CONVULSAS FIESTAS PATRIAS

Editorial de a revista Marka

Como consecuencia del complejo escenario nacional y de la violenta ofensiva del Neo Fascismo; las Fiestas Patrias peruanas, habitualmente calmadas y aún familiares; asoman hoy tensas e incluso convulsas.

Pese a que fue capaz de construir un artificial “mayoría” en el hemiciclo de la Cámara, la Mafia unida no fue capaz de alcanzar el número de votos suficiente para imponer sus caprichos eventuales. De este modo, el sueño del Senado y la ilusión de la reelección parlamentaria, quedarán pendientes hasta nuevo aviso.

No obstante, estas fuerzas empeñadas en arrancarle aunque fuere un pelo al lobo, lograron colocar una Pica en Flandes: Aprobar un proyecto de Acusación Constitucional orientado a jaquear el reducto presidencial.

Es claro que esa decisión no tendrá mayor efecto práctico. Pero será el punto de inicio para una larga carrera que proseguirá en la Sub Comisión de Acusaciones   Constitucionales, para derivar después en la Comisión Permanente del Congreso y finalmente, recalar en el Pleno del Legislativo. 

A falta de pruebas que les permitan sustentar acusaciones medulares, el   manoseado “Caso Sarreta” sirvió para este propósito, que no tiene otra finalidad sino incrementar el clima de confrontación y de zozobra que agobia a los peruanos.

Los problemas que enturbian el proceso nacional, tienen otro carácter. Se relacionan a la situación material que soporta la población por efecto de la crisis interna y externa. El “modelo” Neo Liberal aún intocado, y las sanciones absurdas impuestas por el gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica en el marco del conflicto de Ucrania; han complicado severamente no sólo el escenario peruano, sino el de todos los países dependientes y subdesarrollados, ubicados en la esfera internacional capitalista.

Objetivamente son estas “sanciones” las que elevan de modo descomunal el precio de los carburantes, generan la  crisis alimentaria,  y amagan los mecanismos de comercialización e intercambio de  productos, de modo tal que desaparecen los fertilizantes, se cierran los mercados, y asoma una peligrosa y desequilibrante inflación.

Para la Casa Blanca, el tema tiene que ver con Rusia, a la que culpa sibilinamente de todos los desarreglos detectados. La realidad, sin embargo, es otra. Objetivamente Rusia puede eludir las consecuencias perniciosas de las sanciones que le han sido impuestas porque tiene una economía más planificada y solvente. Pero nuestros países,  sometidos vergonzosamente a la “ley del Mercado”, no se encuentran en capacidad de defenderse.

En lo que se refiere a nuestro país, el gobierno no puede incluso otorgar subsidio a los carburantes para que el alza de los combustibles no afecte a los consumidores. Y es que el Estado carece de iniciativa económica allí donde impera la empresa privada. Tampoco puede regular las inversiones, ni elevar las tasas tributarias a los más ricos, como resulta indispensable.

Cualquier iniciativa que afecte los intereses de la Clase dominante, será respondida abiertamente en dos planos. Se proyectará, en el área económica, y será denunciada como un “golpe” contra la inversión privada; y generará una ofensiva cerrada por parte de la “Prensa, que vive empeñada en derribar al Gobierno a cualquier precio.

La Case Dominante no acepta nada que la perjudique. Y los medios de comunicación –que registran una crisis profunda por que el Gobierno no les otorga los beneficios publicitarios de antaño- dispararán fuego graneado contra el Ejecutivo para hacerlo capitular, o simplemente derribarlo.

La situación entonces, asoma particularmente difícil. Pero implica también un reto que tanto el Gobierno como el pueblo, deberán encarar en la lucha por la sobrevivencia.   

Objetivamente, a un año de gestión gubernativa la administración Castillo no ha logrado implementar una política seria que le permita encarar los problemas del país y ganar la voluntad de las masas. Permanentemente acosado, y siempre a la defensiva, apenas ha podido esbozar lineamientos que no ha alcanzado a llevar a la práctica. Esta es una realidad que debe cambiar de manera clara y tangible.

Y para que ello ocurra, resulta indispensable garantizar una efectiva participación ciudadana y un diálogo fluido entre gobernantes y gobernados. Sin acudir al pueblo de manera resuelta y definida, el Gobierno no podrá encontrar un camino razonable de salida. Por el contrario, perfilará una inevitable derrota.

Tres líneas de trabajo pueden ayudar al Ejecutivo a enfrentar el embrollo que tiene planteado ante sí. La primera, sería diseñar un mensaje político claro. La segunda, afirmar una voluntad de lucha. Y la tercera, dar paso a la iniciativa popular en los más diversos espacios.

El mensaje político debe ser coherente, definido y claro, con perfiles propios y objetivos precisos. Sin concesiones a la Mafia y sin generar blancos que pueda usar para retomar la iniciativa. La lucha por una Asamblea Constituyente y la aprobación en ella de una nueva Carta Magna, bien puede ser la piedra de toque que permita vigorizar un mensaje realmente transformador.

La voluntad de lucha implica, en este marco, un compromiso real con la población. Pero a ella, hay que llegar siempre con la frente en alto y con las manos limpia. Eso implica despejar claramente todas las acusaciones urdidas en el pasado reciente por las mafias de turno, y delincuentes convertidos hoy en “colaboradores eficaces” de la Fiscalía

Alentar la iniciativa popular implica, lanzar programas y tareas que permitan incorporar a la ciudadanía en la ejecución de los proyectos de gobierno. Y es que no se puede gobernar con las cúpulas, ni transitar sólo en las alturas. Hay que tomarle el pulso a la ciudadanía, marchar con la voz del pueblo, y al ritmo de la época.

América Latina nos está mirando. No la defraudemos. (fin)