por Pedro Martínez Pírez
Por muchas razones para mí la fecha del 22 de febrero es inolvidable. Ese día nacieron en 1732 el primer presidente de Estados Unidos, George Washington; en 1810 el célebre músico polaco Federico Chopin; en 1877 el patriota cubano Francisco Vicente Aguilera; y en 1895 Víctor Raúl Haya de la Torre, en Perú. En esa fecha de 1939 murió el notable poeta español Antonio Machado.
El lunes 22 de febrero de 1937, y gracias a la comadrona que solamente conocí por su nombre de Justina, fui el cuarto hijo del matrimonio formado por Igna Pírez y Enrique Martínez. Nací en la ciudad de Santa Clara, capital de la entonces provincia de Las Villas.
Me antecedieron mis hermanos Igna Sofía, en 1932, Enrique, en 1933, y Pilar, en 1935. Mientras que el quinto de los hermanos, Alberto, el más chico, nació tambien en Santa Clara el 9 de febrero de 1944.
Mis padres y mis cuatro hermanos ya han fallecido.
No puedo negar que siento un gran orgullo por haber vivido tanto tiempo en esta Cuba que resiste, y a los 85 años seguir activo, con cuatro hijos de dos matrimonios, todos residentes en La Habana.
Miro hacia atrás y recuerdo la Escuela Primaria Anexa a la Normal de Maestros de Santa Clara, donde cursé mis primeros estudios. Los centros escolares donde aprobé los grados séptimo y octavo de la educación media superior. La Escuela Profesional de Comercio donde estudié por las noches durante cuatro años, mientras trabajaba por el día. La Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas, donde terminé los primeros tres semestres, tambíen en cursos nocturnos, pero interrumpí mis estudios de Ciencias Comerciales por mi salida al exterior como joven integrante del cuerpo diplomático de la naciente Revolución Cubana.
Repaso en estos días mis etapas como diplomático en Ecuador y Chile, mis inicios en el periodismo en la Revista OCLAE en 1966, el año que laboré en el vespertino JUVENTUD REBELDE, el lustro que trabajé en la Agencia Prensa Latina y los casi 49 años que llevo en Radio Habana Cuba.
Recuerdo también mis estudios en el curso nocturno de la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad de La Habana. Mi contribución como profesor de Historia de Cuba a esa Escuela durante nueve años simultaneando mi trabajo periodístico.
Vienen a mi mente asimismo mis primeras colaboraciones con la televisión cubana en 1968. Mis viajes como diplomático, periodista, profesor o diputado a Ecuador, Chile, Argentina, Brasil, Uruguay, Bolivia. Venezuela, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Guatemala, México, Estados Unidos, Canadá, Puerto Rico, Granada, República Dominicana, India, Singapur, Guinea, Angola, Zimbabwe, España, Italia, Francia, Suiza, las ex Unión Soviética y Alemania Democrática, Hungría, Checoslovaquia y Bulgaria.
Y mi cumpleaños lo celebraré el próximo martes 22 de febrero asistiendo a dos importantes reuniones, la Asamblea Anual de Radio Habana Cuba, a las once de la mañana, y tres horas después a la Asamblea General de Asociados de la ACNU, la Asociación Cubana de las Naciones Unidas, de la cual he sido en un los últimos veinte años el Presidente de la Comisión de Prensa.
En este aniversario recordaré a quien constituye mi principal paradigma, José Martí, cuando dijo que “la vida necesita raíces permanentes; la vida es desagradable sin los consuelos de la inteligencia, los placeres del arte, y la íntima recompensa que la bondad del alma y los primores del gusto nos proporcionan”.
Así hay que festejar siempre la gloria que se ha vivido, como nos dijo en una de sus más hermosas y patrióticas canciones el cantautor cubano Pablo Milanés.
La Habana, 21 de febrero de 2022.