LA VERDADERA CAUSA DEL CONFLICTO ENTRE RUSIA Y UCRANIA

POR DOROTHEA ORTMANN

Tan triste o raro que suena, el conflicto entre Ucrania y Rusia tiene su origen en Pekín y en Washington. ¿Por qué razón?

Pues bien, ya no es un secreto que China le arrebate a los EEUU su rango de ser la primera potencia económica. Por el  momento los EEUU dominan todavía el planeta militar y económicamente, el dólar sigue siendo la divisa internacionalmente dominante, pero ese domino no le va durar mucho tiempo.

El avance de la economía china que hemos podido observarlo durante los últimos treinta o veinte años, implicaba también un avance geo estratégico. China se ha ido a todos aquellos países que los EEUU dejaban abandonados como grandes regiones de África, por ejemplo. Empresas y bancos chinos están presentes en todos los países de Asia, además en muchos países de América latina, así como también en Europa. Los mismos EEUU mantuvieron estrechas relaciones con China. La guerra económica comenzó con la administración de Donald Trump al poner aranceles a productos chinos y rechazar empresas altamente competitivos como Huawei, además se daba la lucha feroz por las nuevas tecnologías informáticas como son el G4, G5, y ahora G6.

Pero el proyecto que deja a los EEUU realmente aterrerados es la Nueva Ruta de la Seda, una red vial que va por mar y Tierra, pretendiendo vincular a China con el resto del mundo. Este proyecto ya avanzó lo suficiente para concretizarse hasta con países como Francia, Italia y Alemania, ni hablar con países latinoamericanos como el último convenio con Argentina, por ejemplo.

El conflicto entre Rusia y Ucrania tiene sobre todo la función de atrasar el avance de China, porque obliga a los países europeos de alinearse más fuerte con los EEUU como mayor potencia de la OTAN y cerrar filas contra Rusia, quien como país atacante asume ahora el rol de ser la fuerza invasora, lo que debe ser condenado formalmente por todos los países que se consideran democráticos y se logra aislar a Rusia e impedir su acercamiento a las economías europeas, que ya daba buenos resulatdos, sobre todo entre Rusia y Alemania.

Pero si el problema de fondo del conflicto entre Rusia y Ucrania es más bien un conflicto de intereses entre China y los EEUU debemos dirigir nuestra mirada al bloque de los BRIC (Brasil, Rusia, India, China). Según el economista salvadoreño, César Villalona, ese bloque todavía está activo, formando un conjunto económico importante para ser tomado en consideración, aunque habían conflictos de competencia entre China e India. Por otro lado Brasil ya no se afiliaba tan estrechamente a partir la administración de Jair Bolsonaro, como lo hice durante la administración de Lula da Silva y Dilma Rousseff.

Pero de todos modos, no salió de todo de sus compromisos. Si Lula ganará las elecciones en Brasil, esa afiliación va a volverse otra ves más fuerte. Sumando el nuevo panorama después de la orientación hacia gobiernos más progresistas en varios países latinoamericanos, ello significa que la influencia de los EEUU en los países latinoamericanos va a reducirse cada vez más. Por ello la lucha es ahora de no perder Europa como fuerte aliado. Atizar una guerra en Europa es la medida ideal de obligar a los países europeos de cerrar filas ante un enemigo común que vendría ser Rusia. De esta manera se hace evidente que el sueño de la Unión Europea de ser una región soberana y un bloque aparte que pueda hacer la competencia a los EEUU con su moneda de Euro, se acabó definitivamente.

No obstante que Alemania durante muchos años se mantuve como potencia exportadora, ello llegó a su tope, y al perder ahora el mercado ruso, porque tiene que  aceptar el plan de las sanciones, va sentir fuertemente las consecuencias. Lo mismo es válido respecto a sus relaciones con China. El mercado chino es muy importante para la economía europea, sobre todo para la alemana, un posible retiro de él va a reducir la fuerza económica alemana que ha podido resistir hasta ahora a todas las crisis financieras.

Respecto al problema del abastecimiento del gas de Rusia, ya está sobrentendido que Alemania depende de un 40 % de su requerimiento energético de ese gas y no va a poder salir de una día al otro de sus contratos con Rusia. Pero la gran inversión del gasoducto Nordstream II, que hace pasar el gas por el Mar Báltico, obviando el pase por Ucrania, aparentemente era en vano, porque ese proyecto bajo las circunstancias del conflicto entre Rusia y Ucrania va a ser anulado.

El plan de EEUU en todo ello es impedir que China económica y geopolíticamente avance más, pero esa pretensión ignora la realidad. El conflicto y el reacomodo de las potencias y bloques puede hacer atrasar el proceso del avance de China, pero difícilmente lo puede evitar. Solo las tres grandes economías del BRIC, como son China, India, Brasil y luego Rusia están en buenas condiciones de hacer la competencia al NAFTA y a la Unión Europea. Aunque Rusia no es todavía una potencia económica fuerte, tiene presencia en todos los países africanos y estrecha ahora lazos más cercanos a China.

El resultado del reacomodo de las potencias puede llevar otra vez a un mundo bipolar en lugar de un mundo multipolar. Aunque en este caso no sería entre países socialistas y capitalistas, sino solo entre países capitalistas, pero con un modelo de capitalismo diferente. A un lado sería un capitalismo financiero, donde los bancos y el capital financiero dominan al resto de la economía y el estado sin considerar el bienestar de la población, tal como ocurre en el sistema capitalista estadunidense y europeo, así como en todas las economías que imitan ese modelo.

Pero existe otra forma del capitalismo, donde el estado regula a los bancos y el capital financiero en beneficio del crecimiento económico, con el fin de una mejora de las condiciones de la mayoría de la población como lo trata hacer China, en parte India y Rusia, así como la mayoría de las economías emergentes.      

No sabemos aun cómo terminará el conflicto entre Ucrania y Rusia, se espera que se llegue muy pronto a un armisticio y un arreglo aceptable por los dos países. Hay quienes lo comparan ese conflicto con él que tiene China con Taiwán, una especie de problema interna por su historia común. Es difícil de juzgar, pero de que este conflicto fue sembrada desde hace tiempo, a más tardar desde su golpe del 2014, de ello no cabe ninguna duda.