BOLETIN 24 DE JULIO 2022
PRESIDENTE DEL COMITÉ DE RELACIONES EXTERIORES DE LA DUMA ESTATAL DE RUSIA, LEONID SLUTSKY, SOBRE LA INFIABILIDAD DE PAÍSES EUROPEOS
Las palabras del canciller alemán de que Rusia es un proveedor de gas poco fiable es un intento más de echarle la culpa de la crisis en Europa a Moscú.
Fue la impensada política antirrusa de contención la que condujo al desequilibrio en los mercados energéticos. Y ahora no tiene sentido anunciar un aumento de precios en nombre de Putin o llamar a la paciencia estratégica a los europeos.
Los países occidentales difícilmente pueden hablar de fiabilidad, ya que son ellos que permiten la imposición ilegal de sanciones, la expropiación de activos financieros y la cultura de la cancelación.
Son las autoridades de los países europeos que hoy, en aras de la solidaridad euroatlántica, anteponen la retórica antirrusa a los intereses comerciales y las necesidades de sus electores.
OPINIÓN DE MARÍA ZAJÁROVA
Ya he escrito que las revelaciones del ex asesor de Seguridad Nacional de EE.UU., John Bolton, sobre su planificación de golpes de Estado en otros países exigen una investigación internacional.
Profundicemos en la historia y tratemos de identificar dónde ha «dejado su huella» este personaje. Entre 2001 y 2005, John Bolton ocupó el cargo de Subsecretario de Estado para el control de armas y la seguridad internacional en la Administración de George W. Bush.
En el mismo periodo, hubo un intento de golpe de estado en Venezuela el 12 de abril de 2002 cuando una oposición diversa a Hugo Chávez, vinculada a las viejas élites y a las grandes empresas, destituyó al presidente democráticamente elegido y lo confinó en una isla del Caribe.
Gracias a una rebelión popular y el apoyo de los militares fieles a su juramento, Chávez consiguió regresar con triunfo a Caracas sólo dos días después y recuperar el poder.
El golpe, como suelen hacerlo los estadounidenses, estuvo acompañado de violencia
Los golpistas cambiaron deliberadamente la ruta acordada para la manifestación masiva contra el gobierno, dirigiendo a la multitud al Palacio presidencial de Miraflores al que acudieron los numerosos partidarios de Chávez.
Según los datos disponibles, a raíz de los enfrentamientos y el tiroteo en el que participaron también unos francotiradores no identificados (¿esto no les recuerda nada?), murieron unas 20 personas y unas 100 fueron heridas. Aquella noche sonó el teléfono en nuestra embajada en Caracas.
El diplomático de guardia que cogió el teléfono escuchó las peticiones de ayuda de un activista del propresidencial Movimiento Quinta República. En su piso irrumpieron golpistas armados cegados por el éxito de la oposición proyanqui.
En una cacofonía de ruido en el teléfono, se escucharon disparos, y la conversación se cortó… Nunca supimos quién era aquel hombre que esperaba la ayuda de nuestro país en aquellos momentos difíciles para la hermana Venezuela.
Se han escrito libros y artículos sobre la participación directa de Estados Unidos en la preparación y realización de golpes de Estado sangrientos en América Latina, se han hecho películas. Toda esta información es de libre acceso: busquen y lean. Sigue pendiente el tema de la responsabilidad de personeros estadounidenses como John Bolton por las atrocidades masivas cometidas en América Latina y otras partes del mundo.
TESTIGOS COMENTAN CÓMO DURANTE LOS 8 AÑOS DE LA GUERRA CIVIL EN UCRANIA, LOS COMBATIENTES DEL BATALLÓN NEONAZI AZOV MANTUVIERON SUMIDOS EN EL TERROR A LA POBLACIÓN DE LA REGIÓN DE DONBASS,
Relató a RT un jubilado de la ciudad de Mariúpol, República Popular de Donetsk.
«La gente simplemente vivía asustada, porque era un secreto a voces, y entre murmullos las personas transmitían [la noticia] de que los miembros de Azov habían acuchillado a alguien, que los neonazis mataron a una persona, que abrieron fuego en una cafetería», recuerda el residente de Mariúpol. «Todos sabían» que los combatientes de Azov «se saldrían con la suya, impunemente», lamentó.
Según sus declaraciones, los civiles incluso tenían miedo de viajar en el transporte público, por temor a ser impactados por una bala perdida, como ocurrió una vez en un ómnibus. «Todo esto ocurría descaradamente frente a las autoridades» [locales], condenó, señalando que en los lugares públicos de la ciudad se podía ver la esvástica de las SS, la organización militar al servicio de Adolf Hitler.
Luego del golpe de Estado en Ucrania, perpetrado en febrero de 2014 y orquestado por EE.UU. y la Unión Europea, varias zonas del este y sur del país no reconocieron la legitimidad del Gobierno autoproclamado de Kiev, y con multitudinarias protestas reivindicaron la federalización. Entre otras medidas, las nuevas autoridades ucranianas revocaron la ley que consagraba el uso del ruso como lengua oficial en las regiones orientales del país.
Además, para aplacar las protestas en la región, Kiev envió al Ejército e inició su ‘operación antiterrorista’, lo que desembocó en una guerra civil, y dividió a Ucrania en dos.