Un día antes del golpe se reunió con el ministro de Defensa
LA EMBAJADORA DE EEUU EN EL PERÚ FUE AGENTE DE LA CIA
por Ben Norton
La embajadora de Estados Unidos en Perú, Lisa Kenna, trabajó para la CIA y el Pentágono. Un día antes del golpe de estado contra el presidente constitucional de izquierda, Pedro Castillo, Kenna se reunió con el ministro de defensa de Perú, quien luego ordenó a los militares que se volvieran contra Castillo.
La embajadora de Estados Unidos en Perú, Lisa Kenna, es veterana agente de la CIA. Se reunió con el ministro de defensa del país justo un día antes de que el presidente de izquierda, Pedro Castillo, quien había sido elegido democráticamente, fuera derrocado en un golpe de estado y encarcelado sin juicio.
El ministro de defensa, un general de brigada retirado del ejército de Perú, ordenó a los militares que se volvieran contra Castillo.
El golpe desencadenó protestas masivas en todo Perú. El régimen no electo ha desatado una violencia brutal, y la policía ha matado a varios manifestantes.
Mientras tanto, el gobierno de EEUU ha apoyado incondicionalmente al régimen golpista de Perú, que declaró un “estado de emergencia” en todo el país y desplegó a las fuerzas armadas en las calles en un intento de aplastar las protestas.
La mayoría de los gobiernos de América Latina han criticado o incluso se han negado a reconocer el régimen golpista de Perú, incluidos México, Argentina, Bolivia, Colombia, Honduras, Venezuela, Cuba y varias naciones del Caribe.
La CIA ha organizado múltiples golpes de estado contra líderes de izquierda que fueron elegidos democráticamente en Latinoamérica, desde el presidente Jacobo Árbenz de Guatemala en 1954, hasta el presidente Salvador Allende de Chile en 1973.
Cuando la administración de Donald Trump nominó a Lisa Kenna para ser embajadora en Perú en 2020, el Departamento de Estado emitió un “certificado de competencia” que reveló que “antes de unirse al Servicio Exterior, se desempeñó durante nueve años como oficial de la Agencia Central de Inteligencia” (CIA).
Este hecho importante está curiosamente ausente de la mayoría de las biografías de Kenna, incluida su página en el sitio web oficial de la embajada de EEUU.
El Departamento de Estado de EEUU admitió en 2020 que Lisa Kenna, la embajadora en Perú, “se desempeñó durante nueve años como oficial de la Agencia Central de Inteligencia”.
Bajo Trump, Kenna también se desempeñó como secretaria ejecutiva del Departamento de Estado, y fue “asistente principal” del secretario de estado de Trump, Mike Pompeo, quien anteriormente dirigió la CIA.
Con respecto a su trabajo para la notoria agencia de espionaje, Pompeo admitió en 2019: “Yo fui el director de la CIA. Mentimos, engañamos, robamos. Hasta teníamos cursos de capacitación”.
En una audiencia de nominación del congreso de EEUU en 2020, Kenna admitió que, como secretaria ejecutiva, vio “casi todos” los memorandos que se enviaron a Pompeo y agregó: “Tengo conocimiento de la gran mayoría de” las llamadas realizadas por él.
Kenna también trabajó anteriormente para el Departamento de Defensa y ocupó cargos en el Departamento de Estado en Irak, Jordania, Egipto, Suazilandia y Pakistán.
Cuando el presidente Joe Biden ingresó en enero de 2021, mantuvo a Kenna como embajadora en Perú.
El 6 de diciembre de 2022, Kenna se reunió con Gustavo Bobbio Rosas, un general de brigada retirado quien había sido designado como ministro de defensa de Perú el día anterior. (Un medio de comunicación local informó que la reunión fue el 5 de diciembre, pero eso parece haber sido un error.)
El Ministerio de Defensa de Perú publicó una foto de su charla amistosa.
En el momento de esta reunión, se sabía en Perú que el congreso, que es notoriamente corrupto y está controlado por los oligarcas de derecha, estaba preparando un nuevo voto para derrocar al presidente que fue elegido democráticamente, Pedro Castillo.
El artículo 113 de la constitución de Perú permite que el congreso unicameral destituya a los presidentes simplemente votando para declarar que tienen una “incapacidad moral”, en un proceso conocido como la “vacancia”.
El congreso de Perú es bien conocido por su extrema corrupción. En el infame escándalo de los “Mamanivideos”, se grabó a congresistas del partido de extrema derecha Fuerza Popular sobornando a otros congresistas para que votaran en contra de la vacancia, en defensa del anterior presidente de derecha Pedro Pablo Kuczynski.
