En honor a Clara Zetkin (1857-1933)
Por Dorothea Ortmann
Cada movimiento tiene su tradición e historia. Al movimiento de las luchas por la reivindicación de los derechos de las mujeres pertenece entre muchas otras la comunista alemana, Clara Zetkin. Aunque la figura más sobresaliente dentro del movimiento obrero y de los precursores del Partido Comunista, es por supuesto Rosa Luxemburgo, nos urge en este lugar presentar otra camarada que no queda atrás y eso es Clara Zetkin. Ella ha sido miembro fundadora del Partido Comunista alemana, así como luchadora importante para la igualdad de las mujeres en la época del cambio del siglo XIX/XX. Si nosotros conmemoramos a las mujeres precursoras de la revolución, allí ella debe ocupar un espacio preponderante, porque era una de las más significantes representantes del movimiento obrero en Alemania del cambio de siglo. Dedicó toda su vida a la organización de las mujeres trabajadoras, fue fundadora de la Segunda Internacional y opositora a la dirección socialdemócrata cuando esta apoyó al rearmamento para la Primera Guerra Mundial.
Clara Zetkin destaca por su lucha por la independencia económica de las mujeres, además de exigir a concederles los mismos derechos en la vida publica. Entró en el año 1891 al Partido Socialdemócrata cuando era todavía una joven mujer, luchando allí por el derecho a sufragio para las mujeres. Recibió una formación de docente escolar, única profesión que fue permitida a las mujeres en aquella época. Pero como no encontró trabajó en escuelas publicas, se dedicaba a la enseñanza de niños por cuenta propia. Convivía con el revolucionario ruso Ossip Zetkin, cuyo apellido asumió y tuvo dos hijos con él. Por sus compromisos políticos, pero sobre todo de su compañero, tenía que huir de Alemania y vivía por un tiempo en Paris. Cuando Ossip Zetkin muere, ella debe mantener a sus dos hijos, y lo hace mediante traducciones y artículos periodísticos. 1892 se le ofrecen la dirección del periódico (Die Gleichheit) La emancipación que deviene bajo su liderazgo durante 25 años en un órgano del movimiento de las obreras a nivel internacional. A partir de su trabajo que allí realizó, se volvía la mujer más influyente en el movimiento por la igualdad de las mujeres trabajadoras.
Desde 1907 asumió el cargo de la Secretaria General de la Conferencia Internacional de las Mujeres. Ejerció gran influencia en aquel movimiento, instalando desde 1911 el 8 de marzo como Día Internacional de las Mujeres junto con otra compatriota, Käte Duncker.
A partir de 1909 hasta 1917 pertenecía a la directiva del Partido Socialdemócrata a su ala más progresista, pero como arriba ya hemos mencionado, salió del partido, por rechazar su política frente al apoyo a la Primera Guerra mundial.
Impulsó la formación de la Liga Espartaco, a la cual pertenecían tanto Rosa Luxemburgo como Karl Liebknecht. Participó 1919 a la fundación del Partido Comunista alemán, a cuyo comité central luego pertenece. El 29 de enero de 1919, tan solo quince días después del asesinato de Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, ella pronuncia un discurso ante el parlamento alemán donde denuncia al gobierno socialdemócrata por aniquilar el movimiento revolucionario de 1918 en Alemania.
1920 como diputada del Partido Comunista pronuncia un discurso en el parlamento, exigiendo la solidaridad con la Unión soviética. En el mismo año viaja a la Unión soviética, llega a conocer a Lenin y queda impactada de los resultados de la Revolución de octubre, entabla amistad con Nadezhda Krúpskaya, la esposa de Lenin. A partir de este año vive alternando en Alemania y en la Unión soviética.
Entre los años 1920 y 1930 Clara Zetkin fue la representante política comunista más conocida e importante en la Alemania de las entre guerras y concentraba todo su esfuerzo al movimiento comunista mundial. Era miembro del Comité Central del Partido Comunista, miembro del comité ejecutivo de la Internacional comunista, directora de la Ayuda Roja de Alemania, así como la Ayuda Internacional de los Trabajadores (IAH) y la Liga de las mujeres y niñas rojas.
Por ser el miembro más antiguo del parlamento alemán, el Reichstag, debe asumir la presidencia de aquel después de las elecciones 1932. Siendo diputado del Partido Comunista debe inaugurar las sesiones del Parlamento. Es aquella época, en la cual los Nacionalsocialistas (nazis) han obtenido la mayoría en el parlamento. De todos modos, ella da inicio al periodo legislativo con un discurso de 40 minutos, en el cual describe la situación precaria y empobrecida de grandes masas del pueblo alemán, reclamando de los representantes el apoyo social necesario para sacarlo de su situación deplorable. Menciona el ejemplo de la Unión soviética que logró avances considerables para con su pueblo y hace un llamado a formar un frente único de la clase obrera, mujeres y jóvenes para luchar contra el fascismo y el capitalismo.
El gran mérito de Clara Zetkin consistía en su trabajo publicista, sobre todo en su periódico Die Gleichheit, además de su talento de organización a imponer disciplina en las luchas de las mujeres. Queda su ejemplo como mujer pionera a favor de las luchas por la igualdad de la mujer en una época, en la cual el ideal de la mujer era ser ama de casa, dedicarse a la educación de los niños y contentarse con el rol de una esposa abnegada, dependiendo por completo del marido. Como a partir de la industrialización -que se produjo sobre todo en el periodo del cambio del siglo XIX/XX- entraban al mercado laboral mujeres como mano de obra barata, era necesaria batallar por derechos iguales otorgados a los varones e insistir en la independencia económica de las mujeres, condición que recién hace posible la libre decisión de la mujer acerca de su forma de vivir.
Estudiando la vida y obra de Clara Zetkin, se llega a entender que todos los derechos conquistados son resultado de arduas luchas. Así que, ella es una mujer cuya herencia intelectual pertenece al legado del movimiento obrero como también al movimiento de los partidos socialistas y comunistas. Mujeres como ella han hecho posible que la igualdad de la mujer no queda solo en el plano teórico, sino se ha vuelto una realidad aunque todavía queda mucho por implementar.
Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo