Por Carmen Parejo Rendón
He leído varias veces que la ONU dejó de ser efectiva. Lo cierto es que solo fue medianamente efectiva durante la Guerra Fría. Y deberíamos plantear si era la propia Guerra Fría la que generaba cierto equilibrio y no exactamente la ONU.
Tras el fin de la Guerra Fría, EEUU se convierte en el único hegemónico mundial. Eso no quiere decir que sea el único país imperialista, por ejemplo, los países de Europa occidental son igualmente imperialistas, solo que por cuestiones históricas se encuentran subordinados a la estrategia de bloque que impone el hegemónico EEUU.
Después están los países capitalistas, que tienen una posición de subordinación dentro de la división internacional del trabajo y la producción, que no son imperialistas y que en este momento, algunos de ellos, manejan sus propias contradicciones enfrentándose a la dominación en solitario de los EEUU.
Y también algunos países en vías al socialismo que debemos por una parte, analizar en su realidad concreta, pero por otra parte entender que su planteamiento a nivel internacional parte de un análisis preciso sobre las contradicciones que como he dicho se están manejando no como una oposición de modelos económicos antagónicos, sino más bien como una contradicción insalvable del capitalismo en fase imperialista y la lucha contra la hegemonía solitaria de EEUU y el actuar de su bloque imperialista.
Bajo mi punto de vista, vamos hacia la construcción de unas nuevas relaciones internacionales, y probablemente también de la creación de nuevos organismos de carácter multilateral acordes a este momento.
Se anunció que para la cumbre de los BRICS del próximo junio se valorarán la incorporación de 19 nuevos países. Recordemos, la ONU surge del acuerdo de los aliados en la Segunda Guerra mundial. Veremos si los BRICS no serán el germen para la creación de un nuevo organismo internacional que cuestione, no sólo a nivel económico, sino político y sobre todo de cómo deben funcionar las relaciones internacionales, el modelo resultante del fin de la Guerra Fría.
Desde una perspectiva militante creo vital apoyar este nuevo mundo que se está construyendo, no porque implique en sí el socialismo porque no es así (eso nos tocará trabajarlo de forma paralela), pero estamos evidentemente siendo testigos de una crisis profunda del capitalismo en su fase imperialista y debemos ser muy conscientes y saber actuar en consecuencia.
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