Fuerza Popular está dirigida por los miembros de la familia de Alberto Fujimori, el dictador de extrema derecha que gobernó Perú con puño de hierro desde 1990 hasta el 2000. Con el apoyo de Estados Unidos, Fujimori cometió genocidio, esterilizando a aproximadamente 300.000 indígenas, mientras asesinaba, torturaba y desaparecía a un gran número de disidentes de izquierda.
El escándalo de los Mamanivideos mostró que es bastante fácil para los oligarcas ricos de Perú comprar votos en el congreso para derrocar al presidente que fue elegido por el pueblo.
Y tan pronto como Castillo asumió el cargo el 28 de julio de 2021, el congreso trató de hacer exactamente eso.
Sólo un día después de que la embajadora de Estados Unidos se reuniera con el ministro de defensa de Perú, el 7 de diciembre de 2022, el congreso dominado por la derecha lanzó un golpe parlamentario contra Castillo, utilizando el artículo 113.
Este fue el tercer intento de golpe en poco más de un año por parte del congreso de Perú, que en septiembre de 2022 tenía apenas el 7% de aprobación.
Con la esperanza de detener el golpe, Castillo respondió tratando de disolver el congreso. Esto es permitido en casos de obstruccionismo por el artículo 134 de la constitución de Perú.
El ministro de defensa, Bobbio, denunció de inmediato las acciones del presidente. Publicó un video renunciando a su cargo (que solo había ocupado durante tres días).
Bobbio afirmó que Castillo estaba lanzando un “intento golpista”, pero en realidad Bobbio estaba instruyendo al ejército peruano para que apoyara un golpe contra el presidente electo, en nombre de un congreso notoriamente corrupto que está controlado por oligarcas, sin el apoyo de la población.
Mientras Bobbio ordenaba a los militares que se rebelaran contra el presidente, el gobierno estadounidense atacó rápidamente a Castillo.
La veterana de la CIA y actual embajadora, Lisa Kenna, tuiteó: “Los Estados Unidos rechaza categóricamente cualquier acto extraconstitucional del presidente Castillo para impedir que el Congreso cumpla con su mandato”.
Kenna no mencionó el artículo 134 de la constitución de Perú, que establece:
El Presidente de la República está facultado para disolver el Congreso si éste ha censurado o negado su confianza a dos Consejos de Ministros [el nombre oficial del gabinete peruano]. El decreto de disolución contiene la convocatoria a elecciones para un nuevo Congreso.
Cuando Castillo trató de disolver el congreso, citó el artículo 134 y dejó claro que solo iba a ser un cierre “temporal”. El presidente dijo que se realizarían nuevas elecciones al Congreso lo antes posible.
Kenna ignoró todo este contexto. En cambio, la embajadora declaró: “Los Estados Unidos insta enfáticamente al presidente Castillo a revertir su intento de cerrar el Congreso y permitir que las instituciones democráticas de Perú funcionen según la Constitución”.
Con esto, la ex agente de la CIA quiso decir que Castillo simplemente debería permitir que el congreso antidemocrático y controlado por los oligarcas lance un golpe de estado en su contra.
Posteriormente, la embajada de EEUU en Perú publicó un comunicado oficial que se hacía eco exactamente de lo que había dicho Kenna.
Esta fue la luz verde de Washington para que el congreso corrupto de Perú derrocara al presidente Castillo, y para que los servicios de seguridad del estado lo arrestaran sin juicio.
Pocas horas después de que Castillo fuera encarcelado, el congreso controlado por la oligarquía nombró a su vicepresidenta, Dina Boluarte, como líder del país.
Boluarte prometió en el pleno del congreso que crearía “una tregua política para instalar un gobierno de unidad nacional” – es decir, un pacto con la derecha.
Boluarte había sido expulsada en enero de 2022 del partido de izquierda, Perú Libre, con el que Castillo había hecho campaña. Ella declaró con orgullo que “nunca he abrazado el ideario del partido” socialista.
El día después del golpe, el 8 de diciembre, el Departamento de Estado legitimó el régimen no electo de Boluarte.
“EE. UU. da la bienvenida a la presidenta Boluarte y espera trabajar con su administración para lograr una región más democrática, próspera y segura”, afirmó Brian A. Nichols, el subsecretario de asuntos del hemisferio occidental de Estados Unidos.
“Apoyamos su llamado a un gobierno de unidad nacional y aplaudimos a los peruanos mientras se unen en apoyo de su democracia”, agregó el máximo funcionario del Departamento de Estado.
Mientras tanto, el pueblo peruano llenaba las calles, condenando el golpe de estado contra su presidente electo.
La policía peruana respondió con violencia, reprimiendo duramente y matando a varios manifestantes.
