Luis Varese
El Estado tiene la obligación de preservar la vida de los ciudadanos. El Estado no tiene derecho
a matar a los ciudadanos. Cuarenta y siete asesinados, los últimos en Juliaca con balas
explosivas según relatan testigos.
La respuesta del gobierno sigue siendo la matanza de los manifestantes. Hay que detener esa
masacre. Es indispensable buscar una respuesta inmediata y por supuesto otra de largo
alcance. Ordenan a policías y soldados que disparen diciéndoles que son terroristas dirigidos
por cabecillas, que son narcotraficantes, que son mineros ilegales, o lo más absurdo de todo
que están manipulados por Evo Morales (“indio extranjero”). Conscientemente disfrazan la
realidad, basándose en argumentos seudo ideológicos, racistas y chauvinistas. Esta es la única
argumentación que ha sabido construir esa ultraderecha mafiosa, que lamentablemente aún
conquista las mentes pacatas de parte de la ciudadanía limeña, y que gobierna al país.
Buscar un camino de solución, no es fácil para nadie. No hay un partido capaz de dirigir, pero
hay dirigencias regionales y de movimientos sociales capacees de crear respuestas realistas.
Un bosquejo sobre la respuesta inmediata debería pasar por los puntos siguientes:
- Los Gobernadores Regionales recientemente elegidos, nombrarán y darán origen a un
Gobierno de Transición. El mecanismo legal deberá ser generado, creado, en ese espacio. La
situación exige medidas radicales para una situación extraordinaria, si queremos evitar la
continuación de la masacre y el muy probable inicio de una guerra civil, que está en ciernes. La
frágil legalidad de hoy debe ser reemplazada por acuerdos políticos de los Gobernadores
Regionales con los movimientos sociales de las regiones. La Presidenta deberá renunciar a su
cargo; el Congreso deberá aceptar la función del Gobierno de transición; las FFAA y FFPP, se
subordinarán a dicho Gobierno de transición. - A nombre del Estado Peruano ese Gobierno, pedirá perdón a la sociedad por los crímenes
cometidos e indemnizará a los parientes de las víctimas; en este mismo marco nombrará una
comisión investigadora que identifique a los responsables de las masacres ocurridas en los
departamentos. - Se realizarán reformas legales que permitan y garanticen mecanismos para Elecciones
Generales en este año y las bases para la elaboración de una nueva Constitución que refleje el
estado plurinacional y anti oligárquico del país.
Esto que parece ilusorio, debería ser la respuesta política de quienes hoy pretenden gobernar
al Perú. Por qué la ultraderecha y la lumpenoligarquía deberían aceptarla. Porque de no ser así
la violencia irá en aumento y caminaremos a pasos agigantados hacia una confrontación de
proporciones inimaginables cuyos resultados son absolutamente imprevisibles.
La ofensiva Imperial
Los poderes reales de la economía mundial, no quieren compartir ni medio centavo de cobre,
con los pobres de la Tierra. Le exigen a los Estados Unidos mantener su rol de gendarme
mundial y dentro de ese papel, le reclaman el haber perdido el control absoluto de América
Latina, donde han surgido y continúan surgiendo, gobiernos progresistas y opciones
revolucionarias anti neoliberales.
No es gratuito entonces, que el Gobierno democrático del MAS en Bolivia, se encuentre bajo
una presión de la ultraderecha, donde sectores de la población de Santa Cruz, están en las
calles luchando contra el gobierno.
Tampoco es casual el intento golpista contra la democracia y contra Lula en Brasil, donde
como todos vimos, se tomaron el palacio de Gobierno, el Congreso y el Supremo Tribunal de
Justicia. Todo ello en una réplica de lo ocurrido dos años atrás en Washington, alentado allá
por Donald Trump y aquí por Jair Bolsonaro, bien escondido en Miami.
En Bolivia y Brasil, el modelo fascista de uso de población organizada contra los gobiernos
progresistas, demuestra un aprendizaje acelerado de los Think Tank y de la CIA. Los
mecanismos para destruir las opciones democráticas no se limitan ya a la prensa hegemónica
con las noticias inventadas (fake news), el poder judicial (law fare) y la desestructuración del
Estado, sino que le añaden las movilizaciones masivas de sectores populares, religiosos, y
lumpenescos contra los gobiernos de avanzada, como ha ocurrido en Argentina o Cuba,
Nicaragua y Venezuela.
Similar violencia están preparando contra Petro y Francia Márquez en Colombia, donde el
equipo de seguridad de la Vicepresidenta detectó explosivos en la ruta de su desplazamiento.
Trucos mayores o menores implementan en Ecuador.
El coraje demostrado por los movimientos populares en Perú, tiene similitud con el
movimiento indígena en el Ecuador y en Brasil. El camino de confrontación brutal, por el que
han optado estas oligarquías, sin querer ceder ni ese medio céntimo, ya ha encontrado su
límite. Las salidas son complejas y requieren de la unidad de las fuerzas democráticas,
progresistas y de las revolucionarias, en un esfuerzo serio de humildad y vocación patriótica.
El camino se está trazando, la lucha será muy dura, pero tiene que ver con el rescate de la
humanidad, la defensa de la naturaleza y la construcción de un nuevo orden mundial, capaz de
redistribuir y de preservar. Las banderas de los derechos humanos básicos, la salud, la
educación, la comida, el trabajo. Las banderas del feminismo, de la igualdad de género, de la
defensa de la naturaleza y de la multiculturalidad encabezarán los próximos pasos de cualquier
negociación.
En el Perú, la descentralización y el respeto y reconocimiento de derechos ciudadanos a los
pueblos y nacionalidades que conforman el país deberán ser incluidas en esta marcha de
construcción nacional y Soberana.