La historia (e información) de la OTAN que tal vez desconozcas antes
de la cumbre en Madrid
Luis Gonzalo SeguraPublicado:23 jun 2022 13:24 GMT RT
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Cuando la semana que viene Madrid acoja la reunión de la Organización
del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), tendrá lugar uno de los
eventos más relevantes de la geopolítica mundial: en un mismo edificio
confluirán los responsables de la mayoría de las últimas tragedias
humanitarias y, también, de un gran saqueo, tanto en los países que
forman parte de tan tétrica organización como en aquellos que se
convierten en objeto de su interés. Muerte y expolio son, de hecho,
las consecuencias más importantes de las actuaciones de la OTAN en sus
últimas décadas, especialmente desde que durante los años noventa la
mencionada organización decidiera no disolverse, para lo que fue
necesaria una reconversión como pocas veces ha ocurrido en la
historia.
El viraje europeo
A pesar de esta incuestionable realidad, que incluye el alto coste
económico de la OTAN para los países europeos y los países
vampirizados; los múltiples problemas que ha generado —y sigue
generando— en casi todo el planeta, ya sea en países que forman parte
o no de la organización; o las barbaridades que ha perpetrado; los
líderes europeos no parecen dispuestos a cortar el vínculo con los
Estados Unidos. Una posición que contrasta mucho con la que los
líderes europeos mantuvieron a mediados del siglo pasado.
El giro en esta cuestión ha sido radical, pues, en general, los países
europeos temían que los Estados Unidos no abandonaran el continente
después de la II Guerra Mundial, por la pérdida de soberanía que ello
provocaba, y solo la presencia de un gran contingente soviético a
menos de doscientos kilómetros de sus fronteras —caso de Francia—, les
hizo claudicar. Por el contrario, en la actualidad, los militares
norteamericanos están cómodamente instalados en Europa —unos 70.000
militares de forma habitual, más de 100.000—, aun cuando los
soviéticos ya no existen, los rusos se encuentran a miles de
kilómetros de las principales potencias europeas y no solo no
representan una amenaza, sino que, sin la presencia norteamericana,
bien podrían formar una alianza.
Luis Gonzalo Segura, exteniente del Ejército de Tierra de España.Sus
actuaciones en Libia y Yugoslavia demuestran la naturaleza real de
esta organización, muy en contra de lo que muchos defienden y repiten
de forma falaz: que la OTAN es una organización defensiva. Una
organización defensiva a la que cabría preguntar por qué ‘defendió’
Yugoslavia o Libia y qué países les habían invadido.
De hecho, la misma Alemania que hoy considera peligroso depender
energéticamente de Rusia y prefiere la dependencia de países del
Oriente Próximo o el Norte de África, hace solo cuarenta años, a
comienzos de los años ochenta, era la que se negaba a cumplir las
órdenes norteamericanas para cortar las relaciones comerciales,
incluido el flujo energético, con la Unión Soviética. Ver para creer:
la Rusia de Putin es peor a ojos de Occidente que la Unión Soviética
de Brézhnev o Andrópov —si leen los exabruptos de Ronald Reagan a
comienzos de la década de los ochenta comprenderán en gran medida lo
asombroso que resulta—.
La ‘guerra contra el terror’
Más allá del profundo viraje, sin duda alguna, uno de los mayores
crímenes de la OTAN y los países que la componen ha sido la denominada
‘guerra contra el terror’. Una guerra que ha provocado varias
invasiones y catastróficas consecuencias: se calcula que, solo entre
Irak y Afganistán, fallecieron entre uno y tres millones de personas,
se gastaron entre 8 y 10 billones de dólares, fueron desplazados 35
millones de personas y el resultado no pudo ser más desastroso:
nacimiento del Estado Islámico en Irak y reconquista de los talibanes
en Afganistán. Ningún país ni organización supranacional ha provocado
mayor catástrofe humanitaria en las últimas décadas que Estados Unidos
y la OTAN. No es una opinión, es un hecho incuestionable.
