MARKA Contrainformación / 12 de Agosto 2022 / Luis Rodriguez R.
GOLPE LAWFERE
El término Lawfere “describe un método de guerra no convencional en el que la ley es usada como un medio para conseguir un objetivo”
La persecución política contra la familia presidencial y contra los dirigentes de PL, es una agresión político-jurídica llamada Lawfere. Sus fines son la destrucción de la imagen pública a través de su prensa mediática y la inhabilitación de sus adversarios políticos a través del uso indebido de su instrumento jurídico; obviando la neutralidad a la que la justicia está obligada en un Estado de derecho.
Bajo estas estrategias implementada por el poder económico y sus acólitos, que ven peligrar sus intereses de clase frente a una alternativa de poder popular; surge este instrumento judicial capaz de desplegar sin limitaciones estrategias desestabilizadoras y de persecución política, quebrando el principio rector de una democracia que no es otro que el equilibrio de poderes.
Su elección no nace de la voluntad popular, sino de designaciones políticas y concursos, sumado a privilegios que los demás poderes no tienen. Esto le permite operar políticamente bajo un completo manto de institucionalidad y de “neutralidad” de la que se jacta.
Su tarea es la de deslegitimar y perseguir figuras políticas populares opuestas al sistema. Primero paralizándolos políticamente y financieramente y luego inmovilizándolos judicialmente con el fin de bloquear sus acciones y obstaculizar sus objetivos. En esta sucia tarea incluyen a sus familiares cercanos, con el fin de vulnerar no solo su estabilidad emocional, sino su capacidad de reacción.
La constante y permanente acusación de corrupción contra los líderes de los gobiernos de izquierda en esta parte del continente no tiene otro fin que la de minar la organización estructural y sus cuadros profesionales. Un ejemplo claro de estas artimañas legalistas son las “investigaciones” y la “desarticulación” de las “bandas criminales” caso, los “Dinámicos del Centro” en la que se encuentran implicados dirigentes de la estructura orgánica-política de PERÙ LIBRE; acusados ridiculamente, de cobrar coimas por la entrega de brevetes, otro ejemplo claro es la detención de funcionarios de la Municipalidad de Huancayo, incluyendo su Alcalde, bajo el titulo de “Los Tiranos del Centro” acusados de cobrar cupos a los comerciantes ambulantes. Estos operativos movilizaron a cientos de efectivos policiales y fiscales, que acapararon la atencion de todo el monopolio de las comunicaciones.
Toda una maquinaria bien “aceitada” para “frenar” las “bandas criminales” “concentradas” en la región de Junín, cuna del partido que llevó a la Presidencia a Pedro Castillo. ¿Qué raro no?
Ya nadie se acuerda de los hoy, empantanados procesos judiciales por corrupción, contra funcionarios, empresarios y gobernantes de la derecha.
Basadre llamaba a estos «los podridos», porque han prostituido y prostituyen palabras, conceptos, hechos e instituciones al servicio de sus medros, de sus granjerías, de sus instintos y de sus apasionamientos y han hecho y hacen todo lo posible porque este país sea una charca». (Basadre, 1979).
Lo cierto es que en nuestro país la corrupción hizo posible el enriquecimiento de una casta empresarial a costa de los sobrecostos y la falta de competencia cuyo precio finalmente pagó y paga el pueblo.
Odebrecht contrató, cobró y sobrecostó 24 proyectos (15 obras y 9 concesiones) al Estado peruano desde el 2001. En total, fueron más de 35 mil millones de soles contratados en los tres últimos gobiernos.
En los últimos 16 años, la suma de esos costos adicionales es de 4, 693, 710, 471.97 millones de soles.
Arantxa Tirado Sánchez, en su libro “Lawfare. Golpes de Estado en nombre de la ley” lo describe como… “El uso del poder judicial y la formación de los operadores jurídicos en escuelas de enseñanza y mediante programas de estudio adaptados al fin propuesto también se convierten en herramientas para derrocar Gobiernos legítimos. El objetivo será́ desprestigiar a las fuerzas políticas que se consideran hostiles y destruir políticamente a los líderes que las encabezan.”
Más claro ni el agua.
