UNA HORA DIFICIL

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Editorial de la revista MARKA

Si nos atuviéramos a lo que nos dice diariamente la “Prensa Grande” o la Televisión de moda, podríamos tener una visión distorsionada de los hechos.

Podríamos suponer, efecto, que Pedro Castillo tiene los días contados, que se cae solo. Y que, con él, se desmorona por completo el proyecto popular que ganara limpiamente en los comicios del 2021.

La realidad, es otra. Viendo las cosas objetivamente podemos percibir un escenario distinto: en medio de marcadas turbulencias, el Poder Ejecutivo cumple con tareas elementales, se acerca a su pueblo, vive la realidad de las grandes mayorías y conoce y ausculta la opinión ciudadana con giras permanentes al interior del país.

En la capital. Los portavoces de la Mafia se desgañitan exigiendo que el Presidente renuncie. O que sea vacado. Como lo hemos dicho desde el inicio de su gestión, no lo admiten “un minuto más”  en Palacio de Gobierno, y exigen hasta la extenuación que: “¡Se vaya,  ya…!”.

Hay quienes piensan que en el Perú coexisten dos países. Uno, en la Ciudad de los Reyes; y otra, en el mundo rural. En verdad, quienes piensan así, se quedan cortos. En el Perú se viven procesos sociales diferentes en distintos medios geográficos. No es igual la realidad de la costa, de la sierra, y de la selva. Tampoco es similar la vida en el norte, en el centro, o en el sur.  

El Mundo Andino adquiere distintas connotaciones, y alberga poblaciones aimaras, quechuas, y también a comunidades de otro signo. La Amazonía, es un conglomerado de pueblos diversos, muchos de los cuales están desconectados entre sí; y todos, lejos del Centro del Poder.

Nada de eso asoma en la írrita Constitución de 1993, razón por la que se hace aún más perentorio su cambio. Y es que no se trata tan sólo del “modelo económico” el que resulta cuestionado en una circunstancia como ésta. Es la esencia misma de una Carta Constitucional construida a espaldas del país y de la realidad, y que asoma antidemocrática, elitista, discriminadora y excluyente, que se busca imponer por razones de Clase, y contra la voluntad ciudadana.

Somos un país multicultural y pluriétnico, que recoge diversas expresiones y marcadas complejidades. Y que exige de sus gobernantes –cualesquiera ellos sean- una visión absolutamente amplia y despojada de todos los prejuicios. Sólo de ese modo, se pondrá atender los temas derivados de la auténtica raíz nacional.

La extrema derecha -bien podría decirse, el fascismo- busca destruir la esencia del Perú para adocenarlo, y ubicarlo en lo que denomina “el mundo occidental y cristiano”, el que asumimos a partir de la Conquista Española, y no el que heredamos de nuestros legítimos antepasados, que configuran nuestra historia.

Desde la Colonia, y durante 200 años de República, la Clase Dominante ha estado empeñada en este vano esfuerzo. Ha habido, sin embargo, expresiones distintas en la vida peruana: el gobierno de Ramón Castilla, en el siglo XIX, y los regímenes de Billingurts, Bustamante y Velasco Alvarado, con sus matices y diferencias, en el XX; constituyeron la expresión de una voluntad de cambio, que tomó fuerza recientemente, y que se manifestó de manera abierta en los comicios del junio del año pasado.

En el empeño de los “Poderosos” por torcer ese rumbo, es  que se inscriben los difíciles días  que comentamos,

Como lo hemos dicho antes, la Mafia tiene ante si dos caminos: por Vía Parlamentaria cambia arbitrariamente las disposiciones constitucionales para hacer viable una ilegal “vacancia” que configuraría un virtual “Golpe de Estado” o, finalmente obtiene una “respuesta” de los cuarteles, que hacen caso a sus histéricas demandas.

El primero camino, ya fue recorrido con lamentables resultados para sus viandantes. Pero aun admite nuevas incursiones, aunque también registra tropiezos: la opinión ciudadana estaría dispuesta a un adelanto de elecciones, si esas fueran generales; es decir, si incluyeran a los propios congresistas. Y no solo al Primer Mandatario.

Y un Golpe de Estado implicaría cesar el mandato de todos los funcionarios de ambos Poderes -Ejecutivo y Legislativo-. Por lo demás, es muy poco probable que la institución armada esté dispuesta a jugarse el albur de una acción que el pueblo resistiría, sólo para sacarle las castañas del fuego a los opresores. El pasado Velasquista, aun ronda los cuarteles. No hay que olvidar eso.

El Gobierno, sin embargo, no debe ni ceder, ni retroceder. Su tarea, es persistir en el proyecto popular, enfrentando a pie firme, todos los retos que asoman en lontananza. Y estos retos no solamente se refieren al Proceso Interno, sino también a la política exterior. No se puede tener una política internacional digna, siendo dócil a los dictados del Imperio Y eso pareciera no entenderlo el Presidente Castillo.

Asistir mansamente a la IX Cumbre de las Américas programada para los próximos días en Los Ángeles, aceptando que el gobierno oferente excluya a tres hermanos nuestros; es simplemente admitir pasivamente el dominio del Imperio. Y eso, implica renunciar a cualquier voluntad liberadora.

Los difíciles días que se avizoran, podrían privarnos de muchas coas. Pero no debieran quitarnos el decoro. (fin)