El 14 de diciembre, el régimen golpista impuso un “estado de emergencia” nacional por 30 días, y dijo que podría declarar un toque de queda.
Al mismo tiempo, el régimen golpista dijo que planea sentenciar a Castillo a 18 meses en “prisión preventiva”, sin un juicio adecuado ni el debido proceso.
Justo un día antes de que el régimen golpista hiciera estos anuncios autoritarios, la veterana de la CIA y actual embajadora de EEUU se reunió con la lideresa no electa de Perú, Dina Boluarte, y le reiteró el apoyo incondicional de Washington.
Kenna elogió el “gobierno de unidad” de derecha que Boluarte “se comprometió a formar”, y agregó: “Esperamos fortalecer nuestra relación bilateral”.
Brian Nichols, el principal funcionario del Departamento de Estado para América Latina, agregó con un toque de profunda ironía: “Apoyamos al pueblo peruano y a su democracia constitucional”. Instó a los manifestantes a “rechazar la violencia”.
El mismo día, México, Argentina, Bolivia y Colombia emitieron un comunicado diplomático conjunto con un mensaje completamente contrario, apoyando al presidente electo Castillo, diciendo que “fue víctima de un antidemocrático hostigamiento desde el día de su elección”.
En una rueda de prensa del 13 de diciembre, se preguntó al Departamento de Estado sobre las protestas en Perú.
El portavoz del departamento, Ned Price – quien, al igual que Lisa Kenna, también fue agente de la CIA – enfatizó el firme apoyo de Washington al régimen golpista de Perú.
“Elogiamos a las instituciones y autoridades civiles peruanas por salvaguardar la estabilidad democrática”, dijo, mientras la policía peruana represiva mataba a los manifestantes.
En lugar de condenar la brutalidad policial desenfrenada, el Departamento de Estado de EEUU culpó a los propios manifestantes. Price declaró: “Estamos preocupados por los informes dispersos de manifestaciones violentas y por los informes de ataques a la prensa y la propiedad privada, incluidas las empresas”.
“En cuanto a la presidenta peruana Dina Boluarte, por supuesto que la reconocemos como tal. Continuaremos trabajando con las instituciones democráticas de Perú y esperamos trabajar de cerca con la presidenta Boluarte y todas los organismos del gobierno en Perú”, enfatizó el ex agente de la CIA.
Además de servir como agente de la CIA durante nueve años y actual embajadora de EEUU en Perú, Lisa Kenna se desempeñó como:
– asesora política del secretario de defensa
– directora de la oficina de Irak en el Consejo de Seguridad Nacional en la Casa Blanca
– subdirectora de la oficina política de Irak en el Departamento de Estado
– jefa de la sección política de la embajada de EEUU en Jordania
– oficial política/militar en la embajada de EEUU en Egipto
– miembro del personal de la embajada de EEUU en Suazilandia
– miembro del personal del consulado general de EEUU en Peshawar, Pakistán
En una audiencia de nominación en el congreso de EEUU el 23 de julio de 2020, Kenna se jactó de su cosmovisión supremacista estadounidense y afirmó: “Cuanto más tiempo he estado en el servicio público, más convencida estoy de que Estados Unidos es la nación más excepcional del mundo”.
También prometió: “Mantendré la relación vital de Estados Unidos con Perú, que ha sido durante mucho tiempo uno de nuestros socios más cercanos en la región. Recientemente, la misión en Perú se ha desempeñado heroicamente para mantener nuestra sólida asociación y servir a nuestros conciudadanos en estos tiempos difíciles”.
Al momento de la audiencia, Perú tenía un gobierno de derecha, encabezado por el presidente Martín Vizcarra.
Kenna elogió al gobierno conservador de Perú, “como fundador del Grupo de Lima”, por respaldar a Estados Unidos en su intento de golpe contra el presidente que fue elegido por el pueblo de Venezuela, Nicolás Maduro, y afirmó: “Estados Unidos y Perú también están aumentando nuestro apoyo compartido a una retorno pacífico a la democracia en Venezuela”.
Además, prometió en la audiencia que, como embajadora de Estados Unidos en Perú: “Me comprometo a reunirme con figuras de la oposición de orientación democrática”; “También nos comprometemos a reunirnos con la prensa local independiente en Perú”; y “Me comprometo a reunirme con organizaciones de derechos humanos, de la sociedad civil y otras organizaciones no gubernamentales en Estados Unidos y en Perú”.
Aclaración: Este artículo originalmente informó que la reunión entre la embajadora de EEUU y el ministro de defensa peruano fue el 5 de diciembre, dos días antes del golpe, según un informe en un periódico local, pero ese medio de comunicación parece haberse equivocado, y la reunión fue el 6 de diciembre, el día antes del golpe.