Roy Bourgeois encabezó una delegación a Panamá a tomar contacto
con la realidad entre ambos países, particularmente con lo relativo a la Escuela
de las Américas, que tuvo su sede en Fort Gulick, Zona del Canal, desde 1946.
Me correspondió el honor y la satisfacción de acompañar a la delegación ante
el expresidente de Panamá, el Dr. Jorge Illueca, quien, además de haber sido
mi ex colega en la cancillería y mi exprofesor, tomó la decisión patriótica de no
autorizar la continuación de dicha Escuela, con el visto bueno del general
Manuel Antonio Noriega, a pesar de que la misma fue solicitada por el gobierno
de EEUU.
El Observatorio de la Escuela de la Américas (WHINSEC) continúa su lucha
para cerrarla por ser una “escuela, de dictadores”.
A pesar de que Panamá no tiene ejército, marina, fuerza aérea, ni radares,
continúa enviando policías a ese espantajo imperialista.
La SOAW edita la revista “Derecho a Vivir en Paz” bajo la coordinación del
chileno, Pablo Ruiz.
Kenneth Darg
Mi profesor de Gramar (Gramática) en el Instituto Panamericano (IPA), colegio
estadounidense regentado por la Iglesia Metodista (cristiana y protestante), me
encontró sentado a orillas del patio del plantel cierto día en que me sentía
compungido. Frisaba los 14 años de edad.
Al verme, el profesor Darg se sentó junto a mí como cualquier compañero del
salón y me preguntó qué me ocurría. Me sentí impresionado por su
acompañamiento espiritual. Su sincera preocupación por uno de sus alumnos
daba fe del origen del metodismo cristiano, vinculado a los trabajadores,
granjeros y pobres de la Inglaterra del siglo XVIII.
Cuando el ejército yanqui masacró a nuestro pueblo el 9, 10 y 11 de enero de
1964, debido a la negativa de los residentes de la Zona del Canal (zonians) de
izar la bandera de Panamá junto a la bandera de EEUU, conforme a lo
acordado, el profesor Darg, quien a la sazón era el Director del IPA, denunció
a su gobierno en Washington y a las autoridades de la Zona del Canal por
avalar la injusticia en esta colonia y declaró que, “La Zona del Canal es una
anomalía en el siglo XX”.
Era la primera vez que un ciudadano estadounidense denunciaba lo que Omar
Torrijos llamó “La quinta Frontera” y me sentí orgulloso de mi Alma Mater. El
Director del IPA fue objeto de admiración nacional.
*Analista Internacional, Presidente Honorario y Encargado del Centro de
Estudios Estratégicos Asiáticos de Panamá CEEAP); Agente de Panamá ante
la Corte Internacional de Justicia.