Yugoslavia, Libia y tal
Pero no solo la guerra contra el terror cuestiona a la OTAN, sus
actuaciones en Libia y Yugoslavia demuestran la naturaleza real de
esta organización, muy en contra de lo que muchos defienden y repiten
de forma falaz: que la OTAN es una organización defensiva. Una
organización defensiva a la que cabría preguntar por qué ‘defendió’
Yugoslavia o Libia y qué países les habían invadido.
Luis Gonzalo Segura, exteniente del Ejército de Tierra de España.Los
países de la OTAN no solo perpetran masacres, sino que también se
lucran de ellas. Así, desde que comenzó la guerra en Yemen, hace ya
ocho años, los países integrantes de esta organización han
suministrado el 98 % de las armas que Arabia Saudí ha adquirido.
Fue el actual presidente de Estados Unidos el que en un vídeo afirmó
que él sugirió bombardear Belgrado antes de que este bombardeo se
produjera. Finalmente, entre marzo y junio de 1999 las bombas y los
misiles de la OTAN causaron 2.500 muertos, incluidos 89 niños.
Operación Fuerza Aliada lo llamaron. Una operación que pudo tener
lugar gracias a los conceptos estratégicos de 1991 y 1999 en los que
cambia el sentido de la OTAN y se incluyen las actuaciones denominadas
‘no-Artículo 5’. Es decir, ya no es necesario que un país miembro de
la OTAN sea agredido para que esta intervenga.
Bombardeos masivos a civiles
Una de las actuaciones más aterradoras de las últimas décadas
concierne a los bombardeos norteamericanos sobre población civil —no
olvidemos que Estados Unidos es el líder de la OTAN—. Según un informe
de la organización Airwars, desde el 11-S, han fallecido en casi
100.000 ataques aéreos norteamericanos entre 22.000 y 48.000 civiles.
Armas para la mayor catástrofe humanitaria del planeta
Por si las cifras expuestas no constituyen en sí mismas un horror, lo
cierto es que los países de la OTAN no solo perpetran masacres, sino
que también se lucran de ellas. Así, desde que comenzó la guerra en
Yemen, hace ya ocho años, los países integrantes de esta organización
han suministrado el 98 % de las armas que Arabia Saudí ha adquirido.
Mientras, más de 377.000 yemeníes han muerto, de ellos más de 125.000
menores de cinco años, y millones de yemeníes sufren pobreza y hambre
o han tenido que desplazarse. Un lucro que ha beneficiado, sobre todo,
a la todopoderosa industria militar norteamericana, que en el año 2021
acapara el 39 % de la exportación de armas.
El impuesto imperial
Para que la industria militar norteamericana se sostenga se necesitan
guerras y países que paguen por ellas. Es el caso de los países
europeos, a los que Estados Unidos lleva décadas forzando a aumentar
el gasto militar. Primero para llegar al 2 % del PIB y, conseguida
esta meta, aumentar hasta el 4 %.
En el caso de España, por ejemplo, el presupuesto militar se duplicará
en esta década, pasando de más de 10.000 millones de euros oficiales a
más de 24.000 millones —aun cuando extraoficialmente España ya gasta
22.000 millones, lo que supone que el gasto real podría suponer casi
50.000 millones de euros anuales—.
El jefe de la OTAN «no puede garantizar» la entrada rápida de Suecia y
Finlandia a la alianza
Y no es un caso aislado, sino que el resto de Europa sigue el mismo
camino. Otro ejemplo de esta tendencia sería Alemania, que se ha
comprometido a modernizar sus fuerzas armadas con 100.000 millones de
euros, además de aumentar el gasto militar. Mientras, unos veinte
millones de niños europeos sufren algún tipo de pobreza, en algunos
casos extrema.
OTAN: organización militar armada, extractiva y sanguinaria
En definitiva, la OTAN es una organización militar armada, extractiva
y sanguinaria liderada por Estados Unidos. Millones de muertos y
millones de euros lo demuestran, aunque millones de personas lo
desconozcan. Por ello, la reunión de la OTAN en Madrid será, con
seguridad, una de las más siniestras que se puedan celebrar en la
actualidad. Tanto que difícilmente podríamos organizar una reunión de
criminales con más personas asesinadas, mayor botín obtenido y mayor
destrucción causada. Y ello mientras los medios de comunicación los
presentan como benefactores.
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