PERU. HORAS DECISIVAS

Editorial de la revista MARKA

Cuando el pasado viernes 1 el Congreso de la República incorporó a su agenda la Moción de Vacancia presentada contra el Jefe del Estado y luego precisó el miércoles 7 de diciembre como la fecha de su debate y votación definitiva, cerró una etapa en esta suerte de “guerra relámpago” con la que la Mafia Fuji-Aprista busca derribar al Gobierno consolidando un evidentísimo “Golpe Político” contra el país y todo el pueblo.

Ella espera ahora que en la fecha prevista, pueda sumar votos hasta lograr los 87 que anhela, y que vino buscando obsesivamente desde el inicio de la gestión de Pedro Castillo.

Como ocurriera antes, en sus intervenciones registradas en el Pleno pasado, los principales voceros de la precaria e inconsistente “mayoría” parlamentaria insistieron en un manido e inexistente argumento. Hablaron, en efecto, de la reiterada “incapacidad moral permanente”, como si se tratara de una figura constitucional. Curiosamente, no hubo ningún congresista que atinara a señalar que esa frase pseudo jurídica es extraña, y no existe en la Carta Magna aún vigente.

La Vacancia Presidencial, como se sabe, se norma por el artículo 117 de la Constitución del Estado que señala de modo categórico las cuatro razones que podrían esgrimirse para adoptar una resolución de ese corte.  Ninguna de ellas alude a una supuesta “incapacidad moral permanente” convertida en sentencia por la Mafia, y que hoy repiten como papagayos ciertos congresistas y muchos comunicadores sociales que convirtieran –para decirlo en palabras ilustres- “la más noble de las profesiones, en el más vil de los oficios”.

Tampoco se habla de esa supuesta “incapacidad moral” cuando se alude a la “suspensión” del Mandatario en el ejercicio de la Presidencia de la República en el artículo 114 del texto constitucional de 1993.  Allí se alude a una “incapacidad temporal” que sin lugar a dudas, tendría que ser física o mental, dado que una “incapacidad moral” en ningún caso podría ser “temporal!.

Debiera sorprender, entonces que esta supuesta “figura jurídica” sea esgrimida con tanto éxito en el hemiciclo parlamentario. Pero el hecho se explica si se recuerda la lógica usada por la propaganda Nazi en los años del dominio hitleriano.

Joseph Goebbels, la estrella de la propaganda de la época, decía: “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.

También Goebbels aconsejaba “Acallar las cuestiones   sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorece al adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines…”.

Asombrosa similitud por cierto, con lo que ocurre aquí, y en nuestros días. Inventan una pequeña idea, y la repiten hasta el cansancio. Tanto, que ahora es “!verdad”  para muchos parlamentarios, para hombre de prensa y hasta para distinguidos “juristas” que pontifican en torno a la materia sin darse centra que están hablando de algo que no existe. Y es que, en el caso, se trata de un mentira repetida miles de veces, tantas que para algunos se ha convertido en verdad.

En contra partida, y gracias a la ayuda de los medios de comunicación, ha logrado silenciar el debate preciso en torno al tema, ya que carece de argumento para sustentar los puntos de vista que enarbola. Simular, o esconder las cosas, resulta así la herramienta preferida por la reacción.

Pero ¿a dónde conduce este conjunto de sucias estratagemas pseudo legales? En todo caso, a ningún fin loable. Lo que se busca apenas es triturar la voluntad ciudadana y poner fin a la voluntad de cambio que expresara el electorado nacional en los comicios pasados del 2021.

Cerrar el paso a cualquier intento de cambiar las cosas, de modificar el texto Constitucional, de abrir paso a la expresión democrática planteada a partir de una Asamblea Constituyente. En el fondo, perpetuar el “modelo” Neo Liberal y garantizar los privilegios de la oligarquía parasitaria que vive a expensas del país hace 200 años. Bloquear en el fondo, cualquier iniciativa de cambio que provenga del campo popular.

¿Tendrá éxito este cúmulo de maniobras canallescas impulsadas contra el pueblo? Al parecer, no. 

La noche del viernes 1 votaron en favor de la admisión a debate de la Moción de Vacancia congresistas de Izquierda, como Cerrón,  Waldemar, Margot Palacios y algunos otros. Es de esperarse que el miércoles 7 retomen el camino de sus electores, y no vuelvan a sumar sus votos a los designios de la más negra reacción. Por lo demás, se sabe ya que la Bancada de Acción Popular resolvió retirar las firmas que aportara a la Moción que se habrá de debatir en los próximos días.  Eso, probablemente, ocurrirá con otras bancadas y parlamentarios independientes. De ese modo, el tercer intento de Vacancia naufragará, como los dos primeros.

No hay que cantar victoria, sin embargo. No sólo el mundial de futbol está lleno de sorpresas. La política peruana también. Después la Mafia volverá a intentarlo porque nunca habrá de aprender de sus derrotas. Como dijo la “prensa chicha”! el pasado 2 de diciembre, el objetivo es “vacar”, suspender o destituir al Presidente Castillo a como dé lugar.  En ese propósito, no habrá retroceso.

No se trata de defender a Pedro Castillo. Se trata de cerrar el paso a la reacción, de bloquear las pérfidas maniobras de la Oligarquía vende patria, de impedir que el fascismo se entronice entre nosotros, de defender al movimiento popular y a sus banderas.

La garantía real, es el pueblo mismo. Sin lugar a dudas, se movilizará activamente el miércoles 7 en calles y avenidas en Lima y en todo el país. La unidad, la organización, la conciencia política y la capacidad de lucha de nuestro pueblo, tendrán una nueva y dura prueba. Pero una vez más, saldrán adelante, porque saben que estas, son horas decisivas.